La capacidad instalada de pequeños varaderos en este puerto, así como los astilleros públicos de Pemex y de la Secretaría de Marina permanecen subutilizados por la ausencia de políticas federales, sin que el gobierno tenga entre sus prioridades el rescate de la construcción naval.
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El florecimiento de esa industria generaría empleo, derrama económica y ayudaría a la modernización de la flota pesquera, actualmente abastecida por chatarra de Estados Unidos.
Emilio García Walle, expresidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, explicó que desde inicio de la década de los 80 en México quedó paralizada la industria naval, dejaron de fabricarse barcos para la pesca de camarón y actualmente solo algunos talleres en esta localidad construyen lanchas en forma artesanal.
En la localidad hay mano de obra especializada, patios y talleres con capacidad instalada que se encuentra desaprovechada porque los armadores no tienen acceso a créditos de bajo costo, pues el gobierno federal se ha negado a proporcionar cualquier estímulo para dar solidez al sector pesquero, mencionó.
En ese sentido, el Frente Unido de Marinos Mercantes lamentó que el gobierno de la Cuarta Transformación no tenga interés en incentivar inversión privada para la construcción y rehabilitación de embarcaciones.
