/ martes 16 de marzo de 2021

Covid-19, un año en el que todo cambió

Hace 12 meses, el día de hoy se identificó el primer paciente con SARS-CoV-2, virus que sigue circulando en la entidad causando dolor a su paso

Justamente hace un año, el lunes 16 de marzo todo cambió, la rutina diaria de la vida tomó una curva de la que no hemos podido salir y que nos ha llevado al trago más amargo, doloroso, cruel, triste y confuso al tenernos que enfrentar al virus SARS-CoV-2, que se niega a marcharse de Tamaulipas.

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El 17 de noviembre de 2019 China confirmó la existencia y propagación del coronavirus, era inminente su llegada a Tamaulipas, la Secretaría de Salud del gobierno estadtal activó los protocolos de bioseguridad y el día 22 de enero del 2020 detectó el primer caso sospechoso, un hombre originario de Wuhan, China, con residencia en Reynosa médico de profesión y con 57 años de edad, que fue atendido en el ISSSTE dando luego de largas pruebas, negativo al virus.

Este caso llevó a las autoridades de Tamaulipas a realizar un simulacro del que fue escenario el Hospital General de Reynosa el día 26 de febrero, en el que se definieron los hospitales de atención a coronavirus, se blindaron con filtros sanitarios los puentes internacionales y aeropuertos, y se emitieron a trabajadores de salud los lineamientos de atención a pacientes sospechosos y contagiados así como el protocolo a seguir para el traslado hospitalario; el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró pandemia al brote.

Y en Tamaulipas, el día llegó el 16 de marzo de 2020, un hombre de 55 años de edad originario de Malasia arribó al Aeropuerto de Tampico, laboraba en una empresa trasnacional de Altamira en donde también tenía su residencia, con síntomas leves, se aplicaron los protocolos y dio positivo.

El Gobierno del Estado, tras la confirmación del caso cero, anunciaba la suspensión inmediata de clases, las aulas se vaciaron el día martes 17 de marzo, al igual que centros de cuidado municipales, las playas de Altamira, Matamoros y Madero, albercas, balnearios, espacios recreativos turísticos como parques, museos, teatros y fueron suspendidos todos los eventos públicos y masivos y todos los destinos turísticos.

El llamado a “no entrar en pánico” no fue suficiente, en un mes los casos se triplicaron, el Gobierno Federal declaró emergencia sanitaria en el país el 30 de marzo, cerrando comercios no esenciales, lo que llevó a un decremento de viajeros y el Aeropuerto de Tampico donde se detectó el primer contagiado reportaba una caída de 40%, entonces se suspendieron todos los vuelos de 4 de 5 aerolíneas incluido el directo a Houston .

Y vino en Tamaulipas la primera muerte, el 4 de abril, una mujer de 54 años de edad residente de Reynosa atendida en el Hospital General, los protocolos se intensificaron, se ordenó la inmediata incineración de los cuerpos prohibiendo el embalsamiento y autopsia en todo paciente sospechoso o confirmado de Covid y quedando cancelados velorios.

En esa misma semana fueron retirados de hospitales los estudiantes internistas, y para el día 7 de abril, se reconocía la existencia de casos comunitarios en almenos seis ciudades en las que Tampico encabezaba la incidencia, la pandemia se declaraba en su Fase III en esta entidad.

Foto: Alejandro del Ángel | El Sol de Tampico

SE DECLARA EMERGENCIA

El Gobierno del Estado declaró Emergencia Sanitaria el día 13 de abril, imponiendo el uso obligatorio de cubrebocas en todo espacio público, confinamiento social (quedarse en casa), home office y entró en operaciones el Centro de Mando Covid-19, el mismo día, el Gobierno Federal anunció el programa “Todos juntos contra el Covid-19” al que se sumaron los hospitales privados de la zona sur recibiendo pacientes sin coronavirus que requerían de cirugías de emergencia que se puso en marcha el 24 de abril luego de que el día 22 de abril se designaran como exclusivos para pacientes contagiados los nosocomios federales de mayor capacidad del IMSS, ISSSTE, Sedena y Marina, dejando sin atender otros padecimientos.

