El rezago educativo que trajo la pandemia sanitaria puede tener consecuencias en la competitividad del país, consideró el Instituto Mexicano para la Competitividad en su análisis sobre "Educación en pandemia, los riesgos de las clases a distancia".
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La evidencia más reciente muestra que durante la pandemia los mexicanos perdieron en promedio aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad, publicó el instituto.
"Por lo menos 628 mil jóvenes han interrumpido sus estudios, lo que implica una caída por debajo del nivel de 2008 en el porcentaje de jóvenes que asisten a la escuela. Alumnos con menos aprendizajes significan futuros trabajadores con menos habilidades, lo que puede reducir sus ingresos en un 8% anual durante su vida laboral".
El objetivo central de la respuesta educativa a la pandemia debe ser recuperar las habilidades de los estudiantes para evitar que las pérdidas de aprendizaje los condenen a empleos precarios cuando se incorporen al mercado de trabajo.
Lo más grave, es que si antes de la pandemia los mexicanos alcanzaban en promedio aprendizajes correspondientes a 3° de secundaria hoy su conocimiento llegará solo al equivalente a 1° de secundaria, destacó el Imco.
"Un país con una población que tiene menos habilidades enfrenta dos tipos de costos económicos. A nivel individual, los trabajadores tendrán menor acceso a empleos mejor pagados".
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los próximos 80 años este fenómeno le podría costar a México un monto acumulado de hasta 136% del PIB de 2019.
"Esto implicaría que nuestro país dejaría de producir hasta 1.7% del PIB cada año o un monto similar al gasto total ejercido por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 2019".
El Imco reveló que esta evidencia lleva a concluir que, de no tomar medidas contundentes al volver a las escuelas, las pérdidas de aprendizajes ponen en riesgo el futuro de una generación completa de estudiantes.
"Una vez que sea posible un regreso a clases seguro, recuperar las habilidades de los jóvenes debe ser el objetivo central de la respuesta educativa a la pandemia para evitar que los rezagos del aprendizaje se vuelvan permanentes y esto los persiga cuando se incorporen al mercado de trabajo".