Para que los niños migrantes no se queden sin estudiar mientras esperan en los albergues junto a sus padres para cruzar a Estados Unidos, la Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) y el refugio para inmigrantes Senda de Vida han habilitado lo que se conoce como la escuelita migrante.
Este espacio brindará la oportunidad a los infantes de enfocarse en sus estudios en cultura general y desarrollo socioemocional, además de su formación académica.
Impartirán clases hasta de robótica
Los mismos refugiados han construido cuatro salones para que sus hijos tomen clases mientras esperan su cita de asilo político solicitada al gobierno de Joe Biden.
La meta es que unos 300 niños que han llegado al norte de Tamaulipas de diversos países continúen sus estudios. Este programa fue diseñado para aplicarse en el año 2020, pero debido a la pandemia se postergó. En 2021 se reabrieron clases en la explanada del refugio Senda de Vida, pero por la poca demanda se suspendió, y en el ciclo escolar 2024-2025 se reactivó.
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El coordinador del refugio Senda de Vida, Héctor Silva de Luna, explicó que en este espacio se impartirá estimulación temprana e inicial, atención psicológica y clases de robótica, entre otros aprendizajes.
El Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM) y el gobierno del estado "nos solicitaron un lugar para que los niños pudieran estudiar mientras están aquí. La escuela es muy importante; muchas veces hay familias que permanecen hasta siete meses y esos niños pierden", agregó.
Levantaron las aulas
Las aulas fueron construidas por desplazados voluntarios, con materiales que autoridades y organismos locales e internacionales donaron. Son cuatro salones para la enseñanza de primaria y secundaria.
“Para que los niños que permanezcan aquí no pierdan sus clases, que esos niños ya vayan con sus boletas, vayan con esos papeles que necesitan para poder entrar a los Estados Unidos”, añadió Silva.
Para la formación de los infantes se contemplan maestros de la Secretaría de Educación de Tamaulipas, aunque ya se encuentran otros docentes de la organización Save the Children.
¿Qué quieren ser los niños migrantes?
Mientras colorea un dibujo que hizo ella misma en una hoja blanca, Andrea, de nueve años, recuerda que salió de su tierra en compañía de su madre y sus tres hermanos.
Nació en un ejido llamado 20 de Noviembre, cuya población alcanza aproximadamente 952 habitantes y pertenece al municipio de Amatenango de la Frontera en Chiapas.
“Allá iba a la escuela, pero dejamos de ir porque mucha gente se estaba muriendo y a otros los robaron”, comenta la pequeña, quien conserva el mayor anhelo de ser doctora para poder curar a su madre cuando esté enferma.
Josué, de 12 años, parece que por un rato se olvidó de establecerse en los Estados Unidos; ahora sueña con ser profesor. Lo que más le gusta es aprender inglés y artística, y no le gustan las matemáticas.
Llegó a Reynosa con su padre, desde El Salvador, para solicitar asilo político al gobierno de Estados Unidos.
En cambio, a Armando, de 11 años y de nacionalidad hondureña, le gusta el fútbol, hacer tareas y le fascinan las matemáticas. Está ansioso por las clases que están a punto de comenzar porque quiere ser un agente de policía.
Juegan y aprenden
En el refugio Senda de Vida II, ubicado en la colonia Aquiles Serdán de Reynosa, inauguraron un espacio amigable donde las niñas y niños en contexto de movilidad pueden jugar, aprender y desarrollar sus habilidades, promoviendo así su bienestar integral y el respeto a sus derechos.
La titular de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), Ivette Salazar Márquez, comentó que "se realizaron desde el inicio de la administración consultas a las infancias que se encuentran en contexto de movilidad. Las niñas y niños refugiados expresaron que lo que más extrañaban eran las escuelas y los lugares donde podían ir a jugar con sus amigos".
Solicitan útiles escolares
En los dos albergues de Senda de Vida que hay en la ciudad de Reynosa, suman 160 menores migrantes en espera de cruzar a Estados Unidos, los cuales reciben educación. Para facilitar este proceso, se puso en marcha una campaña de acopio de útiles escolares.
“Hasta el momento hemos recibido buena cantidad de cuadernos y colores que vamos a repartir en los albergues para que los niños puedan continuar con su educación mientras esperan el asilo político en Estados Unidos”, comentó Jorge García Rivera, titular del ITM en Reynosa.
Para realizar donativos para la campaña, pueden acercarse a las instalaciones del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes o comunicarse al 899 922 2339.
El director de ese instituto a nivel estatal, José Juan Rodríguez Alvarado, precisó que “son de origen haitiano, venezolano y de otros países, principalmente centroamericanos, que ingresan de manera irregular. Son menores que vienen acompañados por su familia y están siendo recibidos en las oficinas del Instituto en Tampico, El Mante, Victoria, Tula, Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros”.
Como parte de esta campaña “nos han donado hasta algunos telescopios chiquitos para la clase de ciencias, para que ellos hagan sus experimentos; todos los útiles escolares que se logren en las delegaciones van a tener como destino esos niños que realmente necesitan”.
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La frontera y las reglas migratorias no frenan los sueños y anhelos de superación de estos niños, quienes, llegados de diversas latitudes del continente e incluso del mundo, recibirán la educación que dejaron inconclusa por tener que huir de su tierra, ahuyentados por la violencia o la falta de garantías. Hoy ven ya como una realidad regresar a clases en su escuelita migrante.