Protagonista en varios países como un luchador social en pro de la justicia y la democracia, José Puente -Pepe Puente- se encuentra al iniciarse este año de 2019 enfermo y olvidado. Fue un luchador, sí, pero con las armas en la mano. Su padre, de igual nombre, estuvo al lado del general Lázaro Cárdenas apoyándolo en su proyecto de expropiar los bienes petroleros en manos del capital extranjero. Fue de los obreros que iniciaron la nueva etapa de Pemex, en la Refinería Madero.
LA GUERRILLA CUBANA EN TAMAULIPAS
A finales de los 50, Pepe padre proporcionó efectivo respaldo a la guerrilla cubana en vísperas de zarpar en el Granma a la isla caribeña con el propósito de derrocar al dictador Fulgencio Batista.
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Fidel Castro, Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos y otros, fueron sus huéspedes en su hogar en Ciudad Madero, mientras se reparaba el motor de la embarcación en el taller del señor Sigrist, en Tampico, anclada en Tuxpan. Proporcionó un camión para el traslado del motor.
El barco zarpó el 26 de noviembre de 1956 dejando en el puerto a muchos voluntarios mexicanos que ya no admitía la capacidad de la endeble nave.
Lo que siguió en la isla de Cuba fue poner en práctica la guerra de guerrillas, hasta lograr el triunfo el 1 de enero de 1958, llegando Fidel Castro a La Habana el día 8 siguiente. Tres miembros de la familia Puente arribaron a esa capital el día 14 siguiente y permanecieron hasta junio, momento de regresar, pero sin conseguir boletos de avión.
Fue el mismo Ernesto “Che” Guevara quien les facilitó el vuelo, no sin antes que Pepe hijo quedara comprometido con este líder para seguir la guerrilla en países de Latinoamérica, mediante Movimientos de Liberación Nacional, que el mismo “Che” se comprometía a apoyar, sugiriéndole abriera una casa de seguridad como base de operaciones en México, la que estuvo ubicada en la avenida Obregón 175. “Allí van a llegar muchos guerrilleros”, dijo el legendario “Che”.
Pepe hijo estuvo viviendo todo ese ambiente de los movimientos sociales, mientras estudiaba ingeniería en la UNAM; seguir los pasos de su padre fue para él una obligación moral y una vocación, identificándose con sus aplicaciones para luchar contra las dictaduras por y para un mundo mejor, desde la perspectiva del marxismo- leninismo.
Su primera participación activa tuvo como objetivo derrocar al dictador Anastasio Somoza, de larga vida como dinastía familiar en Nicaragua. Para ello formó parte de la primera célula guerrillera junto con Carlos Fonseca y Tomás Borge; se creó en México el Comité Revolucionario Nicaragüense.
Integrados los cimientos de un grupo guerrillero como personas de varios países, Pepe realizó los preparativos para incursionar en Nicaragua desde territorio hondureño, pero el comando fue detectado y se entabló una batalla en una zona llamada “El Chaparral”, siendo aniquilado por el ejército de Honduras. Pero la guerrilla no terminaba con ese primer fracaso. Como se sabe, la guerra de guerrillas es una táctica militar que consiste en atacar sin ser visto, hostigando al enemigo en el propio terreno, que conocen muy bien, de las fuerzas defensoras con destacamentos irregulares y dispersos.
Precisamente esta fue la antigua táctica seguida en Nicaragua que también funcionó en otros países de Latinoamérica especialmente en la segunda mitad del siglo XX.
En México ha existido la guerrilla desde la época de las luchas por la Independencia, hasta el surgimiento de movimientos en ese contexto en la segunda mitad del siglo XX en las escuelas normales rurales, a la par que la guerrilla urbana en la época de Luis Echeverría. Para Manuel Díaz Cid, también existe en la selva chiapaneca una guerrilla… pero de papel.
LA LUCHA EN NICARAGUA
La guerrilla nicaragüense se formó para derrocar a la familia Somoza, la que se había apoderado de las riquezas del país, bajo el manto protector de los Estados Unidos. A este país le interesaba el control político y militar de gran parte de Latinoamérica, metiendo mano en los golpes de Estado y eliminando a los gobernantes que no se alineaban a su política intervencionista.
La lucha antisomocista en realidad, la había iniciado César Sandino desde fines de los años 20 y que al morir en combate en 1934 contra la ocupación militar de los Estados Unidos se le consideró la figura histórica cuyo ejemplo había que seguir. De ahí el nombre común del movimiento que poco después identificó a los rebeldes.
