La repentina muerte del empresario y promotor deportivo residente en el municipio de Altamira, Enrique de Hita Yibale, causó sorpresa entre la población altamirense pues siempre se le vio como una persona sana y amable, que jamás perdió su sencillez hacia sus semejantes sin importar su estatus social.
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Así lo definió el historiador local Adrián Olvera Tavera, quien indicó “Enrique de Hita padre, llegó a tierras de Altamira allá a mediados de la década de los años ochenta, le apostó mucho al crecimiento del puerto. Fue un hombre visionario, a pesar de que en aquella época esa zona estaba muy lejos de la mancha urbana, logró construir múltiples servicios para la comunidad portuaria que hoy en día lo podemos observar y la gran cantidad de empleos que todo eso conlleva”.
Entrevistado en torno a la repentina muerte de este empresario originario de la Ciudad de México, Adrián Olvera indicó “a pesar de que no era de aquí, siempre trabajo por Altamira, lo llevaba en su corazón, fue muy estimado por la población, generó muchos empleos a favor de la población altamirense y debemos de reconocer que no fue un inversionista que obtuvo su dinero y se fue.
Al contrario aquí se quedó a invertirlo, estableció su domicilio, fundó un equipo de futbol, construyó una torre multimodal, un frigorífico, un patio de maniobras portuarias entre otras muchas cosas que todo eso te genera empleos”.
Enrique De Hita Yibale fue de los primeros inversionistas que tuvo el puerto de Altamira en sus alrededores como fue haber construido la torre Multimodal, la estación de servicio de combustibles a un costado del bulevar De Los Ríos y Río Tamesí, justo en el acceso principal al puerto de Altamira, construyó los restaurantes Nudo Marino, La Dársena, Frigorífico para cargas de exportación e importación que requieren ser congeladas.
“Don Enrique De Hita siempre le apostó al 100% al desarrollo portuario, no fue un empresario golondrino, llegó para quedarse en Altamira, prueba de ello es que últimamente se estaba dedicando a su rancho donde llevó a cabo la siembra de tomate, cebolla, chile, papaya, producción de quesos y otro tipo de lácteos que poco a poco se están posicionando”, explicó el historiador Adrián Olvera Tavera.
Pero en el plano deportivo el empresario invirtió por el equipo de fútbol de sus amores como fue Estudiantes de Altamira, para ello con el gobierno del estado construyó un estadio a un costado del bulevar al puerto Industrial que siempre lo mantuvo en buenas condiciones y que sirvió para el descubrimiento de grandes figuras en el ámbito futbolero.
Al empresario le sobrevive sus hijos Enrique e Isaac De Hita Sánchez quienes desde hace tiempo se había reincorporado a los negocios de su papá con la finalidad de apoyarle en el fortalecimiento de lo que fundó hace más de tres décadas.