Policías Estatales realizaron este martes 3 de mayo recorridos para apoyar al Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN) en dar vigilancia y seguridad a migrantes que se quedaron fuera de las instalaciones del albergue Senda de Vida, por falta de espacio.
El Grupo de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz informó que los elementos trabajan en coordinación con las autoridades federales.
YA NO HAY ESPACIO EN ALBERGUES
Apenas este lunes cientos de migrantes que pernoctaban desde hace varios meses -en espera de resolver su situación migratoria en Estados Unidos- fueron reubicados desde la Plaza de la República hacia otros puntos.
Muchos de ellos buscaron lugar en dicho albergue situado en la colonia Carmen Serdán de esta ciudad fronteriza.
Uno de los encargados del albergue refirió que se negó el servicio a migrantes porque la instalación se llenó con mil 600 migrantes.
"Policías estatales y corporaciones que integran el Grupo de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz acordaron llevar a cabo vigilancia en el exterior para darles seguridad a los migrantes en lo que se determina su situación y acciones a desarrollar", se informó en un comunicado.
NO ALCANZARON AUTOBUSES PARA TRASLADAR A MIGRANTES
Corrían los primeros minutos de este martes cuando autoridades de los tres órdenes de gobierno irrumpieron el sueño de los extranjeros.
A un autobús pudieron subir mujeres y niños, personas mayores, mientras que otros caminaron en caravana hacia el refugio que dirige Héctor Silva Luna.
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"Conseguimos unos autobuses para su traslado, pero al ver que no era suficiente les dije 'vamos a hacer una caminata' y nos los trajimos en caravana, la plaza no está lejos de Senda", dijo el activista.
En la caminata fueron acompañados por líderes de organizaciones y personal del grupo Beta adscritos al Instituto Nacional de Migración (INM) hasta su llegada al albergue.
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HAY INCERTIDUMBRE ENTRE LOS MIGRANTES
"En la madrugada nos dijeron que nos iban a llevar al albergue, pero no nos dejaron entrar y tuvimos que dormir en la calle, no sé que está pasando", comentó Venya Dorzier, una migrante haitiana que regresó a la plaza en busca de sus pertenencias aunque ya no las encontró.
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Así como Venya y su esposo Nicolás, otros migrantes de nacionalidad salvadoreña y hondureña que no pudieron ingresar al refugio durmieron en la banqueta del albergue Senda de Vida, mientras que otros pernoctaron en un salón de la iglesia cristiana Shadai.