Dos candidatos a gobernadores se llegaron a declarar como triunfadores en Tamaulipas, lo que desencadenó un conflicto político que creció en tal medida, que incluso el entonces presidente de México, Benito Juárez, tuvo que intervenir para lograr su resolución.
Fue en el siglo XIX, en 1861, finalizada la Guerra de Reforma, cuando el Congreso de la entidad mandó convocar elecciones y renovar los poderes del estado. Aunque solo eran dos contendientes por la gubernatura, Cipriano Guerrero y Jesús de la Serna, las elecciones se complicaron.
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"Rojos" contra "amarrillos" en disputa por el poder
“El congreso, por muy apretada diferencia, le dio el gane a uno, pero el otro se inconformó y hubo un pronunciamiento”, indicó el historiador Raúl Sinencio Chávez a EL SOL DE TAMPICO.
De manera que se acordó una segunda vuelta, mientras que el entonces gobernador saliente, Juan José de la Garza, dispuso que Modesto Ortiz se encargara de forma interina del poder ejecutivo estatal.
La segunda vuelta dio el triunfo a Jesús de la Serna, del grupo político de los “rojos”, lo que trajo la inconformidad del grupo de los “amarillos” o “crinolinos”, que abanderaba Cipriano Guerrero y quien era el candidato oficial. En consecuencia, los “crinolinos” proclamaron gobernador a Guerrero y se levantaron en armas.
¿Cuál fue la decisión que tomó Benito Juárez?
De acuerdo a Octavio Herrera, Modesto Ortiz, intentó negociar con Jesús de la Serna con la finalidad de terminar el conflicto armado. Propuso llamar de nueva cuenta a elecciones, lo que rechazó De la Serna al afirmar la legalidad de la elección. También se sugirió que ambos triunfadores desistieron del cargo, a lo que igualmente De la Serna se opuso.
Debido a que este conflicto se suscitó cuando estaba por desatarse la Intervención Francesa, y ante el temor de que el conflicto político pusiera en una situación vulnerable a Tamaulipas, Benito Juárez intervino para solucionar la disputa por la entidad.
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“De manera práctica lo que Juárez hizo fue desconocer que hubiera gobernador en Tamaulipas, y nombró a un interino. Todavía no había el mecanismo de declarar desaparecidos los poderes, pero Juárez, con sus facultades extraordinarias como presidente, tuvo que tomar esa medida”, explicó Sinencio Chávez.
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De manera que se delegó como interino al también gobernador de Nuevo León, Santiago Vidaurri, quien se encargaría de pacificar al estado en la ocasión que Tamaulipas tuvo dos gobernadores.
