Reynosa, Tamps., mayo 08 (OEM-Informex).- Para ellas no hay 10 de mayo que celebrar, no pueden distraerse de su objetivo: encontrar a sus hijos desaparecidos.
La imagen y la voz de sus hijos no localizados siempre estarán en los corazones de cada madre, asegurando que lo que callan las autoridades siempre será gritado por ellas en cada marcha, en cada excavación.
.jpg "LOLITA CUENTACUENTOS - ENTREVISTA (2).jpg")
El dolor de Doña Mary la impulsó a seguir en la búsqueda de su hijo desaparecido, pese a las amenazas que asegura recibió de los propios oficiales adscritos a la Unidad de Antisecuestros en Reynosa, su esfuerzo es inquebrantable para hallarlo con vida.
Once años sin saber nada
El reloj marcaba aproximadamente las 15:00 horas, era sábado el 3 de noviembre del 2012, esa tarde su teléfono sonó inesperadamente, se percató que era su hijo y contestó, en la charla Daniel pedía permiso para ir al cine con sus amigos y llevarse la camioneta.
"Dile a tu hermano que te lleve", dijo la señora sin pensar que esa sería la última vez que hablarían, colgó la llamada, jamás pensó que Daniel concentrara todo el dolor a partir de esa tarde.
Pasaron horas, cuando se dirigían del cine a su casa, Daniel le pide a su hermano Tomás que lo llevara a una cena con sus amigos en la colonia Cumbres.
➡️ También te puede interesar: Regalos para mamá en este 10 de mayo que puedes comprar en Tampico
Serían las 21:00 horas cuando Tomás contactó a su madre vía telefónica para comentarle que algo estaba pasando con su hermano Daniel, pues había intentado comunicarse con él pero no respondía.
Doña Mary ese día no se encontraba en Reynosa, pero su sexto sentido de madre le insistía en que debería regresar y fue la mañana de un domingo cuando arribó a esta ciudad fronteriza.
Sin saber nada del paradero de su hijo llegó al domicilio de la suegra, el cual estaba cerca de su vivienda. El día de nuevo pasó sin noticias.
El sol rayaba por el oriente, era el lunes 5 de noviembre del 2012, su teléfono sonó a las 7:30 de la mañana, del otro lado de la línea estaba Daniel Rosas, vecino de Mary, quien le comentó que a la casa de su hijo había llegado un comando de gente armada y preguntaron: "¿dónde está el chavo que vive aquí?".
"No sé nada", replicó Daniel y se metió para su casa, pero la curiosidad hizo que por la ventana descubriera cómo esa decena de delincuentes encapuchados y armados, desmantelaron la vivienda, sacando uno a uno los muebles, electrodomésticos, entre otras cosas de valor, incluso se llevaron dos camionetas, una Ford F150 en color rojo y una Ford Expedition 2003.
A más de 10 años la desesperación y el dolor son constantes, pero el valor también, por lo que se mantiene en el esfuerzo constante por dar con él, en la calle, en la plaza comercial y en su solitaria casa, donde todo le recuerda a su muchacho que no ve desde el 2012.
➡️ Te recomendamos: ¿Sabes cuáles flores regalarle a mamá este 10 de mayo? te ayudamos a elegir [Video]
La historia de Doña Mary se cuenta por miles en este estado, donde solo en la entidad se estima hay al menos 12 mil personas desaparecidas, con acciones de búsqueda en zonas como el campo de exterminio La Bartolina, en Matamoros; parajes en Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Mante y otros municipios.
Marcharán para que las autoridades no los olviden
Los colectivos de búsqueda de desaparecidos de Tamaulipas en su mayoría están integrados por mujeres, quienes son hermanas, tías, esposas o madres que no sucumben en el esfuerzo por localizar a sus seres queridos.
Entre ellos está el Colectivo Amor por los Desaparecidos de Tamaulipas, quienes organizan una marcha pacífica para que las autoridades no olviden a los desaparecidos y que sus familias siguen esperándolos en casa.
Sin nada que festejar, este 10 de mayo saldrán a las calles levantando la voz por los que no han regresado, incluso para exigir a las autoridades agilizar las investigaciones por los desaparecidos de esta entidad y del México.
Recibe las noticias de El Sol de Tampico directo en tu WhatsApp, suscríbete aquí
El secuestro de larga duración puede causar daño grave en el niño. Lejos de su familia y de su vida normal, se encuentra aislado, no tiene nada a que aferrarse, con frecuencia pierde la capacidad de desarrollarse socialmente y de crear vínculos.
Cuando el secuestro es de larga duración, el daño para el niño puede ser grave. Lejos de su otro progenitor y su entorno de vida normal, el menor se encuentra aislado, no tiene nada a lo que aferrarse y, con frecuencia, pierde la capacidad de desarrollarse socialmente y de crear vínculos