Y aunque desde el 7 de abril, la Coepris comenzó con el exhorto de cierre a negocios no esenciales, éste se concretó el día 23 de abril cuando el Gobierno del Estado lo hizo oficial dando a conocer sanciones, aunado al doble hoy no circula, la instalación de filtros sanitarios obligatorio en todo lugar y los decretos, que desde entonces se han publicado con regularidad, donde se rigen la operatividad comercial y social.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

DE CONTENCIÓN A REBROTES

La pandemia parecía estar contenida, en los primeros tres meses y medio (cierre de mayo) fueron 1 mil 871 contagios y 114 decesos, pero venía el peor de los escenarios, para el 1 de junio la federación estableció la “Nueva Normalidad” y aunque en el Estado se pretendía seguir con el confinamiento, los bloqueos y manifestaciones de comerciantes, sobrepasaron y se comenzó con la reapertura comercial y social con base en la semaforización epidémica en donde rojo es de alto riesgo con confinamiento obligatorio, naranja es riesgo medio con un quédate en casa preventivo, amarillo es de precaución y verde permite salir de casa con prevención.

En junio se reportó la que ha sido la más alta cifra de contagios identificados en un solo día, con 478, a finales del mismo mes se volvieron a cerrar los comercios no esenciales, se instalaron filtros sanitarios en las avenidas principales, aeropuertos, puertos, cruces de lancha, centrales camioneras de las ciudades con mayor repunte y se suspendió el transporte público los fines de semana, se cerraron las áreas recreativas (parques y demás), los tianguis y salones de eventos.

Pero el virus estaba más activo que nunca, la saturación hospitalaria llegó al 90% con 7 nosocomios abarrotados en Tamaulipas, aún cuando en mayo pasado el Estado había construido y entregado 8 hospitales móviles para ampliar la capacidad de atención, teniendo la necesidad de reconvertir más camas y más hospitales para la atención de la pandemia, pasando de 751 camas a 1 mil 048, cuando se sobrepasó la atención de los mil pacientes hospitalizados de manera simultánea de los poco más de 3 mil que en este entonces, tenían la enfermedad activa, cuando el acumulado había pasado a 6 mil 523.

Las muertes tuvieron un incremento del 300% , el Hospital N° 6 del IMSS Madero tuvo que reconocer que el anfiteatro se vio rebasado y habilitaron la sala audiovisual para el resguardo de los cuerpos, uno sobre otro, mientras que en el IMSS N°270 de Reynosa la condición era la misma, instalaron entonces un tráiler con caja fría, una unidad igual llegó al Canseco de Tampico, en donde el anfiteatro ya estaba en su máxima capacidad y se replicó en hospitales de Nuevo Laredo y Matamoros, mientras que trabajadores del ISSSTE Tampico reconocían que trabajaban con los cadáveres en la misma área covid, porque no había suficiente espacio para su resguardo.

Para julio, se habilitaron poco más de 150 fosas en los panteones de Tampico y Madero, Coepris autorizó entonces el entierro de cuerpos, al reconocer la sobredemanda de las 6 funerarias que habían sido autorizadas para la cremación de las víctimas de coronavirus, para ese entonces la víctima más joven de Tamaulipas era una mujer de 19 años de edad de Altamira, la pandemia nos había derrotado.

En esos dos meses, se contrató entonces más personal hospitalario, se alcanzaban 600 pruebas PCR diarias por lo que los tres equipos comprados en abril con espacio de 96 reacciones cada uno para el Laboratorio Estatal de Salud Pública era insuficiente para la demanda, tan sólo de la Zona Sur eran 600 las que se enviaban, para ese momento la inversión del Estado ya alcanzaba los 480 millones de pesos.

