En la escuela de la vida no hay vacaciones

Paulo Monsiváis

  · domingo 23 de julio de 2017

Mientras que la combinación de playa y vacaciones es para lamayoría de la población, alegría, descanso y diversión, paraquienes viven de recorrer la arena en busca de clientes, resultauna época de oportunidad para poder incrementar sus ingresoseconómicos en los hogares.

En promedio, de cada 10 ambulantes que ofrecen sus mercancíasen Miramar, seis emplean a menores de edad durante las vacacionesde verano, es decir durante esta época, unos 350 menores cambianlas aulas por el trabajo en la playa, al tener que acompañar a suspadres y apoyar en la economía de sus hogares.

La Secretaría de Bienestar Social en el municipio de Madero,Adriana Morato Avilés, confirmó que aún no existe un esquema deapoyo para que los menores se abstengan de realizar las jornadasjunto a sus padres en la zona de bañistas, ni tampoco un programaque ayude a las familias de los ambulantes para evitar que lleven asus niños a laborar.

José, de 10 años de edad, hace fuerza para hacer rodar elcarrito de fruta junto a su padre, lo tienen que llevar por toda lazona de playa, “ya me acostumbré y ahorita que no voy a laescuela vengo a ayudar en el trabajo a mi papá, además hagoalgunos mandados a los turistas para ganar un poco más”.

Ahí en la colonia (Sahop) somos muchos niños que venimos enlas vacaciones, afirma, “así podemos comprar las cosas para laescuela y algo para nosotros, y como todos los días hay gente,venimos a trabajar a veces con mis hermanos y otras con lospapás”.

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De acuerdo a las cifras oficiales del Instituto Nacional deEstadística y Geografía, durante la temporada de vacaciones seincrementa entre un 15 y 20 por ciento, registrando que en elestado laboran 45 mil 185 tamaulipecos entre los 5 y 17 años deedad, mil 774 realizan una ocupación permitida, esto es venden suspropios productos, prestan un servicio o reciben propina por unaactividad, mientras que otros 3 mil reciben apoyos por parte deinstituciones de gobierno.

En Madero, organismos no gubernamentales como La Comunidad Surf,ofrece a los menores talleres de este deporte, para que puedandarse un momento de recreación durante las jornadas laborales,“son en su mayoría niños que les gusta el deporte y dejan a unlado sus ventas para tomar unas clases sobre la tabla”, exponeMarcial Juárez Gallegos, quien pertenece a esta comunidad.

“Gran parte de los grupos que formamos se componen de niñosde las zonas marginadas, que se han acercado a la playa porque esuna manera de ganarse la vida y les damos la oportunidad deaprender algo diferente, pues nos motiva mucho poder aportarlesalgo distinto sus jornadas”, afirma.

Los pequeños se desempeñan en diversas ocupaciones que vandesde despachar en los carritos de ambulantes a trasladarinflables, cargar mercancía o recorrer la playa ofreciendo algúnproducto sin que tengan un salario, ya que trabajan en su mayoríacon sus familias en los puestos ambulantes.

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