Las tierras propiedad de Doña Andrea Viña, quien vivía en el predio que hoy ocupa el Casino Tampiqueño, fueron adquiridas por inversionistas del petróleo que llegaron a finales de 1890 a la ribera del río Pánuco. Ahí se instalarían por lo menos nueve de las 17 refinerías que existieron en la llamada Faja de Oro.
AL IGUAL QUE TAMPICO TUVO SU ZONA PARA BARCOS CARGUEROS
A este amplio sector situado en el último rincón del norte de Veracruz se le conocerá como Mata Redonda, tal vez nombrado así desde épocas de los huastecos. Pues el poblado cercano al que llegó Fray Andrés de Olmos en 1554, se le llamaba Mata de la Morena y cambió después a Villa de San Luis de Tampico, para convertirse en lo que es hoy Ciudad Cuauhtémoc.
Antes de que Tampico completara su infraestructura portuaria, este poblado ya tenía dos muelles, donde se cargaba el petróleo que empezó a tener un auge inesperado al encontrar, en esta región, los pozos más productivos del país, que los primeros colonizadores del oro negro explotaron para crear una estrepitosa riqueza que dejó en la zona una huella que todavía perdura.
CONTÓ CON EL PETRÓLEO DE MÁS ALTA CALIDAD
“En esa parte pequeñas refinerías se empezaron a instalar apenas se descubrieron pozos petroleros, como Huasteca Oil Company, la Bellavista, Metropolitana, Trascontinental, Pen Mex Fuel, y otras, que ocuparon puntos desde el poniente de este sector hasta el canal conocido como Chijol cercano a la playa, pero al descubrirse un yacimiento ahí se puso también la planta extractiva Mata Redonda”.
Comenta Adrián Pérez Sobrevilla, historiador de la zona, indicando que este sector se convirtió entonces en uno de los más exclusivos de México, “pues en su refinería se procesaba aceite de los más altos estándares, fue el mejor petróleo que tuvo México, con una capacidad de producción que generaba que cada hora salieran barcos cargados con combustible por el Pánuco”.
LA ZONA MÁS EXCLUSIVA A INICIOS DE 1900
Mata Redonda fue un auge en varios aspectos, añade, ahí estuvieron las primeras piscinas, canchas de basquetbol, tenis y golf, teatro, gasolineras, pues la poblaban ingleses y holandeses, se vivía una vida exclusiva, aún en tiempos de revolución, se contaba con lo necesario, tienda de abastecimiento de comestibles y ropa, salón de festejos y hasta su propio hospital.
“Toda esta área estaba cercada y tenías que atender a porteros responsables y por un lado contaba con un destacamento militar que te revisaba tu ingreso al lugar, a un costado estaban las cooperativas de los obreros y en la plaza varios cafés, la vida social que se tenía, terminó heredando costumbres a Tampico y tuvo un impacto indeleble”, agrega.
RUFUS, EL MOTOR Y EL PASO DEL 106
Ahí nació la Brecha Huasteca, desde el punto llamado 106, nombre que viene de la numeración de los kilómetros de tuberías y conductores de productos, que correspondía de este sitio hasta el lugar, también veracruzano llamado San Jerónimo. En esta área del río, se instaló un paso para que cruzaran vehículos y pasajeros.
Por el 106 navegaba “El Rufus”, que en un tiempo fue el chalán más moderno, con doble propela, en un principio tenía un uso exclusivo para trabajadores y quienes deseaban abordarlo debían esperar horas, pues transitaban primero los obreros petroleros, teniendo también un sistema de lanchas de pasajeros a remos.
Fue sede de una terminal desde donde partía un pequeño ferrocarril que los lugareños llamaban “El Motor” y de ahí se transportaba personal e implementos necesarios hasta el centro de la ya famosa Faja de Oro, por la brecha, que sirvió para que se trasladara la materia prima para la construcción de los innumerables pozos y otros insumos para los barcos.
AHÍ ERAN LOS GRANDES BAILES
Comenta que en Mata Redonda vivieron los personajes más importantes del petróleo en el país como Mr. Green, socio de Edward L. Doheny y en su hospital nacieron personalidades de diversos ámbitos, entre ellos José Angel Gurría, que llegó a presidir a nivel mundial la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Cuenta que Manuel Ravizé, quien fue presidente de Tampico y gobernador de Tamaulipas, junto a otros personajes del puerto se cruzaban el río para ir a las grandes fiestas que se realizaban en este sector, donde amenizaban las orquestas más famosas de los años de 1940 a 1960 y que dejaron los recuerdos más entregables entre los jóvenes de esa época.
Mata Redonda ahora conforma junto a varias localidades Ciudad Cuauhtémoc; sigue con una vocación industrial pero muy lejos de la bonanza del oro negro. Por sus cruces de lanchas todavía el viento trae el bullicio petrolero y en algunas de sus calle quedó grabada la memoria del auge, que llegó a este rincón para cambiar la vida de toda una región.