/ sábado 27 de abril de 2024

Hablemos de Tecnología / Atacados

Todo mundo tiene un plan, eso hasta que la vida te da un puñetazo muy fuerte en la cara un sábado por la mañana, y aun cuando podemos pensar eso nunca me pasará a mí, las cosas buenas y malas suceden, ante todo la mejor arma es prevenir, antes que lamentar; hoy Coppel lo ha aprendido muy bien.

Estimado lector, ¿alguna vez ha pensado en la fragilidad de su información personal en el mundo digital? Hoy, desafortunadamente, enfrentamos otro recordatorio de cuán volátil puede ser nuestra seguridad en línea. Se trata del reciente incidente que ha puesto en vilo a millones de usuarios: el hackeo a Coppel. Un episodio que no solo revela vulnerabilidades técnicas, sino que también expone la delicada línea entre la conveniencia digital y el riesgo cibernético.

El pasado 13 de abril de 2024, los sistemas de Coppel sufrieron lo que inicialmente parecía una simple caída. Cinco días después, la realidad resultó ser mucho más sombría: un intento de hackeo confirmado por la empresa. Esta noticia ha generado una serie de dudas y temores, amplificados por informes de que la información de más de 6 millones de cuentas podría estar circulando en el mercado negro.

Su servidor en su momento, advertí sobre el grave riesgo que esto representa.

No solo hablamos de un potencial fraude, sino también de extorsión y robo de identidad -recordemos que Coppel también es un Banco-. Los detalles emergentes sugieren que la base de datos de Coppel, que contiene datos sensibles de millones, podría haberse convertido en una mercancía más en las sombras del ciberespacio.

Apenas el jueves 25 de abril, un grupo identificado como “The M3xican M4fia” habría publicado en la Dark-Web que tenían la base de datos completa e incluso que estaba a la venta. Cabe aclarar desde mi perspectiva que esto parece totalmente falso, “The M3xican M4fia” nunca ha operado así, y la cuenta que usaron parece falsa.

Ante esta situación, Coppel ha implementado medidas de seguridad reforzadas, pero aun así, el sistema permanece inactivo hasta la fecha. Este prolongado periodo de inactividad ha dado pie a rumores, incluso sobre la supuesta eliminación de deudas en el sistema -las cuentas de más de 2 millones de mexicanos quedarían incobrables-, los cuales han sido desmentidos por la empresa. A pesar de las aseguranzas, la incertidumbre permanece, y con ella, la pregunta de qué tan seguros estamos realmente.

¿Qué significa esto para usted, amigo lector? La realidad es que, en la era digital, su información nunca está completamente segura. Pero más allá del pánico y la incertidumbre, este evento debe servirnos como un llamado a la acción. Es esencial adoptar prácticas de seguridad más estrictas, como la verificación en dos pasos y el monitoreo regular de nuestras cuentas. Además, es crucial exigir a las empresas un compromiso más firme con la seguridad de la información.

Reflexionemos sobre la responsabilidad compartida en la protección de nuestros datos, sí, de nosotros también. Las empresas deben fortalecer sus sistemas y protocolos, pero nosotros como usuarios también debemos ser proactivos en nuestra seguridad personal. Este incidente con Coppel no es solo un problema de una empresa, sino un espejo de nuestra realidad digital actual, donde nuestra información es tan valiosa como vulnerable.

Amigo lector, mientras Coppel trabaja para restaurar la normalidad y la confianza, nosotros debemos trabajar en reforzar nuestra guardia. En este mundo interconectado, cada clic, cada transacción y cada registro nos exige ser más cautelosos. No permita que su información sea el trofeo de cibercriminales.

La seguridad empieza por uno mismo, y en este juego digital, es mejor ser un jugador precavido.

Importante es escribir que deseamos pronto que la empresa pueda salir adelante ante tan dantesco reto, y me pongo en el lugar de sus jefes de Sistemas, estas semanas deben haber sido un infierno, ¡Fuerza, ánimo y sin miedo! Todo el éxito en el plan que emprendan y que para todas las partes venga siempre lo mejor, lo justo, lo verdadero.

“En el Arte de ascender, el triunfo no está en no caer, sino en no permanecer caído”.