Las muertes y contagios entre el personal de salud comenzaban a multiplicarse, Julio fue el primer enfermero que falleció estando de frente a la pandemia, su deceso ocurrió el 27 de abril laboraba en el IMSS N°15 de Reynosa, en la semana del 29 de julio (en siete días) el IMSS reportó 5 decesos incluyendo el caso del neurocirujano Javier Rojas del IMSS Madero.

Pero existía rechazo hacia el personal de Salud que sufría discriminación de parte de la población, quien los acusaba de ser los trasmisores del virus, de ser sacados de los supermercados pasaron a ser bañados en cloro, a tener que dejar de usar su uniforme por miedo a las agresiones y a tener que mudarse de sus propias casas, cuando ellos daban sus vidas en pie de los pacientes.

Para el 1 de agosto, la línea llegó a los mil 029 pérdidas humanas de las que 587 ocurrieron durante julio, convirtiéndose entonces en el mes más mortal de la pandemia, todo escenario previsto por Salud Tamaulipas estaba por romperse, el que era de 1 mil 543 víctimas y 35 mil 715 contagios, a la par de esta cascada, se informaba que el 60% de la población presentaba afectaciones psicológicas derivado de la pandemia, principalmente ansiedad, depresión, estrés, trastorno obsesivo compulsivo, estrés postraumático, hipocondría y ataques de pánico.

El Inegi detalló que 34 mil personas perdieron su empleo, 1 de cada 4 negocios dejaron de operar informó la Canaco luego del confinamiento, el robo a comercios y de automóviles se incrementó de acuerdo a Sesnsp y los colectivos feministas informaron de un aumento del 30% en abuso sexual.

Al cierre de agosto, comenzó el decremento de la pandemia pasando de más de 400 a menos de 200 casos diarios, el semáforo Covid pasó de rojo y naranja a amarillo, para ello las clases en línea ya habían comenzado y vino la reapertura comercial, y una sobredemanda de la vacuna contra la influenza en octubre como un aliado a reducir la incidencia de enfermedades espiratorias, con jornadas de atención hasta el automóvil se superaba las más de 3 mil personas al día mientras que en las unidades médicas las filas llegaron a registrar hasta más de 200 personas.

Para septiembre, trabajadores de la Salud realizaban protestas en toda la entidad pedían, equipo de protección personal, servicio médico, basificación y salario justo al incrementarse los casos de contagio y muerte entre el gremio, en este mismo mes se reanudaron los vuelos a Houston, Estados Unidos, y entonces Tampico pasó a ser el epicentro de la pandemia lugar que ocupaban Reynosa y Matamoros, a mediados de octubre Playa Miramar reabrió con capacidad de 10 mil personas.

En ese mes de octubre, la Sippina publicó el informe de menores de edad fallecidos a causa del Covid-19, 8 eran de Tamaulipas, tres de ellos de menos de un año de edad, dos eran de Matamoros y uno de Valle Hermoso, de Reynosa uno de 12 años y uno más de 15 años, y dos casos más de 17 años de edad de Reynosa y Matamoros, así como uno de 10 años de edad con antecedentes de tabaquismo.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

NUEVA OLEADA

Una nueva oleada vino en enero de este año 2021, resultado de las reuniones familiares y entre amigos por las fiestas decembrinas, llegando a notificar hasta más de 300 nuevos contagios diarios y alcanzando la cifra más alta de defunciones en un día, con más de 45 casos, el excedente de mortandad por la pandemia llegó al 87.8% y nuevamente cinco hospitales sufrieron saturación del 100%, el peregrinar de los pacientes buscando una cama que se vivió de junio a agosto, volvió como el escenario más cruel de que la pandemia no había terminado, el eco de farmacias con desabasto de medicamentos, de cubrebocas e insumos básicos para atender a pacientes en casa creaba un hondo pesar entre quienes lloraban a sus enfermos.

