De las carpas a las calles, Ángel de Jesús lleva este arte a la urbanidad con la intensión de conseguir unas monedas para sobrevivir en casa.
Es originario de San Luis Potosí, pero desde hace ya varios años vive en la cálida tierra de Tampico, al sur de Tamaulipas.
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Lleva nueve años practicando el arte circense, incluso trabajó en dos circos con giras por la República mexicana, pero la necesidad de obtener recursos para mantener a su familia lo llevaron a los cruceros de la región.
En la calle Emilio Portes Gil, justo a un costado del Barco Museo del Niño, desarrolla su dinámica: se monta en un monociclo, hace girar un balón sobre una sombrilla que posteriormente abre. Y así se mantiene una exhibición de equilibrio por varios minutos.
“Comencé como un juego y después lo hice por necesidad” dijo Ángel a El Sol de Tampico, quien aseguró que haciendo estas actividades “me divierte mi vida”.
Hoy la crisis pandémica que vivimos en el mundo ha impactado a estos artistas callejeros o urbanos, quienes sufren la falta de movimiento en las calles.
“La gente no quiere tener contacto con quienes trabajamos en la calle, incluso avientan desde lejos -las monedas- para no tener contacto, pero que se le hace hay que trabajar” dijo.
Sin duda bajo cualquier circunstancia la función, en los cruceros de la ciudad, debe continuar.