/ miércoles 2 de octubre de 2019

De la tragedia al arte

Hablar del movimiento del 68 es hablar de una falta de diálogo y democracia, que trajo mucho dolor a los mexicanos

Hablar del movimiento del 68 es hablar de una falta de diálogo y democracia, que trajo mucho dolor a los mexicanos, pero que también inspiró a grandes artistas de la época a manifestarse a través de la música, la literatura y la pintura.

El músico y profesor tamaulipeco Enrique Esqueda recuerda el día de hoy a grandes personajes que formaron parte de un movimiento social que buscaba un cambio y que no solo incluía la participación de estudiantes, sino también participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros, campesinos, comerciantes y profesionales.

“El movimiento del 68 fue algo muy doloroso y aunque el 2 de Octubre lo vi a distancia porque yo estaba aquí en Tampico, me dolió, porque no es lo mismo cambiar “mentadas de madre” y consignas contra balas”, expuso.

El creador del “Festival 2 de Octubre no se olvida” en Tampico, explica que en aquel entonces los jóvenes pedían democracia que no existía, diálogo con el gobierno y no fueron escuchados, dejaron que creciera y creciera, pero ante la cercanía de los Juegos Olímpicos fueron reprimidos.

“Yo vi varios mítines en Tampico de gente pensante y a mí me conmovió mucho el compositor y cantante Roberto Rosales, que a sus escasos 15 años se paró en El Sol de Tampico, con una carta protestando, se me hizo muy pequeño para tener la hombría en aquel entonces de defender”, recordó con nostalgia.

Esqueda recuerda cómo Octavio Paz renunció al cargo de Embajador de México en la India, porque no estuvo de acuerdo con lo sucedido, a ello se le sumaron Elena Poniatowska, Oscar Chávez, Pablo Neruda, quienes desde sus trincheras manifestaron su inconformidad sobre los hechos en la Plaza de las Tres Culturas, que hasta el día de hoy no se tiene contabilizado exactamente el número de víctimas.

“En los 60 hubo muchas cosas muy raras, fuimos una generación rebelde, una generación con muchos sueños, una generación muy idealista, porque en París, Checoslovaquia, Yugoslavia, jóvenes de todo el mundo protestaban, y apareció Dalí, Picasso, Pablo Neruda con sus obras que hasta el día hoy siguen siendo un estandarte de manifestación”, detalló.

Con 38 años de promover el festival Enrique Esqueda recuerda que desde joven fue muy inquieto y al escuchar a intérpretes como Mercedes Sosa, Violeta Parra, Soledad Bravo, Víctor Heredia, Amparo Ochoa, “Los Folcloristas” y Gabino Palomares, descubre una manera de sumar y alzar la voz.

“Me di cuenta que la canción no solo sirve para cantarle al amor, sino que podía tener otra función: la de mover conciencias, mover cerebros, de poner a reflexionar a la gente, como los viejos juglares que van cantando los acontecimientos que no se conocen a través de los medios, y ahí abracé mi carrera de cantor”, recordó.

Enrique Esqueda concluyó invitando a las nuevas generaciones a leer, informarse, conocer la historia y a través del arte, manifestarse, darse cuenta de que la desigualdad sigue, la injusticia sigue, cada vez es más y hoy en día es necesario alzar la voz.

“Sí tú tienes una guitarra, si tú ves una injusticia, si tú puedes cantar y expresar lo que no estás de acuerdo en contra del sistema, hay que hacerlo, en aquel entonces yo adquirí el compromiso de cantar por eso”, concluyó.

Hablar del movimiento del 68 es hablar de una falta de diálogo y democracia, que trajo mucho dolor a los mexicanos, pero que también inspiró a grandes artistas de la época a manifestarse a través de la música, la literatura y la pintura.

El músico y profesor tamaulipeco Enrique Esqueda recuerda el día de hoy a grandes personajes que formaron parte de un movimiento social que buscaba un cambio y que no solo incluía la participación de estudiantes, sino también participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros, campesinos, comerciantes y profesionales.

“El movimiento del 68 fue algo muy doloroso y aunque el 2 de Octubre lo vi a distancia porque yo estaba aquí en Tampico, me dolió, porque no es lo mismo cambiar “mentadas de madre” y consignas contra balas”, expuso.

El creador del “Festival 2 de Octubre no se olvida” en Tampico, explica que en aquel entonces los jóvenes pedían democracia que no existía, diálogo con el gobierno y no fueron escuchados, dejaron que creciera y creciera, pero ante la cercanía de los Juegos Olímpicos fueron reprimidos.

“Yo vi varios mítines en Tampico de gente pensante y a mí me conmovió mucho el compositor y cantante Roberto Rosales, que a sus escasos 15 años se paró en El Sol de Tampico, con una carta protestando, se me hizo muy pequeño para tener la hombría en aquel entonces de defender”, recordó con nostalgia.

Esqueda recuerda cómo Octavio Paz renunció al cargo de Embajador de México en la India, porque no estuvo de acuerdo con lo sucedido, a ello se le sumaron Elena Poniatowska, Oscar Chávez, Pablo Neruda, quienes desde sus trincheras manifestaron su inconformidad sobre los hechos en la Plaza de las Tres Culturas, que hasta el día de hoy no se tiene contabilizado exactamente el número de víctimas.

“En los 60 hubo muchas cosas muy raras, fuimos una generación rebelde, una generación con muchos sueños, una generación muy idealista, porque en París, Checoslovaquia, Yugoslavia, jóvenes de todo el mundo protestaban, y apareció Dalí, Picasso, Pablo Neruda con sus obras que hasta el día hoy siguen siendo un estandarte de manifestación”, detalló.

Con 38 años de promover el festival Enrique Esqueda recuerda que desde joven fue muy inquieto y al escuchar a intérpretes como Mercedes Sosa, Violeta Parra, Soledad Bravo, Víctor Heredia, Amparo Ochoa, “Los Folcloristas” y Gabino Palomares, descubre una manera de sumar y alzar la voz.

“Me di cuenta que la canción no solo sirve para cantarle al amor, sino que podía tener otra función: la de mover conciencias, mover cerebros, de poner a reflexionar a la gente, como los viejos juglares que van cantando los acontecimientos que no se conocen a través de los medios, y ahí abracé mi carrera de cantor”, recordó.

Enrique Esqueda concluyó invitando a las nuevas generaciones a leer, informarse, conocer la historia y a través del arte, manifestarse, darse cuenta de que la desigualdad sigue, la injusticia sigue, cada vez es más y hoy en día es necesario alzar la voz.

“Sí tú tienes una guitarra, si tú ves una injusticia, si tú puedes cantar y expresar lo que no estás de acuerdo en contra del sistema, hay que hacerlo, en aquel entonces yo adquirí el compromiso de cantar por eso”, concluyó.

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