Quienes se dedicaban al comercio se quedaron en la Ribera, los empleados se fueron al Barrio de la Salud, mientras que los jornaleros urbanos se acomodaron en los Mercaderes y el Espartal, estos eran los cuatro sectores con los que inició la nueva ciudad de Santa Ana de Tampico, en la segunda década del siglo XIX. Sería el Espartal el primero que se extendería al llegar el progreso al puerto.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
A finales de esos años de 1800, el ferrocarril y la industria petrolera cambiaron de forma considerable la fisonomía de la ciudad, creando poco a poco zonas habitacionales donde antes solo había pantanos, pues la población de la ciudad pasó de 50 mil habitantes en 1915 a 60 mil en 1917 y a finales de 1918 se contaban ya 90 mil habitantes.
Fueron los trabajadores que instalaban los rieles, quienes comenzaron a vivir junto al trazo de la vía, empujados por el crecimiento demográfico y ante la necesidad de espacio, abarcaron áreas de los márgenes de la laguna y el río, rellanadas con los dragados del Pánuco, que se hacían para que los barcos pudieran navegar, así fue como una de las colonias más antiguas de la ciudad nació: la Tamaulipas.
Para los años de 1920 esta parte, que se ubica entre lo que ahora es la laguna del Carpintero y el río Pánuco, empezó a poblarse cada vez más a pesar de estar en un área de pequeñas lagunas, situación que con la construcción primero de la vía del tren y después la instalación de los rieles de los tranvías fue rellenándose para darle forma a este sector.
Así atrapada entre dos vías y un canal, la colonia Tamaulipas empezó a tener su propia identidad, “la mayor parte eran casas de madera y había puentes por todos lados, para cruzar el canal de la cortadura y las vías del tren hacia ‘el Golfo’, en tiempos de lluvia el agua volvía sus caminos y se inundaban muchas de las calles”, recuerda doña Paula que ha habitado este sector por más de 60 años.
A mitad del siglo pasado, los colonos convocaron al municipio para que la plaza llamada en un principio “Las 2 Líneas”, pues por el área cruzaban dos tuberías: una de agua y otra de petróleo, fuera ya remozada. La obra tuvo que ser aplazada porque el Hilda en 1955 prácticamente desapareció el sector, teniendo que ser reconstruido por sus habitantes.
La plaza finalmente se concluyó en el año de 1969 y se renombró 18 de Marzo, como lo habían propuesto los vecinos, trayendo desde la prolongación de la avenida Hidalgo, en la década de 1970, la estatua de Lázaro Cárdenas a la colonia, que desde entonces permanece en esta parte de Tampico.
Dentro de este sector se ubican los templos de Nuestra Señora de Fátima y El Espíritu Santo, iglesia donde ocurrió una de las tragedias que conmocionaron a la ciudad a finales de la década de 1990, cuando un muchacho, al parecer por celos, llegó hasta la parte del coro y de tres balazos mató a su novia que se preparaba, junto a otras jóvenes, para cantar en la misa del mediodía.
En la Tamaulipas se ubica el trazo del Puente Tampico, teniendo que reubicarse de una franja de ese sector a varias familias para poder realizar la construcción, que duró varios años y que ahora se ha convertido en un ícono de la ciudad, ocupando parte del paisaje de la populosa colonia.
Al ser una de las colonias más grandes, no solo de Tampico, sino del estado, la Tamaulipas es todavía una zona donde se cruzan muchos caminos, pues desde sus inicios compartieron juegos y sueños, niños y hombres llegados de otras tierras, que poco a poco hicieron de esta área de la ciudad un punto donde todos encontraron su destino y dieron al puerto parte de su identidad.
OTROS DATOS
Actualmente la colonia Tamaulipas en sus cerca de 85 hectáreas cuenta con el Mercado Municipal “Manuel Ávila Camacho”, dos iglesias “Nuestra Señora de Fátima” y “El Espíritu Santo”, la plaza 18 de Marzo y el trazo por su cielo del Puente Tampico.
De acuerdo a Market Data México en la colonia Tamaulipas viven unas 10 mil 100 personas en tres mil 020 hogares, siendo una de las colonias más pobladas.
