Durante muchas noches Mario Aurelio Flores Bautista soñó un día conocer el mar, sentir la brisa y escuchar el rugir de las olas. Hoy eso es una realidad.
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Para que fuera posible fue necesario desarrollar toda una logística, ya que el joven de 18 años de edad padece una enfermedad que dificulta su movilidad.
Bomberos, voluntarios, tránsitos y familiares se sumaron a este esfuerzo, logrando sacar a Mario de su casa en la colonia Florida en Altamira para llevarlo a la costa de Ciudad Madero.
El joven enfrenta el padecimiento conocido como gigantismo hormonal, lo que provoca un crecimiento anormal de los huesos y le ha generado una estatura de dos metros y 15 centímetros.
Su mamá Lorena Bautista Valdez solicitó el apoyo de las autoridades para hacer realidad el sueño de su hijo.
"Él tiene la enfermedad gigantismo hormonal, lo hace que se le desarrollen los huesos fuera de lo normal, su comportamiento y pensamiento es de un niño cuya edad es de los ocho y nueve años" refirió la emocionada mamá, quien es viuda, madre de cuatro hijos y sin empleo formal.
La logística para sacarlo del tercer piso en que vive fue compleja, requiriendo de diversos apoyos ya que por su padecimiento el joven no puede mantenerse solo de pie, avanzando lento hasta llegar a la ambulancia del Sistema Nacional de Rescate.
Ya en la unidad de emergencia con apoyo de agentes de tránsito de Ciudad Madero fue llevado rumbo a la urbe petrolera.
Apenas bajó de la ambulancia Mario sonrío, la brisa le dio la bienvenida y le reveló que estaba por cumplir el sueño de conocer la inmensidad del mar.
Una silla de playa lo esperaba en la orilla, ahí fue llevado y se sentó junto con su madre para simplemente vivir lo que alguna vez pensó sería imposible.
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