Quizá para los jóvenes del presente pasar por el asiento o el banco de un bolero, como se les conoce a las personas que se encargan de darle brillo al andar de los demás, no es algo común, o es impensable.
En la actualidad el predominio del uso del calzado informal, en su mayoría zapatos tenis, impide que las nuevas generaciones interactúen con estos personajes que están establecidos en plazas y banquetas, mientras que otros deambulan cajón en mano por las calles de la ciudad.
Para Sergio Baltazar Hernández, bolero que tiene su área de operación en la Plaza de Armas de Tampico, en la esquina de las calles Fray Andrés de Olmos y Salvador Díaz Mirón, este es un oficio noble que le ha permitido sostener a su familia y conocer a mucha gente.
P.- ¿Cuántos años tiene como bolero?
S.B.- Comencé en este oficio a los 15 años en el año 1986 y ya tengo 33 años como bolero, lustrador de calzado y limpiabotas, como algunos llegan a decir en algunas partes, pero yo soy bolero.
P.- ¿Le gusta el oficio?
S.B.- Desde siempre, desde que comencé me ha gustado, este es un trabajo noble que me ha permitido conocer a muchas personas de todos los ámbitos.
P.- ¿Tiene clientes fijos?
S.B. Sí, casi desde que comencé como bolero, por eso ahora tengo clientes que tienen más de 30 años viniendo a mi silla para bolearse sus zapatos y no solo a ellos, tambien vienen sus hijos y algunos nietos.
LOS PERSONAJES QUE HA LUSTRADO
Además el oficio le permitió conocer a destacados personajes de nuestra zona como Francisco Villarreal, alcalde de Tampico, y también al compositor Dr. José Sierra Flores, grandes personas, con mucha sencillez, humildad y amplios conocimientos.
P.- ¿Es cierto lo que se dice, que no hay trato más directo y más honesto que el de un bolero?
S.B.- ¡Muy cierto!, se crea con el cliente un ambiente de confianza, aprende uno muchas cosas de muchos temas, y en ocasiones escucha uno los problemas de los clientes, porque al parecer eso les sirve de catarsis.
P.- ¿Qué se requiere para ser un buen bolero?
S.B.- Que te guste el oficio, que te guste el trato con la gente, que tu objetivo sea cambiarle la cara al zapato, sacarle el mejor brillo, pero sobre todo que tu meta sea servir.
P.- ¿Cuál es el mejor y el peor calzado para bolear?
S.B.- El mejor zapato es el de cuero, sobre todo el corte liso es ideal para bolear, y el peor calzado es el de trompa de cochino con hebillas o con aros metálicos en los costados y la boleada cuesta 25 pesos con tinta y 20 con pura crema y grasa.
P.- ¿Alguna anécdota con algún político?
S.B.- Muchas, y de muchos partidos.
P.- ¿Qué elementos debe tener todo buen bolero?
S.B.- Un buen cepillo y un buen trapo, como dice el famoso cubano Miguelito Valdés en la canción “El Limpiabotas”: "Soy el limpiabotas, traigo crema blanca, traigo crema negra, traigo carmelita. El que quiere que el zapato quede limpio y con su brillo, hay que darle duro al trapo y meter bien el cepillo. Hay quien dice que este oficio no requiere condición, pero en verdad yo le digo que nací con vocación”.
P.- ¿Quiénes acuden hoy con el bolero para lustrar sus zapatos?
S.B.- Hombres adultos que por su trabajo necesitan tener presentación, pero poco a poco cada vez son menos los que acuden con el bolero. Antaño acudir con el bolero era paso obligado de quienes acudían a los actos públicos, bailes, ya que el brillo de los zapatos era y sigue siendo digno de admirar.
El oficio de bolero ha sido objeto de películas, como la que protagonizó el gran Mario Moreno “Cantinflas” con “El Bolero de Raquel” o canciones como la que popularizó el cubano Miguelito Valdés con “El Limpiabotas”.