(Tercera de cuatro partes)
El extenso legado que dejó Rigoberto Tovar García, mejor conocido como Rigo Tovar, motiva a cantar, bailar y gozar. Sus canciones de inmediato generan un ambiente de fiesta tropical y para quienes crecieron con su música, el “Ídolo de las multitudes” siempre será el número uno.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
UN HOMENAJE A SU QUEHACER
A casi 485 kilómetros de su Matamoros querido, vive Félix Martínez quien desde el 2004 alegra fiestas, bodas y bautizos al estilo del “Sirenito”. Antes de que familiares, amigos e incluso clientes le hicieran ver su parecido con “el maestro”, Félix asegura que ya era su fan.
Fue en la etapa donde Rigo comenzaba a figurar en el panorama de las grandes estrellas y grababa temas como “Lamento de amor”, “Celos de Luna” y “Verano en Veracruz” que el potosino lo escuchó por primera vez.
“Yo supe de él cuando iniciaba su carrera, por allá de la década de los setenta, pero en esa época yo tocaba otra música. Luego hubo gente que me decía que me parecía a él por la voz, por el físico y entonces decidí rendirle un tributo con mi actuación”, detalla en entrevista telefónica para EL SOL DE TAMPICO.
Añade que a raíz de esta idea comenzó a conocerlo a profundidad y siente un gran respeto hacía su trabajo; es por esa razón que pone todo su esmero y dedicación para cumplir con el cliente, pero también para lograr que su imitación sea un verdadero tributo al matamorense.
Tanto ha sido su compromiso que sus interpretaciones de Rigo Tovar lo llevaron a compartir escenario con los integrantes del conjunto Costa Azul. “Fui una vez a Ciudad de México y me dieron la oportunidad de cantar con ellos. Mis respetos para su trabajo, cantar su música me dio una enorme satisfacción. Ver cómo la gente se entregaba fue un sentimiento muy bonito y yo al maestro Rigo lo respeto mucho”.
En cuanto a “las preferidas del público”, Félix comenta que a él lo contratan para cantar en distintas actividades y señala que las canciones más pedidas y coreadas son “El sirenito”, “Lamento de amor”, “Mi Matamoros querido” y “Mi amiga, mi esposa y mi amante”.
Respecto a lo que Rigo Tovar ha representado en su vida, afirma que ha sido muy dichoso de experimentar en carne propia la felicidad que genera su música, de ser fiel testigo de las muestras de cariño que siguen vigentes hacía él y concluye subrayando que “Rigo es el ídolo número uno de la música tropical romántica y como él, nunca habrá dos”.
¡OH, QUÉ GUSTO DE VOLVERTE A VER!
En aquel entonces yo tenía muy poca edad, apenas unos 12 o 13 años cuando empezó a salir su música y me gustó, recuerda Juan Ernesto Loredo, uno de los tampiqueños que además de ser su fan, tuvo la oportunidad de acudir a 5 de sus conciertos.
“Me tocó ir a verlo acabando la inundación en el 76. Él vino a Mata Redonda, a la entrada había un campo y en una tienda de consumo se hizo un estrado. Venía con “la sirenita” porque acababan de grabar”, comenta el entrevistado.
Describe que se congregó una gran cantidad de personas con el único objetivo de ver a su ídolo, “era una multitud de gente que no tienen idea, nos habíamos inundado, pero cuando dijeron que venía Rigo de Matamoros todos fuimos a verlo”, dice agregando que en esa época “por donde quiera que uno pasaba se oía su música. En los carros, en los cafés, en las casas y en las farmacias entrabas y se escuchaba música de Rigo”.
En otra ocasión, menciona, fue a verlo al antiguo Jardín Corona en Tampico y señala que nuevamente su show estuvo lleno, “a reventar, tiraron la ‘mallacorla’ y yo me colé porque no había boletos. Él dejó atrás a todos, había gente que hablaba inglés, que vivía en Houston y Chicago y les gustaba su música. Así como a nosotros nos gustan The Beatles, pero no les entendemos, a ellos les pasaba igual con Rigo”.
La penúltima vez que lo vio, rememora, fue en el antiguo gimnasio de Árbol Grande en Ciudad Madero. Atesora esa experiencia en el corazón porque tuvo la oportunidad de saludarlo. Enfatiza que pese a la fama “él no era fastidioso. Yo inclusive lo saludé y le dije: quiero que me mandes un saludo. Él me preguntó por mi apodo y en ese mismo baile grabé dos casetes donde él decía a cada rato mi apodo, ‘el malhecho’ “.
Al hablar del pasado, Robledo Gómez explica que, en total, tuvo la fortuna de ir a cinco eventos donde se presentó Rigo Tovar y añade que llegó a comprar más de 15 de sus discos compactos y de vinilo. Sin embargo, algunos los prestó y otros más se desgastaron con el uso.
En este punto, agrega que en aquellos tiempos “no había fines de año, días 24 o 31 de diciembre ni cumpleaños donde no se escuchara su música. A mí me gustaban todas sus canciones, tanto instrumentales como boleros, románticas y tropicales; no había a cuál irle, de él casi todas las canciones estaban buenas, por eso rompió récord de 400 mil personas en Santa Catarina, algo que ni Selena hizo”.
Ahora, como buen fan se conforma con buscar en YouTube o en otras redes sociales sus videos, “hasta la fecha me pongo mis audífonos y lo escucho. Yo crecí con su música, viví con su música y eso es lo que recuerdo del gran ídolo, porque para mí y para mucha gente eso fue, él llegó a la cumbre”.
SUS ÉXITOS
Son difundidos por sus seguidores y continúan acumulando visitas en internet:
- El testamento (24 M de visitas en YouTube)
- Lamento de amor (13 M de visitas en YouTube)
- La sirenita (13 M de visitas en YouTube)
- Dos tardes de mi vida (8.8 M de visitas en YouTube)
- ¡Oh, qué gusto de volverte a ver! (5.5 M de visitas en YouTube)
- Matamoros querido (5.3 M de visitas en YouTube)
- Perdóname mi amor por ser tan guapo (4.7 M de visitas en YouTube)
- Quizás, quizás, quizás (4.2 M de visitas en YouTube)
- Mi amiga, mi esposa y mi amante (3.5 M de visitas en YouTube)
- Juan Ernesto Loredo
- Fiel seguidor del sirenito
- “Yo crecí con su música, viví con su música y eso es lo que recuerdo del gran ídolo”.
(Continuará)