El nombre surgió del encuentro que tuvieron Pepe y los sobrevivientes de “El Chaparral” con Edén Pastora y su grupo, ya en territorio nicaragüense, en un lugar llamado Paluca. La guerrilla que comandaba Pastora se llamaba Frente Patriótico Sandinista, aglutinándose en Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Paralelamente, los aspirantes a guerrillero hacían sus prácticas en Cuba, Rusia y en el mismo país. Los nicaragüenses en entrenamiento en Cuba participaron en la batalla de Playa Girón en abril de 1961, al ser invadida la isla por mercenarios con el respaldo de los Estados Unidos, donde cayeron 157 combatientes. Fue un monumental fracaso de la CIA y del presidente Kennedy, quien pagó millonaria indemnización en medicamentos y otros materiales.
Ya en Nicaragua, se inició en forma el movimiento guerrillero antiSomoza, que pese a la protección de los Estados Unidos se iba haciendo fuerte por los apoyos del exterior y por el respaldo popular, especialmente de la juventud.
Pepe Puente estuvo en la sierra coordinando acciones tanto logísticas como de ataque directo y secuestrando a personas importantes para pedir rescate. Por esta táctica se obtuvieron millones de dólares. El mismo embajador de Japón en el país centroamericano fue víctima de esa acción, durante el cual se le dieron todas las atenciones y consideraciones debidas. El embajador llegó a agradecer el buen trato a sus secuestradores.
Pepe, a cargo de un destacamento, cuidaba que sus hombres no cometieran ninguna falta contra los marginados. En una ocasión, una madre acusó a uno de los militantes de haber abusado de su hija adolescente, por lo que una vez comprobado el acto, fue fusilado en la misma aldea. La consigna era… que la violencia no debía ser dirigida contra el pueblo.
LA CAÍDA DE LOS SOMOZA
Después de varios encuentros con el ejército somocista, finalmente los guerrilleros que integraban el MSLN estaban en las puertas de Managua. El dictador Anastasio Somoza huyó del país el 17 de julio de 1979 y dos días después se tomó el Palacio Nacional, comando encabezado por Edén Pastora llamado “El Comandante Cero”. Fue el fin de la dictadura. Somoza huyó a Paraguay, en donde fue asesinado el 17 de septiembre de 1980.
En 1984 se realizaron las primeras elecciones populares, conforme a la nueva ley electora. La Junta de Gobierno entregó el poder a Daniel Ortega.
Después del triunfo de la guerrilla, Pepe Puente se fue a seguir su vocación en otros países, y por ello estuvo en Libia, al lado de Kadafi, y en otros países africanos.
De su lucha al lado de los nicaragüenses no obtuvo ningún beneficio material... se regresó con las manos vacías y casi fue obligado a tomar una casa en la colonia Lindavista de la Ciudad México, en donde vive actualmente. Procreó varios hijos con nombres de tinte socialista: Lenin, Sandino, Ilya, Stokely, Mao, etc. Las paredes de su casa tienen frescos con alegorías revolucionarias.
Con base en sus experiencias y contactos, el Instituto Hoover, de la Universidad de Stanford, de los Estados Unidos, lo contactó y pidió que acompañara al investigador Timothy C. Brown para viajar a Nicaragua y recoger testimonios y otros datos, y así editar en 2000 el libro “When the Aks fall silent”, prólogo de Cuauhtémoc Cárdenas.
COROLARIO: UNA REVOLUCIÓN TRAICIONADA
Pepe Puente quedó decepcionado del gobierno emanado de la revolución sandinista. A Daniel Ortega que regresó al poder después de otros gobernantes elegidos democráticamente, no le concede ningún mérito… lo conoció hasta pasados los momentos difíciles; por tanto, no estuvo en la primera línea.
Ortega regresó al poder, pero esta vez llegó para quedarse, nombrando a su esposa como sucesora, “Ortega tiene que irse -dice Pepe-. Es una necesidad por el bien de nuestra revolución… nunca ha sido un buen presidente”.
Lo que se vive ahora en Nicaragua es algo parecido a lo que vivía en la época de los Somoza: protestas, manifestaciones populares, violencia, represalia y muerte.
Algunos combatientes y líderes sociales que llegan al poder repiten la Historia.
*Roberto Guzmán Quintero, C. Encino #308 Col. Del Bosque C.P. 89318 Tampico, Tams.
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