En 1821, México se independizó de España. Sin embargo, las fuerzas de los antiguos conquistadores, lideradas por el general Isidro Barradas, insistían en retomar el control del país. El presidente Guerrero designó al general Santa Anna y al comandante Mier y Terán para defender la soberanía. Esta es la historia de la batalla de Tampico de 1829.
Breve contexto político de la época
El 27 de septiembre de 1821, se había promulgado la Independencia de México, pero el monarca Fernando VII estaba lejos de aceptar el hecho. La corona buscaba retomar el poder político sobre el territorio una vez llamado “Nueva España”.
La batalla de Tampico: en términos generales
Lo que se conoce con el nombre “batalla de Tampico” en verdad fue una serie de enfrentamientos bélicos ocurridos en el territorio durante los meses de agosto y septiembre de 1829, culminando el día 11. Momento en que las tropas españolas admiten la derrota y aceptan cesar en sus intentos de reconquista.
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El 26 de julio de 1829, el general español Isidro Barradas tiene asentadas tropas extranjeras en suelo nacional. El General consideró que el mejor intento de reconquista podía celebrarse tomando el control de Tampico. Desembarca en Punta Jerez y toma el control de la ciudad el 06 de agosto de 1829.
El Puerto presentaba las siguientes ventajas estratégicas: era un punto álgido de comercio y permitía el arribo de embarcaciones provistas de abastecimiento, además de facilitar la llegada de nuevas tropas.
Vicente Guerrero, presidente de México en dicha época, comprende que la lucha por la Independencia, teóricamente finalizada en 1821, prosigue. Entonces, envía al comandante Manuel Mier y Terán, junto al general Antonio López de Santa Anna, a defender la plaza de Tampico.
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Cuando Santa Anna llega a la costa nordeste de la recién formada República, lo hace acompañado de 20 mil hombres. Los habitantes de Tampico y Altamira habían abandonado las ciudades, desprovistas de guarniciones, para dificultar a las tropas españolas su acceso a suministros básicos de alimentación, seguridad e higiene.
Manuel Mier y Terán establece una red de espionaje para controlar los movimientos de Barradas. A partir de agosto y hasta el 11 de septiembre de 1829, los ejércitos libraron una batalla en diversos poblados: Pueblo Viejo, en Veracruz; Altamira y posteriormente Tampico.
A pesar de la indudable capacidad bélica de las tropas a cargo de Santa Anna y Mier y Terán, también hubo ciertos factores externos los cuales incrementaron las probabilidades de éxito de México.
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El 9 de septiembre de 1929, un huracán golpeo la costa del Golfo de México. El terreno de batalla era pantanoso. Acorde a la Real Academia de la Historia, un brote de tifus afectó a las tropas españolas. Ambos sucesos se añadieron al apoyo de los habitantes de la zona, quienes se resistieron de manera activa a ceder el poder del país ante el extranjero.
El 11 de septiembre de 1829, después de un breve y último enfrentamiento entre las tropas en la actual Plaza de la Libertad, Barradas tuvo que admitir la derrota inminente ante Mier y Terán y Santa Anna. El episodio pasaría a la historia como la batalla de Tampico.
Como a Mier y Terán no le dieron mucho reconocimiento por la batalla de Tampico, entró en depresión y se suicidó en 1832 en Padilla, Tamaulipas.