En los últimos 30 años la zona centro de Tampico ha sido escenario de situaciones que han marcado para siempre a la ciudad, pero ninguna como la que se vivió aquel jueves 9 de marzo del año 2000, pues sorprendió al puerto en medio de una tarde tranquila la explosión en el Café Emir.
El hecho fue pasando la gente de la incredulidad a la conmoción y después a la angustia, al ir dando cuenta de la tragedia las personas, que de boca en boca se repetían unos a otros: "explotó el Emir".
La tragedia en el Café Emir cobró la vida de tres personas en Tampico
Han pasado ya 22 años de ese hecho que cambió la vida y el rostro de la zona centro, pues la tragedia del Emir dejó 38 heridos, un muerto directo y dos más en meses posteriores, pero además quedó una cicatriz en la vida cotidiana de esta parte de la ciudad, teniendo que instrumentar después de ese incidente diversas normas en los comercios para evitar otro percance como este.
Sitio de alta concurrencia y poseedor de cuadros artísticos de pintores locales, buena carta y sobre todo, buena sazón, además de una exquisita repostería, convirtieron a este espacio en uno de los sitios gastronómicos de mayor preferencia por todo tipo de comensales, pues ahí estaban las parejas de novios que iban por las tardes, los empleados que lo atiborraban a la hora de la comidas y las personas de la tercera edad que acostumbraban iniciar el día con un buen café.
Era el jueves 9 de marzo del año 2000, la actividad en el primer cuadro era bulliciosa. Todo transcurría con ordinalidad en el puerto, nadie sospechó que el azar estaba por cambiar el rumbo de muchas personas que coincidieron en este suceso, desde quienes perdieron un familiar, lo que sufrieron heridas permanentes y hasta los que se conocieron en medio de la tragedia e iniciaron romances o amistades.
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Cuando el reloj marcó las 14:15 horas todo cambió en aquella plácida tarde de finales de invierno. El desconcierto, la angustia y los gritos de dolor e imágenes imborrables quedaron grabadas en las mentes de muchos una vez que resonaron los dos estruendos que se escucharon en toda la zona centro y que rompieron cristales, incluso a manzanas, del pequeño local que se ubicó en la calle Fray Andrés de Olmos.
Una falla en los tanques estacionarios y en el sistema de mangueras que abastecían el gas al restaurante colapsó, dando paso a potentes explosiones que cimbraron a la mayoría de los establecimientos ubicados en la calle Olmos entre Francisco I. Madero y Díaz Mirón, causando lesiones y crisis nerviosas.
Histeria, confusión y solidaridad aquel fatídico 9 de marzo de 2000
Tras la explosión hubo histeria y confusión, pero la solidaridad salió a flote. Decenas de personas pasaron de curiosos a buscadores de heridos que permanecían en el interior del inmueble con serias quemaduras.
Integrantes de la desaparecida Policía Municipal y Montada de punto en la calle Díaz Mirón, elementos de Tránsito de Tampico y ciudadanía en general rápidamente acudieron en auxilio de los afectados; minutos después también llegaron los bomberos, así como elementos de la Cruz Roja de Tampico.
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Vidrios rotos, pedazos de fachadas y otros objetos, así como algunos lesionados, estaban en la calle. En el interior del inmueble había más de una decena de heridos entre personal del restaurante y comensales, algunos de ellos con quemaduras graves.
Los cuerpos de emergencias se adentraron en el local para sofocar el fuego y buscar a sobrevivientes.
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El heroico rescate de una joven que había quedado atrapada en la azotea del Café Emir
Durante esta tragedia se llevó a cabo el rescate heroico de una de las personas lesionadas, una joven mujer que había quedado atrapada en la parte alta de El Emir y que presentaba graves quemaduras en la mayor parte de su cuerpo.
La joven pedía a gritos el apoyo y, de acuerdo con versiones, pretendía arrojarse en un intento por escapar. Sin embargo, fue persuadida por varias personas que subieron a brindarle apoyo.
La zona ya estaba en control de las fuerzas armadas para facilitar las acciones de rescate de las víctimas que fueron ingresadas al hospital del IMSS, al general “Dr. Carlos Canseco” y a la Beneficencia Española para su atención.
Debido a las quemaduras, la joven que permaneció varios minutos en la azotea del siniestrado café Emir fue llevada al centro especializado en Galveston, Texas para recibir una mejor atención.
Volaron mesas y sillas tras la primera explosión: recordaba un testigo
Quien hasta antes de la pandemia seguía trabajando en el mismo lugar vendiendo billetes de lotería, vivió la tragedia desde adentro, es uno de los sobrevivientes de este lamentable hecho mismo que recuerda claramente y daba gracias a Dios por seguir adelante.
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Hilario Navarro Aguilar, dedicado a la venta de billetes de lotería, señaló que ese día era normal e hizo una pausa para comer, por lo que ingresó al local y diferencia de otras ocasiones, decidió sentarse cerca de la caja registradora.
Ël resultó con quemaduras que derivaron en varias operaciones para realizarle injertos de piel y, con el buen humor que conservaba, señalaba que gracias a Dios estaba vivo y en posibilidades de salir adelante.
“Ya había terminado de comer, pero como habían trapeado, la encargada me pidió que esperara y cuando me disponía a pagar y salirme, encontré con otro compañero que me pidió que lo acompañara; en ese momento ocurrió la primera explosión, volaron mesas, sillas, todo; la fuga de gas se concentró en el interior de la cafetería”, señala Navarro Aguilar.
Sonriendo, dijo “aquí estoy echándole ganas con la venta de cachitos de lotería, tengo para vivir al día, no me sobre, pero puedo atender mis necesidades. Si algo bueno puedo decir de todo esto es que ese día comí gratis, yo iba a pagar, pero ocurrió todo eso”.
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Otras tragedias ocurridas en el Centro Histórico de Tampico
En los últimos 30 años la zona centro ha vivido diversas tragedias como:
- El incendio del Aloha frente a la plaza de Armas en 1982
- La conflagración de una zapatería en la calle Juárez entre Díaz Mirón y Francisco I. Madero, donde una mujer perdió la vida
- Otro incendio ocurrió en otra zapatería en calle Carranza entre Juárez y Olmos
- Se suma el de un comercio ubicado en calle Aduana entre Madero y Díaz Mirón
- Hace unos años, otro en calle Olmos entre Madero y Ribera, en todas ellas las pérdidas materiales fueron cuantiosas.
Posteriormente, también donde fuera el Emir y ahora una tienda de ropa, la cornisa se desplomó y al igual que otra recientemente en la esquina de Carranza y Juárez, costó la vida a una persona.
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A más de 20 años de esa tragedia, las historias de la explosión de el Café Emir en Tampico se siguen contando, recordando desde sus pinturas, el delicioso café hasta su inolvidable “Chus”, el pan especialidad de la casa que muchos quisieran volver a degustar.
