El actual ajetreo de la vida diaria, el sometimiento a constante estrés, malos hábitos alimenticios, enfermedades congénitas y una gran cantidad de variables intervienen para generar situaciones que desencadenan accidentes cardíacos, vasculares o cerebrales siendo los jóvenes los que más expuestos están a ello a pesar de no tener antecedentes clínicos.
Según los expertos, en los últimos años los casos de infartos en personas jóvenes han aumentado de manera considerable, coinciden en que gran parte de ello es derivado de la mala alimentación, sobrepeso, diabetes, hipertensión así como padecer de estrés en sus diferentes modalidades como el laboral e incluso, la imagen social.
En la mayoría de los casos, sorprendentemente las víctimas de estos paros cardíacos fulminantes son personas que no pasan los 30 o 40 años de edad, muchas veces sin ningún historial cardíaco, a diferencia de pacientes que son adultos mayores que incluso cuentan con medicación para prevenir situaciones de este tipo.
El coordinador de socorristas de la Cruz Roja de Tampico, Emmanuel Rocha Sánchez, precisó que "la juventud en nuestra época sufre de problemas de obesidad, además de fumar y llevar una alimentación poco saludable consistente en productos con altos niveles de colesterol y al llegar a una edad adulta desarrollan una hipertensión arterial así como diabetes”
Aunado a ello “no se realizan chequeos periódicos ni siguen un tratamiento para mejorar su salud, lo cual puede llevarlos a tener un infarto agudo, mismo que también puede ser desencadenado por un mal congénito”.
ENFERMEDAD SILENTE
Es justamente en esta época del año cuando la presión atmosférica desciende de manera considerable que se registra la mayor cantidad de situaciones fulminantes en hombres y mujeres en la llamada edad productiva.
Esta es una enfermedad silente, cuyo desgaste progresivo no se nota por años sino hasta el momento en que el corazón o nuestro cerebro sufren un accidente vascular que en muchas ocasiones no tiene marcha atrás, con efectos irreversibles.
Entre los síntomas de un infarto en los jóvenes destacan dolor torácico intenso y prolongado, “que se siente como una presión que suele extenderse a brazos, hombros, espalda e incluso mandíbula”. Puede aparecer sudoración excesiva, dificultad para respirar, náuseas y vómitos.
En estos días de altas temperaturas en la zona también los adultos jóvenes necesitan estar al pendiente de estos padecimientos, ya que la presión atmosférica influye para ser víctimas de paro cardíaco, al aumentar las pulsaciones del corazón por el esfuerzo que provoca realizar actividades expuestos a los rayos del sol.
DROGAS Y ENERGIZANTES
Otra de las situaciones que contribuyen es el consumo excesivo de drogas, en particular cocaína, situación que se da en pacientes de entre 18 y 22 años de edad, además las bebidas energizantes que contienen taurina o cafeína en exceso.
La juventud de hoy en día lleva una mala alimentación, fuma, sufre obesidad y además toma en exceso bebidas energizantes
Emmanuel Rocha Sánchez Coordinador Cruz Roja