/ lunes 8 de abril de 2019

De cárcel a Castillo de la Alegría

A partir de este mes sus pasillos, otrora grises, se pintarán de risas e inocencia

Punto estratégico para ganar batallas. Después, 80 años después, piedra para cárcel, y ahora generador de sueños. El Cerro de Andonegui, que debe su nombre al capitán de granaderos que combatió a los españoles: el Coronel Juan Andonegui, se ha convertido en un espacio para la ocasión de la cultura y el esparcimiento, pues alberga actualmente al “Museo del Niño”.

Sus muros llenos de leyendas urbanas ahora lucen alegres colores. La puerta, por donde una vez entró lo más peligroso de la sociedad, recibirá a partir de este mes la inocencia de miles de niños que encontrarán en este edificio, históricamente relacionado con el bajo mundo, motivos para la alegría y la cultura.

Atrás quedarán las historias de horror que una vez contaron las noticias, sobre los hombres que pisaron y vivieron en esta penitenciaría, que en su momento más álgido llegó a tener a casi 2 mil reclusos, cuando su capacidad era de 400 reos. Las miradas de desesperación ahora se convierten en ojos sorprendidos por el arte y la tecnología.

“El Palacio Penal de Andonegui es uno de los edificios con más historia en la zona, albergó desde un principio a los delincuentes más temidos que encabezaron la nota roja de los periódicos en diferentes épocas y fue una de las más tenebrosas prisiones de Tamaulipas, según cuentan muchos expresidiarios”.

Una fabulosa vista de lo que próximamente será el Museo del Niño / Paulo Monsiváis

SU NOMBRE

Comenta el cronista vitalicio de Tampico, Lic. Marco Flores Torres, que el cerro que fue adoptado por tampiqueños a principios de 1829 sirvió como punto estratégico donde combatieron 264 militantes del segundo batallón de Antonio López de Santa Anna bajo el mando del capitán de granaderos, Coronel Juan Andonegui.

Agrega que fue durante el régimen de César López de Lara en 1922 cuando surgió la necesidad de construir una cárcel municipal, “pues la vieja ergástula estaba siendo ya sobrepoblada con el crecimiento de la ciudad que en ese momento se encontraba en el auge petrolero y era sede de muchos maleantes que llegaban a buscar víctimas”.

Fue el propio gobernador César López de Lara quien puso la primera piedra de lo que sería el Palacio Penal de Andonegui, iniciando su construcción el 1 de agosto de 1922 con un presupuesto aprobado por el Congreso del estado de 267 mil 627 pesos y el diseño arquitectónico del edificio fue sugerido por el filósofo inglés Jeremy Bentham.

Indica que “Andonegui fue pensado como una prisión regional, diseñada con todas las especificaciones de seguridad, como paredes gruesas de ladrillo, barrotes de fierro y equipado con custodios entrenados para disparar contra cualquier preso que intentara cruzar el cajón, pero pese a todas las precauciones no pudieron evitar que hubiera fugas desde que estaba recién inaugurada la prisión”.

El Palacio Penal de Andonegui, añade Marco Flores, “fue inaugurado el 3 de marzo de 1924 por el Profr. Candelario Garza, gobernador de Tamaulipas, siendo alcalde interino Federico Martínez Rojas. El complejo penitenciario contaba con un pabellón de 2 pisos, la parte superior destinada a 2 juzgados penales con salones, una gran terraza en el techo y un pabellón para reloj”.

El 23 de enero de 1924 empezó a funcionar el Penal de Andonegui, señala Flores Torres, “el primer director del centro penitenciario fue el Sr. Emilio Rivera Echegaray, para febrero de 1924 ya había 230 reclusos y después de 81 años de funcionamiento, el 25 de octubre de 2005 cerró sus puertas en Tampico la legendaria penitenciaría, trasladándose a los internos al Cedes de Altamira”, agregó.

A principios de este año sirvió como punto estratégico donde combatieron 264 militantes del segundo batallón de Antonio López de Santa Anna bajo el mando del capitán de granaderos, Coronel Juan Andonegui / Paulo Monsiváis

La penitenciaría tiene aún historias por descubrir, algunas alegres, otras definitivamente muy tristes. Sin embargo el paso del tiempo le ha dado al cerro de Andonegui su última vocación, para gozo de pequeños y los no tan pequeños; después de ser la prisión más oscura, será a partir de ahora un espacio de libertad para la imaginación.

  • 1829 A principios de este año, sirvió como punto estratégico donde combatieron 264 militantes del segundo batallón de Antonio López de Santa Anna bajo el mando del capitán de granaderos el Coronel Juan Andonegui.
  • 1 de agosto 1922 Inicia la construcción del Palacio Penal de Andonegui
  • 3 de marzo de 1924 Fue inaugurado por el Profr. Candelario Garza, gobernador de Tamaulipas
  • 25 de octubre de 2005 Cerró sus puertas en Tampico la legendaria Penitenciaría

25 de octubre del 2005 Cerró sus puertas en Tampico la legendaria penitenciaria / Archivo de El Sol de Tampico

ALGUNOS PRESOS “FAMOSOS”

1928 Librado Rivera, luchador anarquista amigo de Ricardo Flores Magón, quien publicó desde el penal el periódico “Avante”

1956 Santiago Reyes Quesada (a) el “Capitán Fantasma”, que escapó de Andonegui en un mueble para una “cantina” que el mismo elaboró.

1968 Jóvenes del movimiento estudiantil del 68: Jorge Alberto Sánchez, José Luis Molina, Silvestre Sánchez, Eduardo López Torres, José Luis Reyes y Teodoro Alcalá pertenecientes a la “Brigada Bella Vista” fueron llevados al penal.