Foto: Alejandro del Ángel | El Sol de Tampico

LA VARIANTE B117

En ese mes, el día 10, se confirmó el primer caso de la variante británica B117, en Matamoros, hombre de origen inglés de 56 años de edad que llegó el 29 de diciembre por asuntos laborales dando positivo y permaneciendo internado y conectado a ventilador durante un mes, egresando satisfactoriamente, sin embargo, para el 5 de febrero, se confirmó un segundo caso, una mujer de Tampico de 70 años de edad que viajó a Acapulco por Año Nuevo, resultando su esposo fallecido por coronavirus y tres de sus familiares residentes de Monterrey, Nuevo León, positivos.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

LA VACUNA

La primera luz de que la pandemia está por llegar a su fin, se encendió el 12 de enero, con la llegada de 19 mil 500 vacunas Pfizer para el personal de primera línea de hospitales Covid, el proceso se interrumpió y el 15 de febrero se dio paso a la vacunación entre población abierta, por edades, los de más de 60 años de Altamira, San Nicolás y San Carlos fueron los primeros, con 23 mil 800 dosis enviadas por la federación, a la fecha solamente dos municipios más han sido considerados, que son Victoria y Río Bravo, además, se enviaron el 7 de marzo 22 mil 800 dosis de la vacuna Sinovac con una refrigeración superior (13 grados) a la establecida (2 a 8 grados) y la vacunación entre el personal de Salud no ha finalizado, faltan un promedio de 70% de trabajadores afirmó el Sindicato de Tamaulipas.

Una vez más, la pandemia tomó una curva en decremento a mediados de febrero, con menos de cien casos diarios, sin embargo el acumulado es de 50 mil 405 casos de los que 45 mil 107 se han recuperado y 4 mil 560 han fallecido, además hay 738 pacientes activos y 89 sospechosos, la ocupación ha pasado a 12% en hospitales Covid y son 62 mil 779 personas las que han presentado síntomas con resultado negativo, de acuerdo a Salud Estatal.

Salud Federal señala que el 47.85% de los casos son mujeres y el 52.15% hombres, del acumulado son 15.26% los que han sido internados y 84.74% han sido tratados de manera ambulatorio, además, de que se ha detectado que un 20.32% tienen hipertensión arterial, 15.97% obesidad, 15.33% diabetes y 4.82% tabaquismo como enfermedad diagnosticada antes de contraer coronavirus.

A la fecha, los contagios son encabezados por población de entre 30 a 34 años de edad con 6 mil 081 casos además de que hay 1 mil 696 casos de menores de edad.

El indicador cambia en relación a las defunciones, la mayor incidencia se registra entre población de 60 a 69 años de edad con 1 mil 198 de los casos y se ha llegado a las 14 pérdidas de infantes a causa del coronavirus. En este tenor el 84.46% de los pacientes estaban internados en un hospital y el 15.54% murieron en casa, estableciendo como la principal comorbilidad la hipertensión arterial en el 52.01% de los casos., el caso de mayor edad se establece entre los 105 a 109 años, era mujer.

Salud Tamaulipas a informado que son 6 mil 245 los trabajadores de Salud que se han contagiado en este año de pandemia de los que han muerto 112, en este tenor, han reconocido el cansancio, agotamiento y sacrificio que han hecho todos los que conforman la estructura, quienes siguen mostrando fortaleza porque la pandemia, aun no acaba, se requiere que entre el 60 a 70% de la población esté vacunada para alcanzar la inmunidad de rebaño y con ello, reanudar la vida.

Con menos integrantes en nuestro hogar, una lección de amor al prójimo, recuerdos que no volverán y el dolor profundo que deja el haber enfrentado el Covid-19 en carne viva, la tormenta pasará, aún no se definen el regreso a clases presenciales, aunque hoy los comercios no esenciales, los sitios turísticos y de recreación, así como la vida nocturna y los salones de eventos se encuentran abiertos.

