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Teniendo como base un modelo de enseñanza que privilegia la preparación práctica aplicando estándares de calidad que buscan mantener la competitividad de sus egresados, la Universidad Tecnológica (UT) de Altamira se ha convertido en una de las más importantes generadoras de talento humano.
En 17 años de operación, la UT ha logrado colocarse como la primera opción para los jóvenes que desean ingresar a una universidad pública en el sur de Tamaulipas, como resultado de la aceptación que los egresados tienen entre empresas de los sectores industrial, portuario y de servicios.
Aunque en 2019 se continuó la trayectoria ascendente en cuanto a calificación positiva, para este año los retos implican responder a la creciente demanda de sus servicios de formación, para lo cual es necesario aumentar la infraestructura que permita tener mayor capacidad de que crezca la matrícula.
Para Isaac Rebaj Sevcovicius, rector de la UT de Altamira, aunque la institución vive una etapa de logros en todos los ámbitos, se trata de parte de un proceso que se inició hace 17 años y que en los últimos dos se han consolidado de manera acelerada.
“Fundamentalmente esto tiene mucho que ver, directamente, con el compromiso hecho por el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, quien ha destinado recursos y gestiones para que la UT mejore su infraestructura, apoye a sus alumnos y se convierta en un activo que haga de Tamaulipas un estado atractivo para las inversiones, por la disponibilidad de profesionistas que aquí se forman”, dice.
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Cuenta con una matrícula de 3 mil 500 alumnos que cursan 9 carreras a nivel Técnico Superior Universitario (TSU) y 7 de licenciatura e ingeniería, en áreas como Química en dos vertientes, Nanotecnología, Energías Renovables, Mecatrónica, Mantenimiento Industrial en dos ramas, así como Logística y Desarrollo de Negocios.
La institución posee una plantilla de docentes de 200 maestros y demás profesionistas de apoyo, además del personal administrativo.
“Prácticamente, esto es un municipio pequeño de Tamaulipas, con personal, trabajadores, recursos, infraestructura y retos qué atender”, dice sonriente.
CALIDEZ EN LA ENSEÑANZA
El rector de la Universidad Tecnológica de Altamira pondera algunos de los aspectos que, asegura, han hecho de la institución una de las más importantes del Estado, por la calidad de la enseñanza, la competitividad de sus egresados y el alto porcentaje de egresados que se integra a las actividades productivas, apenas egresan.
“Desde hace dos años que estamos al frente de esta institución nos hemos dado a la tarea, primero, de hacerla una universidad bilingüe, internacional y sustentable, lo que significa que nuestros egresados sean de nivel TSU o nivel Ingeniería o Licenciatura queremos que egresen hablando otro idioma” indicó.
De TSU deben salir con nivel B2 e ingeniería con mínimo nivel C1 internacional “Eso te da otra competitividad con respecto a la obtención de un empleo saliendo de aquí. Además, tenemos un sistema que está basado en competencias: 70-30, en el cual 70% de la formación es práctica y 30 es teórica y tanto los TSU como los ingenieros o los licenciados, prácticamente en el penúltimo cuatrimestre antes de salir van a hacer estadías a empresas, en donde ellos adquieren la práctica y muchas veces se quedan a trabajar ahí. Este modelo es muy exitoso y hoy estamos siendo considerados como la primera opción de institución pública, para estudiar en el sur de Tamaulipas. Para nosotros esto es muy importante”, señala.
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En el marco del proceso de mejora continua, la UT de Altamira implementó un sistema de control de calidad basado en la norma internacional ISO, que le permite tener información completa del entorno en el que cada alumno se desempeña académicamente.
“Así como muchas empresas tienen sus sistemas de calidad, nosotros adaptamos ese para poder medir la eficiencia del proceso de enseñanza, así como el desempeño de nuestros alumnos, de tal manera que podamos entender y atender cualquier situación que pudiera afectarlos en su formación. Eso y los altos estándares de calidad que tiene la universidad, han sido la clave para seguir en la ruta de los buenos resultados”, afirma.
El rector de la UT sostiene, además, que con todos estos elementos, la universidad se ha convertido en un activo importante para que el estado sea considerado un destino atractivo para las inversiones privadas, pues forma profesionistas y técnicos con un perfil adecuado a las necesidades de la planta productiva regional.
“Por ejemplo, hay un emprendimiento que surgió aquí, que incubamos y ahora es una empresa que se llama Virtec, que diseña y produce simuladores. Cada año, nuestros alumnos participan en infinidad de concursos académicos, tecnológicos, de emprendimiento e innovación, así como deportivos y culturales, que nos fortalecen como institución y ayudan a que ellos tengan una preparación integral orientada al aprovechamiento de todas las oportunidades y el talento”, apunta.
En ese contexto, de alta demanda de espacios para ingresar, la UT espera tener listo para el próximo ciclo lectivo un nuevo edificio con 15 aulas en las que se podrá recibir a más alumnos, sin necesidad de rechazarlos por falta de lugares físicos, como sucedió con 300 de ellos el año pasado.
“También, en este edificio que ocupa actualmente la Rectoría y Biblioteca, así como oficinas, ser parte del Centro de Idiomas que se va a iniciar y otros espacios con los que vamos a seguir contribuyendo a formar profesionistas integrales, comprometidos con Tamaulipas y sobre todo, a ayudarles a desarrollar su talento”, puntualiza.
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