Nuestro país está situado en una de las regiones sísmicas más activas del mundo. Tan solo en Tamaulipas se han registrado 109 movimientos telúricos en la última década. ¿Esto supondría que nos encontramos en un zona propensa a los temblores?
CUATRO ZONAS SÍSMICAS EN EL PAÍS
Un mapa de las zonas sísmicas elaborado por la UNAM, a partir de información recopilada por el INEGI durante 2005, nos brinda una respuesta.
Para conocer mejor el nivel de intensidad sísmica al que pueden estar sujetas las diversas áreas del país, en el mapa se dividió al territorio nacional en cuatro regiones sísmicas: A, B, C y D.
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Las dos primeras corresponden a zonas de baja sismicidad y las dos últimas a zonas de alta sismicidad, donde la cercanía con los epicentros, la frecuencia con la que se producen y la cantidad de sismos, es lo que determina la intensidad sísmica promedio de cada zona
Como podemos ver en el plano, el territorio de Tamaulipas, junto con los estados del noreste mexicano como Nuevo León, Coahuila y parte de Chihuahua se encuentran en la zona sísmica baja.
En cambio, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco son las entidades con mayor sismicidad en la República Mexicana.
MENOR MOVIMIENTO DE PLACAS EN NUESTRO ESTADO
La alta sismicidad en México se debe en buena medida a la interacción entre las placas tectónicas de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la del Caribe, así como a fallas locales que corren a lo largo de varios estados, aunque estas últimas menos peligrosas, se informa en el portal del Servicio Geológico Mexicano.
La mayor sismicidad que presentan algunos estados se produce por la interacción de las placas oceánicas de Cocos y Rivera, que se deslizan sobre las de Norteamérica y del Caribe, sobre la costa del Pacífico.
De acuerdo al geólogo Óscar Izaguirre Ávila, el territorio tamaulipeco está ubicado sobre la placa Norteamericana, donde la dinámica con otras placas resulta de baja intensidad.
De ahí que, si bien se pueden registrar sismos debido a las fallas geológicas locales, en buena medida estos temblores son imperceptibles y resulta improbable que alcancen una intensidad de gran magnitud.