Sin duda ha sido un año complejo, lleno de adversidades que nos ha demostrado la vulnerabilidad de la humanidad ante agentes tan microscópicos como los virus.

Justamente hace un año, el lunes 16 de marzo todo cambió, la rutina diaria de la vida tomó una curva de la que no hemos podido salir y que nos ha llevado al trago más amargo, doloroso, cruel, triste y confuso al tenernos que enfrentar al virus SARS-CoV-2, que se niega a marcharse de Tamaulipas.

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El 17 de noviembre de 2019 China confirmó la existencia y propagación del coronavirus, era inminente su llegada a Tamaulipas, la Secretaría de Salud del gobierno estadtal activó los protocolos de bioseguridad y el día 22 de enero del 2020 detectó el primer caso sospechoso, un hombre originario de Wuhan, China, con residencia en Reynosa médico de profesión y con 57 años de edad, que fue atendido en el ISSSTE dando luego de largas pruebas, negativo al virus.

Este caso llevó a las autoridades de Tamaulipas a realizar un simulacro del que fue escenario el Hospital General de Reynosa el día 26 de febrero, en el que se definieron los hospitales de atención a coronavirus, se blindaron con filtros sanitarios los puentes internacionales y aeropuertos, y se emitieron a trabajadores de salud los lineamientos de atención a pacientes sospechosos y contagiados así como el protocolo a seguir para el traslado hospitalario; el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró pandemia al brote.

Y en Tamaulipas, el día llegó el 16 de marzo de 2020, un hombre de 55 años de edad originario de Malasia arribó al Aeropuerto de Tampico, laboraba en una empresa trasnacional de Altamira en donde también tenía su residencia, con síntomas leves, se aplicaron los protocolos y dio positivo.

El Gobierno del Estado, tras la confirmación del caso cero, anunciaba la suspensión inmediata de clases, las aulas se vaciaron el día martes 17 de marzo, al igual que centros de cuidado municipales, las playas de Altamira, Matamoros y Madero, albercas, balnearios, espacios recreativos turísticos como parques, museos, teatros y fueron suspendidos todos los eventos públicos y masivos y todos los destinos turísticos.

El llamado a “no entrar en pánico” no fue suficiente, en un mes los casos se triplicaron, el Gobierno Federal declaró emergencia sanitaria en el país el 30 de marzo, cerrando comercios no esenciales, lo que llevó a un decremento de viajeros y el Aeropuerto de Tampico donde se detectó el primer contagiado reportaba una caída de 40%, entonces se suspendieron todos los vuelos de 4 de 5 aerolíneas incluido el directo a Houston .

Y vino en Tamaulipas la primera muerte, el 4 de abril, una mujer de 54 años de edad residente de Reynosa atendida en el Hospital General, los protocolos se intensificaron, se ordenó la inmediata incineración de los cuerpos prohibiendo el embalsamiento y autopsia en todo paciente sospechoso o confirmado de Covid y quedando cancelados velorios.

En esa misma semana fueron retirados de hospitales los estudiantes internistas, y para el día 7 de abril, se reconocía la existencia de casos comunitarios en almenos seis ciudades en las que Tampico encabezaba la incidencia, la pandemia se declaraba en su Fase III en esta entidad.

Foto: Alejandro del Ángel | El Sol de Tampico

SE DECLARA EMERGENCIA

El Gobierno del Estado declaró Emergencia Sanitaria el día 13 de abril, imponiendo el uso obligatorio de cubrebocas en todo espacio público, confinamiento social (quedarse en casa), home office y entró en operaciones el Centro de Mando Covid-19, el mismo día, el Gobierno Federal anunció el programa “Todos juntos contra el Covid-19” al que se sumaron los hospitales privados de la zona sur recibiendo pacientes sin coronavirus que requerían de cirugías de emergencia que se puso en marcha el 24 de abril luego de que el día 22 de abril se designaran como exclusivos para pacientes contagiados los nosocomios federales de mayor capacidad del IMSS, ISSSTE, Sedena y Marina, dejando sin atender otros padecimientos.

