Muchas veces nos hemos preguntado, ¿qué es el yoga?, viéndola como una palabra, esta proviene del sánscrito y significa unidad; ya como una actividad se refiere a una práctica física, mental y espiritual de tradición antigua, originada en la India, que simboliza la unión del cuerpo y la mente.
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Según el primer ministro indio Narendra Modi, no se trata solo de ejercicios, es una manera de descubrir el sentido de identidad de uno mismo, el mundo y la naturaleza.
Con el paso del tiempo y su popularidad dicha práctica se fue convirtiendo en un fenómeno y actualmente se practican varias formas, su éxito y el número de seguidores es cada vez mayor en todo el mundo, del que la zona no ha quedado excluida.
Desde 2014, las Naciones Unidas proclamaron el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, con la resolución 69/131, en la cual se señala la importancia de que las personas y poblaciones adopten decisiones más saludables y modos de vida que propicien la buena salud.
“El yoga cultiva las formas de mantener una actitud equilibrada en la vida cotidiana y dota de capacidad en el desempeño de las acciones propias”, B.K.S. Iyengar, famoso practicante de yoga.
CELEBRACIÓN EN MEDIO DE LA PANDEMIA
El yoga es una herramienta muy útil para lidiar con el estrés de la incertidumbre y el aislamiento, así como para mantener el bienestar físico, como consecuencia de las medidas de distanciamiento social que se viven en todo el mundo contra el Covid-19 por lo que estudios de yoga y espacios en donde se practica la disciplina han tenido que cerrar, por lo que se ha tenido que recurrir a la práctica casera o cursos de yoga en línea.
Actualmente, la ONU ofrece recursos de yoga a su personal y a todo el público que esté interesado en la sección de Bienestar del portal de coronavirus, en estos tiempos la Organización Mundial de la Salud recomienda el yoga como un medio para mejorar la salud como parte del “Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018-2030: más personas activas para un mundo más sano”.
La instructora de yoga Valeria Zaragoza, desde hace varios años imparte dicha disciplina en la playa y estudio, ahora a consecuencia de la pandemia ofrece diversas clases online con el fin de dar seguimiento a sus hábitos y los de sus alumnas.
“Lo que sí he visto es que durante esta temporada de Covid-19, encima de volverse moda, el yoga se ha vuelto una necesidad. Y a pesar de las circunstancias y los retos he seguido impartiendo clases, solo que en modalidad en línea. Sé que no es lo mismo que tomar una sesión presencial, pero es algo para muchas y de hecho creo que tiene bastantes beneficios tomar una clase en línea tal vez muchos más que una presencial, ya que tienes la opción de tomar la clase en tus propios horarios”, explica.
Las tecnologías son algo bueno si se usan de forma positiva, por ejemplo, la entrevistada narró que ha iniciado videos gratuitos de yoga dentro de su página oficial Namasté Body & Mind y formó un grupo de WhatsApp donde comparte contenido musical relacionado con la sanación.
“A muchos nos encanta la tecnología porque somos curiosas y creativas, creo que la pandemia nos ha venido a sacar de la zona de confort a muchas y es una manera de probarnos como empresarias o emprendedoras”, describe.
AYUDA EMOCIONAL
La ahora instructora Valeria Zaragoza, compartió su experiencia de inicio que fue el de visualizar el yoga como trabajo y terminó por convertirse en una terapia, que a su vez ha contribuido a su incursión en el emprendimiento.
“Conocí el yoga por primera vez dentro del trabajo, en aquel entonces yo laboraba en hoteles en el área de deportes y entretenimiento. Como parte de las actividades zumba, aquaerobics, voleibol, entre otros y en ocasiones me tocaba impartirla, por eso comencé a capacitarme desde aquel momento”, señaló.
La creadora de Namasté Body & Mint, explicó que a pesar de la disciplina formaba parte de su rutina de trabajo no lograba entender el verdadero sentido de su práctica, en aquellos años ya que solo lo veía como una manera de hacer ejercicio, hasta que tiempo después lo retomó de manera voluntaria ya que su estado emocional estaba colapsando.
“Cuando me diagnosticaron con trastorno límite de la personalidad entendí muchas cosas sobre mí y aprendí a conocerme y aceptarme, parte de ese proceso fue gracias a la práctica de yoga. Recuerdo estar en una sesión y mientras hacía las posturas yo no podía parar de llorar, pero seguía. Entendí que la práctica conlleva mucho más que el cuerpo. Así estuve por meses, a veces incluso odiaba ir a yoga, porque me hacía sentir vulnerable, me hacía sentir incómoda, me hacía estar en diálogo conmigo misma”, narró.
MODA O ESTILO DE VIDA
Muchas personas en el mundo se iniciaron en dicha práctica gracias a su popularidad, sin embargo, no dan seguimiento a los hábitos y desisten en el camino.
La empresaria comentó que en algún momento ella también llegó apreciar ese fenómeno en la sociedad, que veía el yoga como moda.
“Actualmente hay infinidades de tipos de yoga, pero muchos de ellos son inventos, a mi parecer ni siquiera son yoga. Creo que también tiene mucho que ver con el vender, con el marketing”, dijo.
La instructora explicó que es importante comprender lo que realmente es la práctica de yoga, para no caer en trucos y terminar comprando accesorios innecesarios y tomando clases que no darán ningún provecho y que solo nos van a dejar gastadas o gastados.
Ella finalizó invitando a la sociedad a realizar dicha práctica y apreciar cada uno de los cambios positivos que crea en el ser humano.
“Practicar yoga va a cambiar tu vida en muchos aspectos, eso está científicamente comprobado, tu cuerpo se transformará y tu mente también. Cuando las personas me comentan: es que no practico yoga porque no soy flexible, les digo siempre: ¿flexible del cuerpo o de tu mente?”.
Al paso del tiempo se popularizó y fue convirtiéndose en un fenómeno, actualmente se practican varias formas, su éxito y el número de seguidores es cada vez mayor en todo el mundo