Todo maderense ha enfrentado el ajetreo causado por el tráfico y en algunos casos es generador de estrés salir a conducir por las calles de la urbe petrolera.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Pero en esta jungla de asfalto hay una sonrisa, un saludo y en específico un guardia de la vialidad maderense que pone el ejemplo de lo que debe ser el respeto, no solo al tráfico, sino al prójimo.
Maderense que se respete alguna vez ha visto, oído y en su mayoría recibido un cordial saludo de Daniel Rodríguez Campos, ampliamente conocido como “El Veracruz”, uno de los usuales iconos de la región.
Se dice “veracruzano de nacimiento y maderense por adopción” ya que llegó a esta tierra tamaulipeca en 1972.
Con 46 años al servicio de la comunidad sigue haciendo gala de su sabiduría y muestra una empatía digna de imitarse, recibiendo saludos por parte de todos los que transitan por esta ajetreada vialidad.
Platicó a la cámara de Usual cómo fue su llegada a este rinconcito de Tamaulipas, siendo el amor el que guiaría sus pasos a esta tierra porteña.
“En 1972 que se hizo por primera vez el carnaval de Veracruz, en el bulevar, me tocó ir; en una esquina había un carro estorbando y me acerqué a notificarle que se moviera, era una dama y se quedó a ver el paseo, nos hicimos amigos, luego novios y me vine a casar acá. Estando acá ya no quise irme porque me gustó mucho Ciudad Madero”, platicó nostálgico.
Sería este el inicio de una brillante carrera en el cuerpo de Tránsito de este municipio y hoy, a sus casi 70 años, sigue disfrutando todos los días salir con su uniforme para brindar servicio a la comunidad.
“Sigo activo porque me fascina mi trabajo. Puedo no ser monedita de oro, pero trato de cada día ser mejor”, exclamó.
Como si el destino hubiera preparado un escenario idóneo, durante la entrevista el oficial fue requerido por parte de la ciudadanía para atender un asunto de vialidad, mostrando la confianza que tiene la población en él como símbolo de seguridad.
“Yo a todo mundo le hago caso, yo no nada más estoy en mi crucero, si hay accidente me traslado, si hay un semáforo descompuesto voy y le hablo al ingeniero, trato de ser servicial”, detalló para El Sol de Tampico.
Don Daniel “El Veracruz” no solo se ha convertido en un oficial amigable, ha trascendido entre las generaciones de maderenses como el símbolo de la seguridad vial, imagen que se sigue reforzando entre los más pequeños.
“Yo he interactuado como un ayudante para ellos, yo les enseño como se cruza; a las mamás como deben de traerlos, detalles que te hacen sentir bien cuando van creciendo y te recuerdan, todo eso es grandioso”, compartió con nostalgia.
Cuestionado acerca de qué representa para él la imagen de un servidor público de Tránsito, dijo “hay que tratar de plantar la semilla más hermosa que es la de tener amistades, que no digan: ¡Ay! Un oficial, vamos a sacarle; que digan: nos va a ayudar, nos va a orientar o dar una opinión, esa es la función de un servidor público”.
“El Veracruz” pertenece a estos Usuales símbolos de Ciudad Madero, un ejemplo de dedicación, empatía y amistad, digno de admirar y más aún de imitarse.