Y aunque desde el 7 de abril, la Coepris comenzó con el exhorto de cierre a negocios no esenciales, éste se concretó el día 23 de abril cuando el Gobierno del Estado lo hizo oficial dando a conocer sanciones, aunado al doble hoy no circula, la instalación de filtros sanitarios obligatorio en todo lugar y los decretos, que desde entonces se han publicado con regularidad, donde se rigen la operatividad comercial y social.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

DE CONTENCIÓN A REBROTES

La pandemia parecía estar contenida, en los primeros tres meses y medio (cierre de mayo) fueron 1 mil 871 contagios y 114 decesos, pero venía el peor de los escenarios, para el 1 de junio la federación estableció la “Nueva Normalidad” y aunque en el Estado se pretendía seguir con el confinamiento, los bloqueos y manifestaciones de comerciantes, sobrepasaron y se comenzó con la reapertura comercial y social con base en la semaforización epidémica en donde rojo es de alto riesgo con confinamiento obligatorio, naranja es riesgo medio con un quédate en casa preventivo, amarillo es de precaución y verde permite salir de casa con prevención.

En junio se reportó la que ha sido la más alta cifra de contagios identificados en un solo día, con 478, a finales del mismo mes se volvieron a cerrar los comercios no esenciales, se instalaron filtros sanitarios en las avenidas principales, aeropuertos, puertos, cruces de lancha, centrales camioneras de las ciudades con mayor repunte y se suspendió el transporte público los fines de semana, se cerraron las áreas recreativas (parques y demás), los tianguis y salones de eventos.

Pero el virus estaba más activo que nunca, la saturación hospitalaria llegó al 90% con 7 nosocomios abarrotados en Tamaulipas, aún cuando en mayo pasado el Estado había construido y entregado 8 hospitales móviles para ampliar la capacidad de atención, teniendo la necesidad de reconvertir más camas y más hospitales para la atención de la pandemia, pasando de 751 camas a 1 mil 048, cuando se sobrepasó la atención de los mil pacientes hospitalizados de manera simultánea de los poco más de 3 mil que en este entonces, tenían la enfermedad activa, cuando el acumulado había pasado a 6 mil 523.

Las muertes tuvieron un incremento del 300% , el Hospital N° 6 del IMSS Madero tuvo que reconocer que el anfiteatro se vio rebasado y habilitaron la sala audiovisual para el resguardo de los cuerpos, uno sobre otro, mientras que en el IMSS N°270 de Reynosa la condición era la misma, instalaron entonces un tráiler con caja fría, una unidad igual llegó al Canseco de Tampico, en donde el anfiteatro ya estaba en su máxima capacidad y se replicó en hospitales de Nuevo Laredo y Matamoros, mientras que trabajadores del ISSSTE Tampico reconocían que trabajaban con los cadáveres en la misma área covid, porque no había suficiente espacio para su resguardo.

Para julio, se habilitaron poco más de 150 fosas en los panteones de Tampico y Madero, Coepris autorizó entonces el entierro de cuerpos, al reconocer la sobredemanda de las 6 funerarias que habían sido autorizadas para la cremación de las víctimas de coronavirus, para ese entonces la víctima más joven de Tamaulipas era una mujer de 19 años de edad de Altamira, la pandemia nos había derrotado.

En esos dos meses, se contrató entonces más personal hospitalario, se alcanzaban 600 pruebas PCR diarias por lo que los tres equipos comprados en abril con espacio de 96 reacciones cada uno para el Laboratorio Estatal de Salud Pública era insuficiente para la demanda, tan sólo de la Zona Sur eran 600 las que se enviaban, para ese momento la inversión del Estado ya alcanzaba los 480 millones de pesos.

