A pesar de ser una especie nativa del África Subsahariana, diversos hipopótamos se pasean por los márgenes del río Magdalena en Colombia. Los últimos informes estiman una población entre 130 a 160 ejemplares viviendo en estado libre en América del Sur y se estima que la cifra podría llegar a cinco mil.
La respuesta sobre cómo sucedió este escenario ambiental inusual se relaciona con un nombre: Pablo Escobar.
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La revista de Conservación Natural “Oryx” de la Universidad de Cambridge señala que en 1981, Pablo mandó trasladar cuatro ejemplares de la especie de un zoológico de Estados Unidos a su hacienda Nápoles, en Antioquía, Colombia, donde vivían en un estanque en cautiverio.
Cuando la propiedad fue abandonada en 1993, los hipopótamos escaparon, dando paso a una alteración en el ecosistema.
Entre el caos y la fertilidad: los hipopótamos llegan a Colombia
El artículo “Posibles efectos ecológicos y socioeconómicos de la introducción de un nuevo mega herbívoro: el hipopótamo en Colombia” fue publicado en diciembre de 2019, en la revista Oryx, firmado, entre otros, por Amanda L. Subalusky, Elizabeth P. Anderson y Juan F. Reátiga Parrish.
En el texto se explica la simbología que la especie tenía en el antiguo Egipto, donde las hembras evocaban fertilidad, en tanto que los machos representaban caos.
En 1981, cuando cuatro hipopótamos, tres hembras y un macho, llegaron a Colombia, Pablo Escobar llevaba cinco años operando el Cártel de Medellín, iniciado en 1976. De acuerdo al portal “InSight Crime” el auge financiero de Escobar ocurrió en la década de los 80, momento en que se cree llegó a generar ingresos semanales mayores a los 400 millones de dólares.
En 1993, tras la muerte de Escobar, varios de los animales que mantenía en la Hacienda Nápoles fueron reubicados a diversos zoológicos nacionales, pero los hipopótamos fueron dejados atrás.
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¿Cómo fue creciendo la población?
El artículo de la revista Oryx apunta que en 1993, al quedar la Hacienda Nápoles deshabitada, los hipopótamos comenzaron a vagar libres por la zona ubicada a 240 metros del río Magdalena, también denominado río Grande, el principal afluente del país.
En el 2006, cuando la propiedad fue transformada en parque temático, se reportó la presencia de 16 hipopótamos. En el 2009, cazadores inscritos en la Federación Colombiana de Caza liquidaron a “Pepe”, desatando el descontento internacional.
En el 2019, los autores del artículo publicado en “Cambridge University Press” pronosticaron una tasa de crecimiento del 7 al 8% de manera anual, de tal manera que en el 2050 se prevé una población de entre 400 a 800 hipopótamos. Sin embargo, si la tasa incrementa a un 11% al año, lo cual es bastante posible, entonces, las estadísticas apuntarían a un aproximado de cinco mil ejemplares de la especie para 2050.
Consecuencias al medio ambiente
Entre las implicaciones al medio ambiente que señala el texto de "Oryx: The International Journal of Conservation" están:
- Comprimir el fondo del río, aumentando la retención del agua
- Presencia de heces de hipopótamo en el agua del río, la cual es suministro de fábricas, comercios y hogares
- Alteración de la flora y fauna terrestre y acuática
- Disminuir la disponibilidad de recursos para otras especies (un hipopótamo adulto se especula consume 50 kilogramos de hierba al día)
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Diversos medios a nivel internacional indican que en la cuenca del río Magdalena, en Colombia, habitan entre 130 a 160 hipopótamos. Hasta el momento las autoridades del país no han dado una respuesta definitiva sobre cómo afrontar el hecho de que una especie nativa de África, haya convertido una región de América en su hábitat.