Para hablar de la colonia Campbell tenemos que recordar que finales de los años de 1800 los cerros que rodeaban Tampico empezaron a tener un valor muy preciado.
Se ocupaban para desgajarlos y generar el relleno que daría la consistencia y las bases de los impresionantes rascacielos que dieron renombre mundial al puerto.
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Surgió una nueva industria: la de 'partir cerros'
Fue así como los barrancos del Chairel, en el poniente de la ciudad y cerca de donde termina su trazo, adquirieron relevancia; antes habían sido una parte estratégica donde se estableció el “Fortín Moreno”, una fortificación que daba a la ciudad un punto de ataque alto, ahora su importancia cambiaba y empezaron a ser rebanados.
Una nueva oportunidad de negocio, la de partir los cerros, se abrió y la industria de la construcción a gran escala dio inicio en esta parte del país, llegando empresas de varias partes del mundo para iniciar los proyectos de las magníficas construcciones de la llamada Nueva York mexicana.
La Tampico Building and Improvement Company, empresa del estadounidense William Astor Chanler, empezó a destacar al ganar un contrato por 800 mil pesos que el Gobierno de Tamaulipas otorgó para la introducción del agua, teniendo que desgajar varios cerros y rellenar donde se efectuarían las obras.
En 1890 los barrancos del Chairel pasaron a ser parte de un ejido y el Lote 150, que era precisamente la zona aledaña a la ciudad, se asignó al productor Nicolás López, quien después de tener esas lomas por más de 15 años recibió una oferta de compra que implicaba desgajar una parte del barranco.
“Nicolás López vendió su lote el 24 de marzo de 1908 a la Tampico Building and Improvement Company, cuyo apoderado legal era el ingeniero Daniel H. Campbell.
Fue por esos años que el cerro fue rebanado en varias de sus partes y se utilizó para rellenar el casco viejo de la ciudad y con ello poder edificar los grandes edificios que hoy son el patrimonio de Tampico”.
Señala Miguel Ángel Hernández, promotor cultural y fundador de “Historias del Puerto”, quien comenta que de acuerdo con las crónicas que existen de esta parte de la ciudad, lo que se nombró después como la colonia Campbell, al ser este ingeniero quien coordinó los trabajos para darle forma, se empezó a trazar a partir de 1910 y el cerro se fue fraccionando desde 1913.
En la colonia Campbell empiezan las edificaciones ostentosas de viviendas más antiguas, pues dentro de su trazo se construyó la calle Bella Vista, sitio preferido por empresarios al ser un hermoso escenario natural con el fondo de la laguna del Chairel, pero el crecimiento de la ciudad hizo que cada vez más familias de clase media fueran llegando a esta colonia.
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“El cerro quedó dividido en dos y la colonia se extiende a lo largo del barranco partido para dar paso a la carretera Tampico–Valles, en los años de 1950 todos los niños de la Campbell teníamos un solo juguete: la laguna del Chairel, la nadábamos y en su orilla se nos iba el día jugando”, recuerda José Meza, habitante de este sector.
El barranco de la Campbell aportó los cimientos a una gran parte de la ciudad, de ser la zona más allá de donde terminaba la ciudad a principios del siglo pasado, pasó a tener cierto abolengo que puede constatarse en sus viejas construcciones, hoy muchas de ellas vacías o demolidas, sin embargo, aún conserva el aire fundador de haber sido uno de los puntos más preciados del puerto.
Colonia Campbell, el sitio preferido para vivir por los líderes sindicales
En la Campbell vivieron Jesús Elías Piña, dirigente sindical de la CTM y Carlos Casanova Gastélum, líder de Gremio Unido de Chóferes, ambos con una trayectoria notoria en la lucha laboral y ocupando cargos públicos.
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Más datos acerca de esta emblemática zona de Tampico
- Dos mil 700 personas aproximadamente viven en la colonia Campbell
- 863 personas por km2
- Mil 400 personas tienen edades de más de 30 años
- Hasta 2020 eran 90 establecimientos comerciales los que estaban en operación
