Libros en línea: a un “clic” de distancia

Por mucho tiempo existió la creencia de que la lectura es un privilegio, ya que el costo de un libro depende de diversos factores como la editorial, el autor y el género. Sin embargo, con la llegada del internet y las habilidades tecnológicas que las nuevas generaciones han desarrollado, conseguir un ejemplar puede ser gratis en cuestión de minutos.

“Tengo varias aplicaciones con libros en mi celular, no puedo evitar descargarlos y en mis ratos libres aprovecho para hojearlos; la tecnología es muy bondadosa”, comenta María Dolores Lazcano, mejor conocida como “Lolita cuenta cuentos”.

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Recuerda que cuando comenzó a popularizarse el uso del internet era muy complicado descargar archivos, “pero en la actualidad puedes traer una enciclopedia completa en tu celular y para los que disfrutamos leer es una herramienta muy noble”.

La narradora, conferencista y mediadora del programa Salas de Lectura de Conaculta explica que incluso hay aplicaciones que asemejan el movimiento de cambiar de página para brindar una experiencia más real.

En cuanto a la principal diferencia entre un tomo físico y uno digital, remarca que es el acceso, “en mi bolsa puedo cargar un libro, pero en el celular puedo traer cuantos yo quiera y si se me apetece leer algo diferente, tengo la oportunidad de buscarlo y obtenerlo en ese mismo momento”.

Pese a esto, el hecho de que la literatura esté a un “clic” de distancia no es lo único que se requiere para que los niños y jóvenes desarrollen el hábito de leer.

“Tener o no el aparato y el internet es indiferente; los niños no van a buscar libros en línea si no ven a alguien más hacerlo; aunque sí hay excepciones, la mayoría lo hace porque un “booktuber” se los recomendó o porque sus papás les han inculcado la lectura”, afirma a El Sol de Tampico la conferencista quien remarca la importancia de poner el ejemplo.

INICIARSE EN LAS LETRAS

Si lo que se busca es que un pequeño comience a tener el interés por leer y aproveche los dispositivos electrónicos para hacerlo, primero se debe crear un entorno donde comprenda que hay muchas obras.

“Debe saber que no es una imposición, que se trata de una actividad que se disfruta y que puede leer cuando él lo decida” expuso en entrevista “Lolita cuenta cuentos”.

Mientras para niños, adolescentes y adultos jóvenes esta puede ser una magnífica oportunidad de iniciar o reforzar su consumo literario a bajo o nulo costo; para las personas mayores y de la tercera edad podría no ser una opción viable, ¿el motivo? La falta de habilidades tecnológicas y la vista cansada.

“Sí he leído algunos que me han mandado mis amigos, pero me resulta cansado, mi vista no es igual a la de un joven y no estoy acostumbrada a lo digital. En la computadora me tengo que acercar o alejar mucho y en mi teléfono veo todo tan pequeño que me lastima la visión”, comenta Esperanza Ibarra de Saldaña, fundadora de “El Placer de Leer”.

Dicho club está integrado por mayores de edad y todos los jueves se reúnen para disfrutar de la literatura sin importar su autor o el género, ya que dan lectura a toda clase de obras.

Respecto a los libros en formato digital, Esperanza nos explica que es una excelente opción para que las nuevas generaciones se acerquen a los ejemplares sin tener que hacer un gran gasto, “yo no estoy habituada, pero eso no quiere decir que sean malos, muchos jóvenes ven en el internet una forma de adquirir libros a bajo costo porque son gratuitos o más económicos”, afirma la entrevistada.

Ante el cuestionamiento de si los demás miembros del grupo han optado por leer mediante un dispositivo, menciona que, al ser personas mayores y jubiladas, prefieren el libro en físico, “un libro de papel se puede oler, se toca, es como tener un enamorado porque tiene algo especial; pero los jóvenes tienen una manera diferente de ver la vida y si esto les permite gozar de los libros en línea es una gran oportunidad que deben aprovechar”.

Aunque el acceso a internet nos ha abierto la posibilidad de obtener los libros desde la comodidad de nuestro móvil, ambas promotoras culturales coinciden en que esto no genera de forma automática un mayor deseo de leer en los más chicos, ellas exponen que son los padres y profesores quienes en un esfuerzo en conjunto deben contagiar ese gusto por la literatura.

Es así como nos permiten entender que mientras algunos no ingresan a descargar libros por falta de interés, otros evitan las obras digitales por falta de habilidades tecnológicas. Sin embargo, mientras decidimos si aprovechar o no esta ventaja, los millones de libros en distintos idiomas, géneros y de diversos autores continúan disponibles a solo un “clic” de distancia.