El e-commerce o comercio en línea ha sido uno de los temas más sonados durante la pandemia de Covid-19, a la fecha ha cambiado nuestra manera de realizar nuestras compras, no obstante también trajo consigo un mar de preguntas, inseguridades y peligros al embarcarse en este mundo.
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El quedarse en casa nos empujó hacia esta innovación del comercio en el que cambiamos rostros de comprador a vendedor a pantallas de celulares, tabletas e inclusive por medio de órdenes a un dispositivo ya es posible realizar compras sin moverte de tu asiento.
“Desde hace una década al Covid-19, tenía un crecimiento bastante alto, duplicando su tamaño desde hace 5 años, y en México tenemos desde hace 20 años plataformas para este tipo de comercio”, explicó el experto en tecnología, Eduardo de la Torre.
DE TIENDAS EN LÍNEA A REDES SOCIALES
El caso de las plataformas de compra-venta en línea que fueran en crecimiento abrió la ventana de oportunidad para que las redes sociales también optaran por no desaprovechar este nicho que se encontraba fortaleciéndose.
“Es muy importante ver que además de plataformas como Amazon, Mercado Libre, Linio, Wish, Privalia, AliExpress o muchas más, está permeando a un microsegmento del comercio electrónico que lo vemos en MarketPlace que Facebook impulsa para que sus usuarios realicen esta actividad de manera rápida y sencilla”, detalla el entrevistado.
En comparación con las empresas dedicadas expresamente al comercio MarketPlace aún se encuentra muy joven y no puede generar la misma seguridad, puesto que el trato se realiza directamente con otros usuarios, por lo cual la empresa no se hace responsable ante estafas o engaños.
“No pueden ser verificadas las transacciones, Facebook sólo te pregunta si vendiste o si sigue disponible tal o cual artículo”, refiere.
PYMES EN DESVENTAJA ANTE EL E-COMMERCE
Vender en línea para empresas de gran tamaño puede no suponer gran problema, pero el cierre de pequeños locales o “islitas” en plazas comerciales a causa de la pandemia presentó un escenario casi catastrófico.
“Particularmente de la zona sur de Tamaulipas, muchos de estos comercios de venta o de comida ofrecían su producto en una sala de consumo e inclusive se resistían a tener una flotilla de repartidores porque era inviable para ellos”, explicó el entrevistado.
El empuje de las plataformas como Soy Juan, UberEats y otras más que facilitaron este proceso siendo sólo un intermediario para el traslado de los productos generó una oportunidad para sostener estos pequeños comercios, inclusive grandes empresas decidieron optar por eliminar su flotilla y recurrir a estos servicios.
“Actualmente no es necesario ya tener un local físico para poder generar ventas, utilizando estas plataformas distribución de productos es suficiente, en el que el beneficio es muy amplio y de fácil acceso para todos”, dijo.
PELIGROS DIGITALES
Así como la vida se adaptó a la tecnología y por consecuente al comercio, las artimañas y tretas también se transportaron al universo digital por medio del phishing que es el término informático para el robo de información.
“Por medio de aplicaciones falsas que instalas en tu dispositivo móvil tienen códigos por los que pueden acceder a tus aplicaciones bancarias y crear una tarjeta digital de la cual pueden disponer de efectivo”, advirtió De la Torre.
La diferencia de estas prácticas, detalló el ingeniero, es que el retiro de efectivo es por cantidades mínimas que pueden no rebasar de los 5 pesos, pero al realizarse de manera diaria y durante un largo período de tiempo representa una gigantesca suma de dinero.
“La pandemia pudo limitar un poco la movilidad de las personas pero no va a detener su vida,” enfatizó el entrevistado, haciendo referencia a que esta crisis sanitaria forzó a muchos a convertirse en usuarios activos de los servicios digitales y por ende generado un cambio que se traduce en un paso más al mundo digital.
“La pandemia pudo limitar un poco la movilidad de las personas pero no va a detener su vida”.
El cierre de pequeños locales a causa de la pandemia presentó un escenario casi catastrófico.
Desventajas
- Por medio de aplicaciones falsas pueden acceder a las aplicaciones bancarias y disponer de efectivo
- En Facebook no pueden ser verificadas las compras realizadas
- En México tenemos desde hace 20 años plataformas para este tipo de comercio...”