El dolor por la ausencia nunca muere, solo adormece y emerge demoledor en cada de uno de los quedaron en el mundo terrenal con las letras musicales de “Amor eterno” o “Te vas ángel mío” que revolotean suaves junto a la tumba de la madre que fue llamada inesperadamente.
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Así le rindieron tributo sus hijos y nietos en el panteón municipal a Leticia Guardiola Pérez, que falleció en junio pasado de un infarto fulminante, cuando la vida parecía que le sonreía.
Es Yesica Rodríguez, su hija; su nuera Carolina y sus cuatro nietos quienes aún le lloran junto a su tumba de granito blanco, rodeada de flores y adornada con la foto de la madre ausente, mostrando su mejor sonrisa.
Las lágrimas están presentes, pero también los recuerdos de la familia que la lleva en el corazón, como una mamá amorosa y entregada, al escuchar las notas musicales del dueto que canta “Las mañanitas” y “Madre mía”.
Solo fueron minutos de culto musical a la madre, en este su día, porque no se permiten músicos por la pandemia en el cementerio de la avenida Hidalgo de Tampico, pero estos fueron más que suficientes para demostrar que el amor a las madres nunca muere.