INAUGURACIÓN

¿Estás listo para zarpar a la diversión? ¡Gran apertura de Barco Museo del Niño este 11 de abril en #Tampico!

Gobierno Tamaulipas @gobtam

Punto estratégico para ganar batallas. Después, 80 años después, piedra para cárcel, y ahora generador de sueños. El Cerro de Andonegui, que debe su nombre al capitán de granaderos que combatió a los españoles: el Coronel Juan Andonegui, se ha convertido en un espacio para la ocasión de la cultura y el esparcimiento, pues alberga actualmente al “Museo del Niño”.

Sus muros llenos de leyendas urbanas ahora lucen alegres colores. La puerta, por donde una vez entró lo más peligroso de la sociedad, recibirá a partir de este mes la inocencia de miles de niños que encontrarán en este edificio, históricamente relacionado con el bajo mundo, motivos para la alegría y la cultura.

Atrás quedarán las historias de horror que una vez contaron las noticias, sobre los hombres que pisaron y vivieron en esta penitenciaría, que en su momento más álgido llegó a tener a casi 2 mil reclusos, cuando su capacidad era de 400 reos. Las miradas de desesperación ahora se convierten en ojos sorprendidos por el arte y la tecnología.

“El Palacio Penal de Andonegui es uno de los edificios con más historia en la zona, albergó desde un principio a los delincuentes más temidos que encabezaron la nota roja de los periódicos en diferentes épocas y fue una de las más tenebrosas prisiones de Tamaulipas, según cuentan muchos expresidiarios”.

Una fabulosa vista de lo que próximamente será el Museo del Niño / Paulo Monsiváis

SU NOMBRE

Comenta el cronista vitalicio de Tampico, Lic. Marco Flores Torres, que el cerro que fue adoptado por tampiqueños a principios de 1829 sirvió como punto estratégico donde combatieron 264 militantes del segundo batallón de Antonio López de Santa Anna bajo el mando del capitán de granaderos, Coronel Juan Andonegui.

Agrega que fue durante el régimen de César López de Lara en 1922 cuando surgió la necesidad de construir una cárcel municipal, “pues la vieja ergástula estaba siendo ya sobrepoblada con el crecimiento de la ciudad que en ese momento se encontraba en el auge petrolero y era sede de muchos maleantes que llegaban a buscar víctimas”.

Fue el propio gobernador César López de Lara quien puso la primera piedra de lo que sería el Palacio Penal de Andonegui, iniciando su construcción el 1 de agosto de 1922 con un presupuesto aprobado por el Congreso del estado de 267 mil 627 pesos y el diseño arquitectónico del edificio fue sugerido por el filósofo inglés Jeremy Bentham.

Indica que “Andonegui fue pensado como una prisión regional, diseñada con todas las especificaciones de seguridad, como paredes gruesas de ladrillo, barrotes de fierro y equipado con custodios entrenados para disparar contra cualquier preso que intentara cruzar el cajón, pero pese a todas las precauciones no pudieron evitar que hubiera fugas desde que estaba recién inaugurada la prisión”.

El Palacio Penal de Andonegui, añade Marco Flores, “fue inaugurado el 3 de marzo de 1924 por el Profr. Candelario Garza, gobernador de Tamaulipas, siendo alcalde interino Federico Martínez Rojas. El complejo penitenciario contaba con un pabellón de 2 pisos, la parte superior destinada a 2 juzgados penales con salones, una gran terraza en el techo y un pabellón para reloj”.

El 23 de enero de 1924 empezó a funcionar el Penal de Andonegui, señala Flores Torres, “el primer director del centro penitenciario fue el Sr. Emilio Rivera Echegaray, para febrero de 1924 ya había 230 reclusos y después de 81 años de funcionamiento, el 25 de octubre de 2005 cerró sus puertas en Tampico la legendaria penitenciaría, trasladándose a los internos al Cedes de Altamira”, agregó.

A principios de este año sirvió como punto estratégico donde combatieron 264 militantes del segundo batallón de Antonio López de Santa Anna bajo el mando del capitán de granaderos, Coronel Juan Andonegui / Paulo Monsiváis

La penitenciaría tiene aún historias por descubrir, algunas alegres, otras definitivamente muy tristes. Sin embargo el paso del tiempo le ha dado al cerro de Andonegui su última vocación, para gozo de pequeños y los no tan pequeños; después de ser la prisión más oscura, será a partir de ahora un espacio de libertad para la imaginación.

  • 1829 A principios de este año, sirvió como punto estratégico donde combatieron 264 militantes del segundo batallón de Antonio López de Santa Anna bajo el mando del capitán de granaderos el Coronel Juan Andonegui.
  • 1 de agosto 1922 Inicia la construcción del Palacio Penal de Andonegui
  • 3 de marzo de 1924 Fue inaugurado por el Profr. Candelario Garza, gobernador de Tamaulipas
  • 25 de octubre de 2005 Cerró sus puertas en Tampico la legendaria Penitenciaría

25 de octubre del 2005 Cerró sus puertas en Tampico la legendaria penitenciaria / Archivo de El Sol de Tampico

ALGUNOS PRESOS “FAMOSOS”

1928 Librado Rivera, luchador anarquista amigo de Ricardo Flores Magón, quien publicó desde el penal el periódico “Avante”

1956 Santiago Reyes Quesada (a) el “Capitán Fantasma”, que escapó de Andonegui en un mueble para una “cantina” que el mismo elaboró.

1968 Jóvenes del movimiento estudiantil del 68: Jorge Alberto Sánchez, José Luis Molina, Silvestre Sánchez, Eduardo López Torres, José Luis Reyes y Teodoro Alcalá pertenecientes a la “Brigada Bella Vista” fueron llevados al penal.

INAUGURACIÓN

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