Las muertes y contagios entre el personal de salud comenzaban a multiplicarse, Julio fue el primer enfermero que falleció estando de frente a la pandemia, su deceso ocurrió el 27 de abril laboraba en el IMSS N°15 de Reynosa, en la semana del 29 de julio (en siete días) el IMSS reportó 5 decesos incluyendo el caso del neurocirujano Javier Rojas del IMSS Madero.

Pero existía rechazo hacia el personal de Salud que sufría discriminación de parte de la población, quien los acusaba de ser los trasmisores del virus, de ser sacados de los supermercados pasaron a ser bañados en cloro, a tener que dejar de usar su uniforme por miedo a las agresiones y a tener que mudarse de sus propias casas, cuando ellos daban sus vidas en pie de los pacientes.

Para el 1 de agosto, la línea llegó a los mil 029 pérdidas humanas de las que 587 ocurrieron durante julio, convirtiéndose entonces en el mes más mortal de la pandemia, todo escenario previsto por Salud Tamaulipas estaba por romperse, el que era de 1 mil 543 víctimas y 35 mil 715 contagios, a la par de esta cascada, se informaba que el 60% de la población presentaba afectaciones psicológicas derivado de la pandemia, principalmente ansiedad, depresión, estrés, trastorno obsesivo compulsivo, estrés postraumático, hipocondría y ataques de pánico.

El Inegi detalló que 34 mil personas perdieron su empleo, 1 de cada 4 negocios dejaron de operar informó la Canaco luego del confinamiento, el robo a comercios y de automóviles se incrementó de acuerdo a Sesnsp y los colectivos feministas informaron de un aumento del 30% en abuso sexual.

Al cierre de agosto, comenzó el decremento de la pandemia pasando de más de 400 a menos de 200 casos diarios, el semáforo Covid pasó de rojo y naranja a amarillo, para ello las clases en línea ya habían comenzado y vino la reapertura comercial, y una sobredemanda de la vacuna contra la influenza en octubre como un aliado a reducir la incidencia de enfermedades espiratorias, con jornadas de atención hasta el automóvil se superaba las más de 3 mil personas al día mientras que en las unidades médicas las filas llegaron a registrar hasta más de 200 personas.

Para septiembre, trabajadores de la Salud realizaban protestas en toda la entidad pedían, equipo de protección personal, servicio médico, basificación y salario justo al incrementarse los casos de contagio y muerte entre el gremio, en este mismo mes se reanudaron los vuelos a Houston, Estados Unidos, y entonces Tampico pasó a ser el epicentro de la pandemia lugar que ocupaban Reynosa y Matamoros, a mediados de octubre Playa Miramar reabrió con capacidad de 10 mil personas.

En ese mes de octubre, la Sippina publicó el informe de menores de edad fallecidos a causa del Covid-19, 8 eran de Tamaulipas, tres de ellos de menos de un año de edad, dos eran de Matamoros y uno de Valle Hermoso, de Reynosa uno de 12 años y uno más de 15 años, y dos casos más de 17 años de edad de Reynosa y Matamoros, así como uno de 10 años de edad con antecedentes de tabaquismo.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

NUEVA OLEADA

Una nueva oleada vino en enero de este año 2021, resultado de las reuniones familiares y entre amigos por las fiestas decembrinas, llegando a notificar hasta más de 300 nuevos contagios diarios y alcanzando la cifra más alta de defunciones en un día, con más de 45 casos, el excedente de mortandad por la pandemia llegó al 87.8% y nuevamente cinco hospitales sufrieron saturación del 100%, el peregrinar de los pacientes buscando una cama que se vivió de junio a agosto, volvió como el escenario más cruel de que la pandemia no había terminado, el eco de farmacias con desabasto de medicamentos, de cubrebocas e insumos básicos para atender a pacientes en casa creaba un hondo pesar entre quienes lloraban a sus enfermos.

