/ domingo 22 de octubre de 2023

Liberándose del alcohol | Necesidad de ayuda

Bartolomé es un joven ingeniero mecánico titulado, egresado de un tecnológico de nuestro sistema educativo. Tiene 35 años, es soltero y vive con sus padres. En los dos últimos años de su carrera comenzó a consumir alcohol con sus compañeros de estudio. Lamentablemente Bartolomé se enganchó tanto en el consumo del alcohol que lo llevó a perder su capacidad de decir que no a la ingesta convirtiéndose en un dependiente de esta droga.

Las continuas parrandas dificultaron mucho la titulación de Bartolomé, pero con la intervención permanente de su mamá logró presentar y aprobar el examen. Pero ahora que llega la hora de la verdad para buscar trabajo, Bartolomé se afianza más fuertemente al alcohol y se olvida del título, del trabajo y de su futuro; se refugia en un negocio familiar al cual solo asiste cuando le urge el billete para continuar sus parrandas.

Su mamá, desesperada por la galopante autodestrucción de Bartolomé, no sabe qué hacer y escucha los consejos de una vecina de que lo interne en un anexo para alcohólicos y sin demora la mamá de Bartolomé se presenta en un internado, expone su problema y de inmediato recibe respuesta. ”Deje 300 pesos y nosotros pasamos a su casa por su hijo”. Al regresar a su casa la señora, comenta con una hija adulta lo que ha hecho para internar a Bartolomé. La hija persuade a la señora que no es conveniente internarlo y Bartolomé sigue consumiendo alcohol de manera exagerada. Doña Rosa, madre de Bartolomé, sigue en su búsqueda de la solución para su hijo y alguien le sugiere que se ponga en contacto con la Comunidad de Alcohólicos Anónimos para que la orienten en lo que se puede hacer para rescatar a Bartolomé de la enfermedad del alcoholismo.

Doña Rosa se contacta con personal de A.A. y pacta una plática de acercamiento entre Bartolomé y dos alcohólicos que asistieron al domicilio de la familia. Bartolomé accede a asistir a una reunión de un Grupo de A.A. Después de dos horas de reunión, en donde Bartolomé fue informado del proceso de recuperación que hay que seguir con absoluta libertad y deseo de dejar la bebida y también escuchar testimonios de que por muy avanzada que esté la enfermedad es posible dejar de tomar alcohol de manera definitiva. Bartolomé salió de la reunión convencido de que sí podía dejar de emborracharse, si era capaz de continuar con el proceso, el cual se había iniciado con la asistencia a esta reunión.

Bartolomé asistió a cuatro reuniones más. Pero siguió emborrachándose los fines de semana. Su obsesión por el alcohol es más fuerte que su deseo por vivir sobrio. Esto demuestra que Bartolomé es incapaz de dejar de beber alcohol por sí solo. Significa que la ayuda que necesita Bartolomé es mucho más intensa que la recibida. Cuando esto sucede la ayuda psicológica y aún más la psiquiátrica complementan el programa de recuperación de A.A.

Bartolomé recibió ayuda psiquiátrica y dejó de consumir alcohol de manera definitiva.

La experiencia histórica de Alcohólicos Anónimos durante sus 88 años de existencia, actualmente en 186 países, demuestra que sí es posible dejar el consumo de alcohol de manera definitiva, con solo vivir el programa de recuperación de los DOCE PASOS. Aun los casos más difíciles pueden tener un final feliz.

Si conoces a algún alcohólico, ayúdalo. Marca el 833 2125634, 833 1055995 o el 833 2289003, ahí te orientarán adecuadamente.

Bartolomé es un joven ingeniero mecánico titulado, egresado de un tecnológico de nuestro sistema educativo. Tiene 35 años, es soltero y vive con sus padres. En los dos últimos años de su carrera comenzó a consumir alcohol con sus compañeros de estudio. Lamentablemente Bartolomé se enganchó tanto en el consumo del alcohol que lo llevó a perder su capacidad de decir que no a la ingesta convirtiéndose en un dependiente de esta droga.

Las continuas parrandas dificultaron mucho la titulación de Bartolomé, pero con la intervención permanente de su mamá logró presentar y aprobar el examen. Pero ahora que llega la hora de la verdad para buscar trabajo, Bartolomé se afianza más fuertemente al alcohol y se olvida del título, del trabajo y de su futuro; se refugia en un negocio familiar al cual solo asiste cuando le urge el billete para continuar sus parrandas.

Su mamá, desesperada por la galopante autodestrucción de Bartolomé, no sabe qué hacer y escucha los consejos de una vecina de que lo interne en un anexo para alcohólicos y sin demora la mamá de Bartolomé se presenta en un internado, expone su problema y de inmediato recibe respuesta. ”Deje 300 pesos y nosotros pasamos a su casa por su hijo”. Al regresar a su casa la señora, comenta con una hija adulta lo que ha hecho para internar a Bartolomé. La hija persuade a la señora que no es conveniente internarlo y Bartolomé sigue consumiendo alcohol de manera exagerada. Doña Rosa, madre de Bartolomé, sigue en su búsqueda de la solución para su hijo y alguien le sugiere que se ponga en contacto con la Comunidad de Alcohólicos Anónimos para que la orienten en lo que se puede hacer para rescatar a Bartolomé de la enfermedad del alcoholismo.

Doña Rosa se contacta con personal de A.A. y pacta una plática de acercamiento entre Bartolomé y dos alcohólicos que asistieron al domicilio de la familia. Bartolomé accede a asistir a una reunión de un Grupo de A.A. Después de dos horas de reunión, en donde Bartolomé fue informado del proceso de recuperación que hay que seguir con absoluta libertad y deseo de dejar la bebida y también escuchar testimonios de que por muy avanzada que esté la enfermedad es posible dejar de tomar alcohol de manera definitiva. Bartolomé salió de la reunión convencido de que sí podía dejar de emborracharse, si era capaz de continuar con el proceso, el cual se había iniciado con la asistencia a esta reunión.

Bartolomé asistió a cuatro reuniones más. Pero siguió emborrachándose los fines de semana. Su obsesión por el alcohol es más fuerte que su deseo por vivir sobrio. Esto demuestra que Bartolomé es incapaz de dejar de beber alcohol por sí solo. Significa que la ayuda que necesita Bartolomé es mucho más intensa que la recibida. Cuando esto sucede la ayuda psicológica y aún más la psiquiátrica complementan el programa de recuperación de A.A.

Bartolomé recibió ayuda psiquiátrica y dejó de consumir alcohol de manera definitiva.

La experiencia histórica de Alcohólicos Anónimos durante sus 88 años de existencia, actualmente en 186 países, demuestra que sí es posible dejar el consumo de alcohol de manera definitiva, con solo vivir el programa de recuperación de los DOCE PASOS. Aun los casos más difíciles pueden tener un final feliz.

Si conoces a algún alcohólico, ayúdalo. Marca el 833 2125634, 833 1055995 o el 833 2289003, ahí te orientarán adecuadamente.