Han pasado más de 20 años desde que el tren a Magozal dio el último viaje y aún es recordado por miles de personas que viajaron en la llamada "bestia de acero de Tampico", rumbo a todo el norte de Veracruz.
Con un trayecto de más de 70 kilómetros, desde el sur de Tamaulipas hasta Magozal, perteneciente al municipio de Chontla -que significa "mujer de cabellera larga"-, los más de 150 pasajeros se dividían en dos carros y comenzaban la travesía disfrutando del viaje en medio del bullicio de la gente.
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El tren que conectaría a Tampico con México se vio frenado por la Revolución
El proyecto original de esta vía férrea era construirla desde dos puntos de Tampico a Magozal y posteriormente de Magozal a México, cuya concesión fue otorgada en 1912 a Richard Honey, un británico que había emigrado de Cornwall a Pachuca a los 23 años y gracias a su visión amasó una fortuna construyendo puentes de hierro y comprando minas.
El entonces presidente de México, Porfirio Díaz, fue quien ordenó que se encargara de esta construcción, la cual fue interrumpida por la Revolución mexicana, quedando inconclusa cubriendo solo el tramo de Tampico a Magozal.
Todos los días a las 7:30 horas el silbato de la locomotora anunciaba la primera salida desde el puerto de Tampico hasta ese pequeño pueblo enclavado en la sierra de Otontepec, al norte del estado veracruzano.
Los dos recorridos que efectuaba el ferrocarril (ida y vuelta) alegraban la economía de los poblados por donde pasaban, donde los lugareños ofrecían sus productos a los usuarios, desde enchiladas, tacos, hasta miel o queso.
¿Cuál era la ruta del ferrocarril Tampico-Magozal? Pasaba por al menos nueve poblados
Estas son solo algunas de las estaciones que recorría la mole de acero hasta llegar a Magozal, lo que ocurría pasado el mediodía:
- Pedernales
- Tanceme
- Quebrache
- La Puente
- Placetas
- Empalme
- Carbono
- Topila
- Mascareñas
“De 1912 comenzó la construcción del tren y se concesionó como en 1914 en pleno auge de la Revolución, entonces ese fue uno de los factores por los cuales se detuvo la conclusión de México a Tampico y por eso llegó solamente a Magozal.
Más de 80 años prestando el servicio y sí quedaron muchos recuerdos, muchas añoranzas, mucha gente que se comunicaba por el tren de todas esas partes”, señala Ramón Ontiveros Villegas, secretario general de Organización, Educación y Estadística de la Sección VI del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República México (STFRM), con sede en Ciudad Madero.
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Al ser un transporte mixto además de llevar pasajeros, también transportaba diferente tipo de carga en el que se incluían desde gallinas, pollos y guajolotes hasta cerditos.
El tren constaba de un correo, un exprés, dos coches de pasajeros, los carros de la caja que los movieran y el cabús.
“Cada coche de pasajeros tiene entre 78 y 82 asientos para su pasaje, de tal manera que si llevaba dos coches de pasajeros iban más de 150 gentes acomodadas, pero siempre iban llenos y aparte hubo un momento que uno de esos dos coches se fue a mantenimiento y duró un buen tiempo con furgones de carga que habilitaron para pasajeros y los cabuces igual para seguir prestando el servicio a toda la gente”, señala Ramón Ontiveros.
Parque Alijadores en Tampico era atravesado por este tren
Al pasar por la carga de las compañías refresqueras que se localizaban en la Isleta Pérez, la locomotora detenía el juego del llamado "rey de los deportes", ya que las vías del ferrocarril atravesaban el campo deportivo, lo que llamó la atención del mundo entero.
Entre el cuarto y séptimo inning a lo lejos se alcanzaba a escuchar el silbato de la locomotora, por lo que se pedía tiempo fuera a los jugadores, mientras que los trabajadores alijadores abrían un portón que se localizaba en una esquina del estadio.
El juego se suspendía alrededor de cuatro minutos en lo que todo el tren cruzaba el campo deportivo, siendo este un espectáculo extra tanto para los aficionados del beisbol, como para los pasajeros que viajaban en la locomotora.
Lamentablemente, en 1996 fue la última corrida de este tren a tierras norveracruzanas, en donde los habitantes de las estaciones nunca más volvieron a escuchar el silbato de la locomotora al aproximarse a los pintorescos pueblos.
“Uno de los pretextos que puso la empresa para quitar el tren fue que no era costeable para la empresa, ya que era mucho lo que tenía de costo el tren para el cobro del pasaje, para el cobro del arrendamiento de transporte de carga, que bajó la producción de carga también y la empresa argumentó que ya no era costeable”, señala Ramón Ontiveros.
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Así acabó la era del tren de pasajeros en Tampico, solo quedan recuerdos
Los ferrocarrileros vivieron momentos de incertidumbre ante la privatización de los ferrocarriles en México, que se dio en el año de 1996 a 1998 durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
Sin embargo han logrado adaptarse gracias al liderazgo que se ha impulsado desde la dirigencia nacional del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, “que ha sabido llevar a los ferrocarrileros para obtener mejoras en sus prestaciones salariales”.
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El recuerdo del tren de Tampico a Magozal no ha partido de la memoria colectiva, ya que gran cantidad de personas rememoran con anhelo aquellas travesías anunciadas con el silbato de la locomotora que daba a conocer la salida a un recorrido en el que bien se disfrutaban los sabores, las largas charlas o los paisajes que lentamente quedaban atrás.
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