Foto: Alejandro del Ángel | El Sol de Tampico

LA VARIANTE B117

En ese mes, el día 10, se confirmó el primer caso de la variante británica B117, en Matamoros, hombre de origen inglés de 56 años de edad que llegó el 29 de diciembre por asuntos laborales dando positivo y permaneciendo internado y conectado a ventilador durante un mes, egresando satisfactoriamente, sin embargo, para el 5 de febrero, se confirmó un segundo caso, una mujer de Tampico de 70 años de edad que viajó a Acapulco por Año Nuevo, resultando su esposo fallecido por coronavirus y tres de sus familiares residentes de Monterrey, Nuevo León, positivos.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

LA VACUNA

La primera luz de que la pandemia está por llegar a su fin, se encendió el 12 de enero, con la llegada de 19 mil 500 vacunas Pfizer para el personal de primera línea de hospitales Covid, el proceso se interrumpió y el 15 de febrero se dio paso a la vacunación entre población abierta, por edades, los de más de 60 años de Altamira, San Nicolás y San Carlos fueron los primeros, con 23 mil 800 dosis enviadas por la federación, a la fecha solamente dos municipios más han sido considerados, que son Victoria y Río Bravo, además, se enviaron el 7 de marzo 22 mil 800 dosis de la vacuna Sinovac con una refrigeración superior (13 grados) a la establecida (2 a 8 grados) y la vacunación entre el personal de Salud no ha finalizado, faltan un promedio de 70% de trabajadores afirmó el Sindicato de Tamaulipas.

Una vez más, la pandemia tomó una curva en decremento a mediados de febrero, con menos de cien casos diarios, sin embargo el acumulado es de 50 mil 405 casos de los que 45 mil 107 se han recuperado y 4 mil 560 han fallecido, además hay 738 pacientes activos y 89 sospechosos, la ocupación ha pasado a 12% en hospitales Covid y son 62 mil 779 personas las que han presentado síntomas con resultado negativo, de acuerdo a Salud Estatal.

Salud Federal señala que el 47.85% de los casos son mujeres y el 52.15% hombres, del acumulado son 15.26% los que han sido internados y 84.74% han sido tratados de manera ambulatorio, además, de que se ha detectado que un 20.32% tienen hipertensión arterial, 15.97% obesidad, 15.33% diabetes y 4.82% tabaquismo como enfermedad diagnosticada antes de contraer coronavirus.

A la fecha, los contagios son encabezados por población de entre 30 a 34 años de edad con 6 mil 081 casos además de que hay 1 mil 696 casos de menores de edad.

El indicador cambia en relación a las defunciones, la mayor incidencia se registra entre población de 60 a 69 años de edad con 1 mil 198 de los casos y se ha llegado a las 14 pérdidas de infantes a causa del coronavirus. En este tenor el 84.46% de los pacientes estaban internados en un hospital y el 15.54% murieron en casa, estableciendo como la principal comorbilidad la hipertensión arterial en el 52.01% de los casos., el caso de mayor edad se establece entre los 105 a 109 años, era mujer.

Salud Tamaulipas a informado que son 6 mil 245 los trabajadores de Salud que se han contagiado en este año de pandemia de los que han muerto 112, en este tenor, han reconocido el cansancio, agotamiento y sacrificio que han hecho todos los que conforman la estructura, quienes siguen mostrando fortaleza porque la pandemia, aun no acaba, se requiere que entre el 60 a 70% de la población esté vacunada para alcanzar la inmunidad de rebaño y con ello, reanudar la vida.

Con menos integrantes en nuestro hogar, una lección de amor al prójimo, recuerdos que no volverán y el dolor profundo que deja el haber enfrentado el Covid-19 en carne viva, la tormenta pasará, aún no se definen el regreso a clases presenciales, aunque hoy los comercios no esenciales, los sitios turísticos y de recreación, así como la vida nocturna y los salones de eventos se encuentran abiertos.

Sin duda ha sido un año complejo, lleno de adversidades que nos ha demostrado la vulnerabilidad de la humanidad ante agentes tan microscópicos como los virus.

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