[Video] Martín camina de Argentina a Alaska

Jalando los 180 kilos que pesa su carricatre plichero, Martín Esteban Echegaray Davies salió de Trelev, su ciudad en la provincia de Chubut, Argentina, comenzando a caminar con la mira puesta en llegar al otro extremo del continente

Antonio Sosa

  · lunes 2 de septiembre de 2019

Jalando los 180 kilos que pesa su carricatre plichero, Martín Esteban Echegaray Davies salió de Trelev, su ciudad en la provincia de Chubut, Argentina, comenzando a caminar con la mira puesta en llegar al otro extremo del continente, concretamente a Alaska.

Este trotamundos americano, descendiente de los primeros colonos galeses que poblaron la provincia de Chubut, efectúa este andar en honor a sus antepasados.

“En mi pueblo se hacen caminatas en representación -de esa población-, de ahí surge la idea de la caminata, no solo de vecinos sino algo más trascendental, por lo que elegí Alaska, un recorrido que todos hacen en moto, bici y autos”, precisa.

Primero salió de Ushuaia para hacer las 23 capitales de provincias argentinas en 9 mil 600 kilómetros, para después decir: “Quiero llegar hasta Alaska en menos de tres años, un rally caminando”.

Emprendió su andar el martes 31 de octubre del año 2017, hace un año diez meses y dos días, avanzando hasta el momento unos 19 mil 500 kilómetros, para arribar este lunes a Ciudad Madero, al sur de Tamaulipas, donde reposa.

El miércoles enfilará hacia la frontera pretendiendo cruzar a Estados Unidos por Reynosa, cumpliendo en ese punto los 20 mil kilómetros que representan dos terceras partes del camino que delinea día con día.

“Yo la ruta no la tengo dictada sino que me voy moviendo”, dice el hombre de 61 años de edad quien dejó esposa, tres hijas y seis nietos en Argentina, quienes a la distancia “están muy contentos de que logre hacer lo que me gusta”, dijo a El Sol de Tampico.

En Alaska no lo espera nadie, solo es un punto a dónde llegar, en Tok, y “si puedo lograré llegar hasta Caballo Muerto que es el fin del mundo de Alaska, pero eso está por verse porque es también en base al tiempo, si llego en invierno no podré avanzar pero en primavera sí”.

Camina de 10 a 56 kilómetros al día, extraña el desayuno de su pueblo con mate porque en su viaje desayuna lo que puede, a media mañana toma un café, camina y descansa 15 minutos o 20, al mediodía come lo mejor que puede y duerme una siesta a un costado de la rúa, “cuando hace mucho calor descanso hasta 3 horas porque es mucho desgaste no puedo avanzar, a media tarde un café más y en la noche algo liviano”.

El avance depende de la orografía, si es planicie o en subidas, “el viento, sol y lluvia no afecta pero sí afectan las subidas, si hay muchas como en Perú avanzo 10 kilómetros, en Colombia son cordilleras y en México no avanzo más de 25 kilómetros porque es como sierra subir y bajar constantemente, no se termina nunca, eso hace que me retrase mucho”.

El carricatre plichero es un catre que adecuó con ruedas y plichero porque en Argentina se denomina así al caballo que lleva todo su campamento a cuestas, “pesa 180 kilos, cuando las subidas no están muy empinadas va bien”, confiesa.

Hondean las banderas de Argentina, señal de que es la cuarta generación de argentinos; la galesa por sus ancestros Davies, y la vasca, por su padre.

Este lunes pernocta en Ciudad Madero donde encontró un sitio de descanso consciente de que su viaje continuará hacia el norte a donde llegará para octubre o noviembre del 2020, allá donde, aseguran, se termina el mundo.