/ domingo 8 de octubre de 2023

Liberándose del alcohol | Excusa trivial

¿Qué clase de pensamiento predomina en el alcohólico que repite una y otra vez el desesperante experimento de la primera copa?

El libro “Alcohólicos Anónimos”, en su tercer capítulo: Más acerca del alcoholismo, nos narra una historia de un alcohólico de nombre Jim, que nos ayuda a entender un poco la respuesta a la pregunta inicial. El mismo Jim nos comenta: “Fui a trabajar el martes por la mañana. Recuerdo que me sentí disgustado porque tenía que ser vendedor en un negocio del que antes había sido dueño. Crucé algunas palabras con el patrón, pero no fue nada serio. Entonces decidí irme al campo en mi automóvil a ver a un posible cliente.

En el campo sentí hambre y me detuve en un lugar donde hay una cantina. No tenía intención de beber, solamente pensé en comerme un sándwich. También se me ocurrió que podría encontrarme algún cliente en ese lugar ya conocido porque lo había frecuentado durante años. Me senté ante una mesa y pedí un sándwich y un vaso de leche. Todavía no pensaba en beber. Luego pedí otro sándwich y decidí tomarme otro vaso de leche.

Repentinamente cruzó por mi mente la idea de que si le pusiera una onza de whisky a la leche, no podría hacerme daño, teniendo el estómago lleno. Pedí el whisky y se lo eché a la leche. Vagamente percibí que no estaba siendo muy vivo, pero me tranquilicé pensando que estaba bebiendo el licor con el estómago lleno. El experimento iba tan bien, que pedí otro y lo eché en más leche. Esto no pareció molestarme así que lo repetí”.

Jim terminó en un centro de tratamiento después de tanto whisky lechero. Este fenómeno mental que vive un alcohólico en proceso de recuperación es causa de muchas recaídas, es decir regresan a beber alcohol, sin importar cuánto tiempo lleven sobrios.

Paralelo a un razonamiento cuerdo, se le ocurrió alguna excusa insanamente trivial para tomar la primera copa. Nuestra cordura no fue suficiente para frenarnos, la idea insana predominó”. (Alcohólicos Anónimos pág. 34)

La obsesión por el alcohol es mucho más fuerte que todos los razonamientos lógicos y verdaderos que el alcohólico haya escuchado en sus sesiones de recuperación. La idea insana y errónea lo sorprende y lo mete intempestivamente al mundo del alcohol.

Esto hace pensar que es imposible para el enfermo alcohólico dejar de consumir esta droga adictiva. Efectivamente si el enfermo se mueve en un plano puramente humano, es totalmente imposible. El borracho está minado mentalmente para decidirse a hacer esfuerzos más allá de sus límites. Es necesaria la ayuda ajena. Esta ayuda es la que ofrece la comunidad de Alcohólicos Anónimos.

Esta agrupación tiene experiencia acumulada durante 88 años con millones de personas de todo el mundo que han decidido desterrar de sus vidas el consumo del alcohol de manera absoluta. Esa experiencia la pone al alcance de todos los seres humanos que libremente elijan vivir sobriamente.

El elemento diferencial que aporta el programa de recuperación de la comunidad de Alcohólicos Anónimos es el ESPIRITUAL. Recoge lo mejor de la siquiatría, de la psicología, la religión y otras ramas de la medicina y le suma lo espiritual, expresado magistralmente en la frase: UN PODER SUPERIOR, DIOS COMO CADA QUIEN LO CONCIBE.

Esto hace que el programa no sea religioso, sino puramente espiritual. Cuando el enfermo alcohólico cree de verdad en su Poder Superior, sus capacidades físicas, mentales y espirituales se potencializan y es capaz de vencer cualquier idea trivialmente insana y romper con la esclavitud del alcohol.

Si conoces algún enfermo alcohólico, tú puedes ayudarlo. Marca 833 1055995, 833 2289003 o el 833 2125634.

