/ sábado 22 de junio de 2024

Gryta.com, Fylosofía en expresión / Los secretos de la prosperidad

Todos la deseamos en mayor o menor proporción.

Empecemos por definir el término.

En una definición etimológica encontré que prosperidad viene del latín "prosperitas", que significa “salir bien, tener buena suerte o éxito en lo que sucede” con el prefijo "pro" que significa “hacia adelante”; "sperare" que denota la espera o esperanza, y el sufijo "dad" que habla de una cualidad.

El diccionario de la Real Academia Española define prosperidad como el curso favorable de las cosas, éxito que se emprende, sucede u ocurre; prosperar es cobrar fuerza, triunfar o imponerse. Y aquí algo también interesante, el escritor y empresario Tom Leding, autor de los libros "De pobreza a riqueza" y "La prosperidad es tu herencia", dice: "La prosperidad no es solo posesiones materiales, la verdadera prosperidad significa madurar espiritualmente en la relación de uno con Dios. Es salud física, mental, emocional y el bienestar del alma". Como lo he mencionado en otras ocasiones, cuando investigo un tema con usted o pretendo presentarle un punto, me agrada ofrecerle un fundamento en el cual en ocasiones respaldo mi reflexión, siendo las filosofías judía, judeocristiana y budista de mis fuentes favoritas recurrentes.

Hablando de conceptos relacionados con la prosperidad, en hebreo el vocablo "Tsalach" significa empujar y nos sugiere esforzarnos en todo lo que hacemos, debemos empujar con fuerza, trabajar con esmero, no ser flojos ni mediocres.

Otro término en la misma linea es “Sakal” que se refiere a ser inteligente, comportarnos con seriedad, prudencia, responsabilidad y compromiso.

También “Shalah” y “Shalom”, que significan el primero estar seguro, tranquilo y feliz, y el segundo en paz y bienestar.

El Maestro Siddharta Gautama, como hablamos en anterior entrega, hablaba de buscar una mente contemplativa que mantuviera en equilibrio la condición trifásica del ser humano, pensamiento, cuerpo y emociones, para alcanzar así el estado del “no sufrimiento”.

Ahora bien, tenemos asociado el término que da motivo a la presente con dinero, pero podría aplicar si analizamos en todo lo que se desea tener en esta vida, pudiendo ser salud, sustento, seguridad, paz y felicidad.

Aquí viene lo importante, yo creo que es muy difícil o prácticamente imposible alcanzar estados de satisfacción, por no internarnos en felicidad, sin tener un equilibrio.

Le doy ejemplos: ¿de qué le sirve tener dinero si está enfermo de un mal incurable?

¿De qué le sirve tener libertad si es pobre?

¿De qué le sirve tener éxito si tiene miedo a perderlo?

La prosperidad tiene que ver con un estado de equilibrio, esa riqueza que no añada tristeza.

Pero ¿cómo alcanzarla?

Primero tener claro que es realmente lo que quiere obtener para caminar enfocado, prepararse y mejorar lo más posible en lo que hace.

Tener consciencia, respeto a los demás, orden y limpieza para poder construir entornos favorables. Ser auténtico, honrado, con la verdad como instrumento y cumplir con todo aquello que ofrezca y con lo que se prometa a si mismo .

Trabajar con alegría y buena voluntad.

No exagerar, para poder disfrutar el viaje y tener esperanza considerando que aquello que emprendamos vale la pena hacerlo independientemente del resultado.

Persistir, es decir, ser constante.

Por último comprender que podemos estar hablando de una vida integralmente balanceada en donde lo que reine sea la paz.

gryitafuerte@gmail.com

fb: Gryita Fuerte

RE-GENERACIÓN 19

Todos la deseamos en mayor o menor proporción.

Empecemos por definir el término.

En una definición etimológica encontré que prosperidad viene del latín "prosperitas", que significa “salir bien, tener buena suerte o éxito en lo que sucede” con el prefijo "pro" que significa “hacia adelante”; "sperare" que denota la espera o esperanza, y el sufijo "dad" que habla de una cualidad.

El diccionario de la Real Academia Española define prosperidad como el curso favorable de las cosas, éxito que se emprende, sucede u ocurre; prosperar es cobrar fuerza, triunfar o imponerse. Y aquí algo también interesante, el escritor y empresario Tom Leding, autor de los libros "De pobreza a riqueza" y "La prosperidad es tu herencia", dice: "La prosperidad no es solo posesiones materiales, la verdadera prosperidad significa madurar espiritualmente en la relación de uno con Dios. Es salud física, mental, emocional y el bienestar del alma". Como lo he mencionado en otras ocasiones, cuando investigo un tema con usted o pretendo presentarle un punto, me agrada ofrecerle un fundamento en el cual en ocasiones respaldo mi reflexión, siendo las filosofías judía, judeocristiana y budista de mis fuentes favoritas recurrentes.

Hablando de conceptos relacionados con la prosperidad, en hebreo el vocablo "Tsalach" significa empujar y nos sugiere esforzarnos en todo lo que hacemos, debemos empujar con fuerza, trabajar con esmero, no ser flojos ni mediocres.

Otro término en la misma linea es “Sakal” que se refiere a ser inteligente, comportarnos con seriedad, prudencia, responsabilidad y compromiso.

También “Shalah” y “Shalom”, que significan el primero estar seguro, tranquilo y feliz, y el segundo en paz y bienestar.

El Maestro Siddharta Gautama, como hablamos en anterior entrega, hablaba de buscar una mente contemplativa que mantuviera en equilibrio la condición trifásica del ser humano, pensamiento, cuerpo y emociones, para alcanzar así el estado del “no sufrimiento”.

Ahora bien, tenemos asociado el término que da motivo a la presente con dinero, pero podría aplicar si analizamos en todo lo que se desea tener en esta vida, pudiendo ser salud, sustento, seguridad, paz y felicidad.

Aquí viene lo importante, yo creo que es muy difícil o prácticamente imposible alcanzar estados de satisfacción, por no internarnos en felicidad, sin tener un equilibrio.

Le doy ejemplos: ¿de qué le sirve tener dinero si está enfermo de un mal incurable?

¿De qué le sirve tener libertad si es pobre?

¿De qué le sirve tener éxito si tiene miedo a perderlo?

La prosperidad tiene que ver con un estado de equilibrio, esa riqueza que no añada tristeza.

Pero ¿cómo alcanzarla?

Primero tener claro que es realmente lo que quiere obtener para caminar enfocado, prepararse y mejorar lo más posible en lo que hace.

Tener consciencia, respeto a los demás, orden y limpieza para poder construir entornos favorables. Ser auténtico, honrado, con la verdad como instrumento y cumplir con todo aquello que ofrezca y con lo que se prometa a si mismo .

Trabajar con alegría y buena voluntad.

No exagerar, para poder disfrutar el viaje y tener esperanza considerando que aquello que emprendamos vale la pena hacerlo independientemente del resultado.

Persistir, es decir, ser constante.

Por último comprender que podemos estar hablando de una vida integralmente balanceada en donde lo que reine sea la paz.

gryitafuerte@gmail.com

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RE-GENERACIÓN 19