Juan Pablo II.

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tecnologia@lalodelatorre.com

Todo mundo tiene un plan, eso hasta que la vida te da un puñetazo muy fuerte en la cara un sábado por la mañana, y aun cuando podemos pensar eso nunca me pasará a mí, las cosas buenas y malas suceden, ante todo la mejor arma es prevenir, antes que lamentar; hoy Coppel lo ha aprendido muy bien.

Estimado lector, ¿alguna vez ha pensado en la fragilidad de su información personal en el mundo digital? Hoy, desafortunadamente, enfrentamos otro recordatorio de cuán volátil puede ser nuestra seguridad en línea. Se trata del reciente incidente que ha puesto en vilo a millones de usuarios: el hackeo a Coppel. Un episodio que no solo revela vulnerabilidades técnicas, sino que también expone la delicada línea entre la conveniencia digital y el riesgo cibernético.

El pasado 13 de abril de 2024, los sistemas de Coppel sufrieron lo que inicialmente parecía una simple caída. Cinco días después, la realidad resultó ser mucho más sombría: un intento de hackeo confirmado por la empresa. Esta noticia ha generado una serie de dudas y temores, amplificados por informes de que la información de más de 6 millones de cuentas podría estar circulando en el mercado negro.

Su servidor en su momento, advertí sobre el grave riesgo que esto representa.

No solo hablamos de un potencial fraude, sino también de extorsión y robo de identidad -recordemos que Coppel también es un Banco-. Los detalles emergentes sugieren que la base de datos de Coppel, que contiene datos sensibles de millones, podría haberse convertido en una mercancía más en las sombras del ciberespacio.

Apenas el jueves 25 de abril, un grupo identificado como “The M3xican M4fia” habría publicado en la Dark-Web que tenían la base de datos completa e incluso que estaba a la venta. Cabe aclarar desde mi perspectiva que esto parece totalmente falso, “The M3xican M4fia” nunca ha operado así, y la cuenta que usaron parece falsa.

Ante esta situación, Coppel ha implementado medidas de seguridad reforzadas, pero aun así, el sistema permanece inactivo hasta la fecha. Este prolongado periodo de inactividad ha dado pie a rumores, incluso sobre la supuesta eliminación de deudas en el sistema -las cuentas de más de 2 millones de mexicanos quedarían incobrables-, los cuales han sido desmentidos por la empresa. A pesar de las aseguranzas, la incertidumbre permanece, y con ella, la pregunta de qué tan seguros estamos realmente.

¿Qué significa esto para usted, amigo lector? La realidad es que, en la era digital, su información nunca está completamente segura. Pero más allá del pánico y la incertidumbre, este evento debe servirnos como un llamado a la acción. Es esencial adoptar prácticas de seguridad más estrictas, como la verificación en dos pasos y el monitoreo regular de nuestras cuentas. Además, es crucial exigir a las empresas un compromiso más firme con la seguridad de la información.

Reflexionemos sobre la responsabilidad compartida en la protección de nuestros datos, sí, de nosotros también. Las empresas deben fortalecer sus sistemas y protocolos, pero nosotros como usuarios también debemos ser proactivos en nuestra seguridad personal. Este incidente con Coppel no es solo un problema de una empresa, sino un espejo de nuestra realidad digital actual, donde nuestra información es tan valiosa como vulnerable.

Amigo lector, mientras Coppel trabaja para restaurar la normalidad y la confianza, nosotros debemos trabajar en reforzar nuestra guardia. En este mundo interconectado, cada clic, cada transacción y cada registro nos exige ser más cautelosos. No permita que su información sea el trofeo de cibercriminales.

La seguridad empieza por uno mismo, y en este juego digital, es mejor ser un jugador precavido.

Importante es escribir que deseamos pronto que la empresa pueda salir adelante ante tan dantesco reto, y me pongo en el lugar de sus jefes de Sistemas, estas semanas deben haber sido un infierno, ¡Fuerza, ánimo y sin miedo! Todo el éxito en el plan que emprendan y que para todas las partes venga siempre lo mejor, lo justo, lo verdadero.

“En el Arte de ascender, el triunfo no está en no caer, sino en no permanecer caído”.

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