Hace diecisiete años, en el 2002, el municipio de Pánuco, al norte de Veracruz, fue bautizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) como Cuna del Huapango en México.
El título obedeció a arduas investigaciones históricas y culturales que determinaron que el vestigio más antiguo de este baile se localiza en la Congregación de Tamos, mismo que data del año 1717, de acuerdo con la placa conmemorativa colocada en la Casa de Cultura.
Desde el siglo XVIII hasta la actualidad el son huasteco se ha fincado como un bien cultural en esta región, en la que Pánuco ha tomado por derecho propio una preponderancia al ser cuna o meca de grandes intérpretes de huapango, no sólo en la música, sino también en la trova y el baile.
Este arraigo no es casual si se toma en cuenta la antigüedad colonial de Pánuco, primer asentamiento fundado por los españoles en el año 1522 en el noreste de México. “Conocer la raíz de esta tradición musical ha permitido ponderar en el presente las aportaciones que estos grandes intérpretes nos han legado a las nuevas generaciones”, señaló Luis Enrique Pérez, cronista municipal.
Continuó que: “Hoy remembramos a panuquenses como Rosita del Ángel, Tomasita del Ángel y Emma Maza, que transgredieron con su voz y sensibilidad la tradición sonera, revelando que el talento no es exclusivo de un género, sino de un virtuoso que domina su arte”.
Hoy el aprendizaje y legado continúa “con grandes violinistas que aprendieron de “oídas” como Inocencio Zavala “Treinta meses” y Aureliano Orta, y desde luego a Raúl Pazzi Sequera que mostró al mundo esta riqueza cultural”.
LA CUNA YA TIENE NIÑO
Hace unos años se escuchaba continuamente que la cuna del huapango no tenía niño, esto para referirse a que durante muchos años la tradición en Pánuco estuvo truncada al no haber niños y jóvenes que tocaran jarana, quinta huapanguera y violín, instrumentos que se requieren para la interpretación de un son huasteco.
Esta impresión se ha revertido paulatinamente desde el 2014 con los primeros cursos que se dieron en Casa de Cultura, tan sólo en lo que va de la administración municipal que preside Fernando Molina Hernández, se han implementado de manera permanente los talleres baile y música de huapango.
“Veo que es importante que se den estos cursos para nuestros niños, porque además de ocupar su tiempo de manera sana, aprenden nuestra música y baile como lo es el huapango. A mí me da gusto que a mi hijo le guste bailar huapango” dijo la madre de familia Olga Cortés.
RETOS DE LA TRADICIÓN
Así como es importante que los niños y jóvenes aprecien o aprendan a interpretar un son, también es necesario que estos conocimientos se apeguen a lo que dice la tradición, ya que en retrospectiva se observa una evolución, sobre todo en los pasos del baile.
Históricamente se ha manifestado una evolución, en los cambios graduales, lo que ha llevado a algunos ortodoxos de la tradición a decir que estos cambios han “deformado” al huapango.
“Prefiero observar estos cambios desde el concepto "hibridación cultural", en el que esos cambios o transformaciones obedecen a factores contemporáneos, a las necesidades actuales de quienes, en este caso, hacen música o baile pero sin perder de vista la raíz”, puntualizó a El Sol de Tampico el historiador panuquense.
De ahí la importancia de que los nuevos intérpretes también hagan investigación o se documenten al respecto para que de esta manera se continue disfrutando del llorar del violín y el zapateo impetuoso que caracteriza a esta maravillosa tradición llamada huapango.