La Brigada Bellavista de 1968 (Primera parte)

Un rumor empezó a correr por las calles de Tampico: Jóvenes se estaban armando y preparaban ya una brigada para integrarse al movimiento

Paulo Monsiváis

  · lunes 1 de octubre de 2018

Quinientos jóvenes, universitarios y otros fueron registrados por el Ejército / Archivo oficial de El Sol de Tampico

Habían pasado ya las marchas de agosto con la participación masiva de la población, la algarada y el plantón del Zócalo, con 5 mil estudiantes que permanecieron en la plaza y que fue desalojado por el ejército. La marcha del silencio del 11 de septiembre impactó a la capital, “El movimiento Estudiantil” de 1968 estaba en su momento álgido.

En los días finales de septiembre de ese año de agitación mundial, un rumor empezó a correr por las calles de Tampico. Jóvenes se estaban armando y preparaban ya una brigada para integrarse al movimiento; podrían en cualquier momento iniciar en el puerto las manifestaciones como a lo largo de los últimos meses se registraba en la capital.


“Éramos muy románticos, libertarios y creíamos en la poesía, había muchas corrientes, los menos fuimos los izquierdistas, pudimos valorar a los buenos maestros. Aprendimos mucho y aunque había mucha rivalidad el movimiento unió a todos, los fundió y se hicieron grandes cosas”, recuerda José de Jesús Sandoval Acuña, activista en los años de 1968, cuando estudiaba en la Facultad de Medicina de la UNAM.

El profesor Sandoval Acuña, escribió “Memorias de un Extremista”, donde narra toda su experiencia vivida en esta etapa de la vida del país, el cual presentó en diversas escuelas de la UNAM, junto a los líderes del Movimiento Estudiantil, fue integrante de diversos movimientos sociales que siguieron después de 1968 y laboró en la Dirección de Cultura en la administración municipal que termina.

Comenta que estudiaba en la Ciudad de México, cuando inicio el Movimiento Estudiantil y de inmediato tomó partido junto a varios de sus compañeros de la Facultad de Medicina; “eramos los encargados de ahuyentar a los porros y participamos en varias brigadas, fueron años en que se avizoraba un cambio social, como el que ahora vivimos”.

Pasaron cosas extraordinarias en ese año, comenta el profesor Sandoval Acuña, “en la manifestaciones hubo millones de personas, entre los que marchábamos y quienes estaban en las avenidas; nos aventaban confeti, rosas y dinero; porque la gente estaba con nosotros, fue un movimiento que impactó en todos los ámbitos sociales, ahí lo explico en mi libro que pueden solicitar gratis al mail: jjsa_sandoval@hotmail.com”

MIENTRAS TANTO EN TAMPICO…

La Ciudad de México estaba invadida de rebeldía y alegría de los jóvenes, mientras que aquí en Tampico, una noticia despavilaría a la población, el sábado 28 de septiembre de 1968, El Sol de Tampico publicaba: “La Octava Zona Militar efectuó ayer (27 de septiembre) un cateo en dos casas como medida para prevenir posibles desórdenes estudiantiles que pudieran desquiciar la tranquilidad de la población”.

Elementos militares coordinados con agentes de seguridad federal, continuaba el rotativo, revisaron minuciosamente los domicilios del señor Teodoro Alcalá ubicado en la calle Estrella (hoy José de Escandón) y Matienzo y de la señora María Cervantes en la calle Olmo 111 de la colonia Bella Vista, al poniente de la ciudad”.

El señor Teodoro Alcalá era padre del estudiante del mismo nombre, según la denuncia que llegó hasta los militares, mientras que la señora Cervantes, rentaba cuartos a jóvenes en este sector, que venían de otras entidades a estudiar en la universidad, realizándose los cateos a las viviendas la noche de ese sábado de finales de septiembre, hace ya 50 años.