¿Qué clase de pensamiento predomina en el alcohólico que repite una y otra vez el desesperante experimento de la primera copa?

El libro “Alcohólicos Anónimos”, en su tercer capítulo: Más acerca del alcoholismo, nos narra una historia de un alcohólico de nombre Jim, que nos ayuda a entender un poco la respuesta a la pregunta inicial. El mismo Jim nos comenta: “Fui a trabajar el martes por la mañana. Recuerdo que me sentí disgustado porque tenía que ser vendedor en un negocio del que antes había sido dueño. Crucé algunas palabras con el patrón, pero no fue nada serio. Entonces decidí irme al campo en mi automóvil a ver a un posible cliente.

En el campo sentí hambre y me detuve en un lugar donde hay una cantina. No tenía intención de beber, solamente pensé en comerme un sándwich. También se me ocurrió que podría encontrarme algún cliente en ese lugar ya conocido porque lo había frecuentado durante años. Me senté ante una mesa y pedí un sándwich y un vaso de leche. Todavía no pensaba en beber. Luego pedí otro sándwich y decidí tomarme otro vaso de leche.

Repentinamente cruzó por mi mente la idea de que si le pusiera una onza de whisky a la leche, no podría hacerme daño, teniendo el estómago lleno. Pedí el whisky y se lo eché a la leche. Vagamente percibí que no estaba siendo muy vivo, pero me tranquilicé pensando que estaba bebiendo el licor con el estómago lleno. El experimento iba tan bien, que pedí otro y lo eché en más leche. Esto no pareció molestarme así que lo repetí”.

Jim terminó en un centro de tratamiento después de tanto whisky lechero. Este fenómeno mental que vive un alcohólico en proceso de recuperación es causa de muchas recaídas, es decir regresan a beber alcohol, sin importar cuánto tiempo lleven sobrios.

Paralelo a un razonamiento cuerdo, se le ocurrió alguna excusa insanamente trivial para tomar la primera copa. Nuestra cordura no fue suficiente para frenarnos, la idea insana predominó”. (Alcohólicos Anónimos pág. 34)

La obsesión por el alcohol es mucho más fuerte que todos los razonamientos lógicos y verdaderos que el alcohólico haya escuchado en sus sesiones de recuperación. La idea insana y errónea lo sorprende y lo mete intempestivamente al mundo del alcohol.

Esto hace pensar que es imposible para el enfermo alcohólico dejar de consumir esta droga adictiva. Efectivamente si el enfermo se mueve en un plano puramente humano, es totalmente imposible. El borracho está minado mentalmente para decidirse a hacer esfuerzos más allá de sus límites. Es necesaria la ayuda ajena. Esta ayuda es la que ofrece la comunidad de Alcohólicos Anónimos.

Esta agrupación tiene experiencia acumulada durante 88 años con millones de personas de todo el mundo que han decidido desterrar de sus vidas el consumo del alcohol de manera absoluta. Esa experiencia la pone al alcance de todos los seres humanos que libremente elijan vivir sobriamente.

El elemento diferencial que aporta el programa de recuperación de la comunidad de Alcohólicos Anónimos es el ESPIRITUAL. Recoge lo mejor de la siquiatría, de la psicología, la religión y otras ramas de la medicina y le suma lo espiritual, expresado magistralmente en la frase: UN PODER SUPERIOR, DIOS COMO CADA QUIEN LO CONCIBE.

Esto hace que el programa no sea religioso, sino puramente espiritual. Cuando el enfermo alcohólico cree de verdad en su Poder Superior, sus capacidades físicas, mentales y espirituales se potencializan y es capaz de vencer cualquier idea trivialmente insana y romper con la esclavitud del alcohol.

Si conoces algún enfermo alcohólico, tú puedes ayudarlo. Marca 833 1055995, 833 2289003 o el 833 2125634.