Más de 600 migrantes centroamericanos deportados de Estados Unidos, permanecen varados en Tamaulipas y agravando el problema migratorio en ciudades como Reynosa y Matamoros, ante la decisión del gobierno de Guatemala de cerrar su frontera con México.
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Mara Caballero Paredes, vicepresidenta nacional de Transmigrantes de la Confederación Nacional de Cámaras de de Comercio explicó que por más de tres meses, las familias de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, que van de paso por nuestro país, no han podido llegar a sus regiones de origen, sin que las embajadas o la Secretaria de Relaciones Exteriores hayan obtenido salvoconductos para crucen territorio guatemalteco.
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La prohibición ha agravado los problemas migratorios, no solo en ciudades tamaulipecas, sino de otros estados como Chihuahua, Baja California y Coahuila, pues los centroamericanos que desean regresar, no pueden transitar por Guatemala, al cerrar sus gobierno las fronteras con México por la pandemia del Covid-19.
Explicó que ya llevan a cabo gestiones ante las embajadas centroamericanas y Relaciones Exterior de México, para que el gobierno de Guatemala, les otorgue salvoconducto, especialmente hondureños para que puedan pasar por este país y reunirse con sus familias.
Actualmente solo los guatemaltecos pueden pasar la frontera lo cual está agravando el problema migratorio y el comercio exterior no solo en la frontera sur si no en la frontera norte de México ya que los migrantes y transmigrantes optan por quedarse en nuestro país, empeorando los problemas económicos, sociales de seguridad y de salud.
Hasta marzo pasado, el gobierno el estado, reportó que desde Nuevo Laredo a Matamoros, tiene registrados a 13 mil migrantes de diferentes nacionalidades que sobreviven en esas ciudades
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