A lo largo de la historia, la familia se ha considerado como el pilar central de una sociedad, esto debido a que en esta institución adquirimos una serie de valores y principios que ponemos en práctica en otros entornos como la escuela o el área de trabajo.
Sin embargo, el paso del tiempo y la aparición de conflictos políticos, sociales y culturales han ocasionado un cambio en las reglas por las que se regía esta organización.
"Las características propias de la posmodernidad han cambiado la forma de vida de las persona: el uso de la tecnología, la inmediatez del internet, la globalización, el individualismo, el exceso de trabajo y productividad, por nombrar algunas; todo ello ha impactado en la familia y su organización", menciona Diana Lizeth Silva, licenciada en Psicología.
Cambios en la estructura de la familia moderna
La especialista señaló que entre los cambios más significativos dentro de esta institución está el hecho de que las mujeres cumplan el rol de cuidadoras y de proveedoras de la casa. Otro fenómeno es el exceso de actividades, lo cual afecta tanto a chicos como a grandes.
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"Los hijos están sobresaturados de actividades académicas, tareas y actividades extracurriculares, viven a prisa y tienen pocos espacios que fomenten el juego, ya que el poco tiempo libre que tienen lo llenan con la tecnología", destaca.
Otro de los cambios más significativos entre las familias en tiempos modernos es precisamente la falta de intención por procrear hijos, esto de acuerdo con Eliud Gabriel Barrios Vázquez.
"Debería ser preocupante esta mentalidad que permea en nuestra sociedad y si no se quiere reconocer esta problemática desde el punto de vista religioso, al menos deberíamos pensar que es indispensable para el propio desarrollo de la humanidad que existan nuevos seres humanos", mencionó el estudiante del Seminario Conciliar de Tampico.
Los problemas que afectan a las familias modernas
Debido a estas circunstancias, los jefes del hogar se han visto en la necesidad de apoyarse en otras instituciones y figuras para la crianza de sus hijos, esto mientras ellos desempeñan sus labores profesionales.
"Hoy más que nunca es común escuchar que la obligación de los abuelos dentro de la familia es cuidar, educar y formar a los nietos", menciona .
Tomando en cuenta esto, el seminarista recuerda al Catecismo de la Iglesia Católica, en donde se establece que el padre y la madre son los encargados de educar a sus hijos bajo distintos valores.
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Este rol se ha visto dificultado gracias a las responsabilidades que tanto el hombre como la mujer deben de cumplir fuera de sus respectivos hogares.
De acuerdo con Diana Silva, esto ocasiona que tanto ellos como los más jóvenes padecen de ansiedad, depresión, así como de problemáticas clásicas como lo es la falta de reglas y límites en el entorno.
"La mejor forma de resolver las problemáticas es acudiendo con psicoterapeuta, debemos tomarnos en serio la salud mental y acudir con un profesional", comparte la especialista.
El pilar de una sociedad plena
Elyud y Diana coinciden en que la familia es la organización más importante dentro de la sociedad.
Tomando en cuenta esto, ambos señalaron que este organismo tiene que otorgarles una serie de valores y principios a sus integrantes para que se desenvuelvan de mejor manera en su entorno.
"En esencia la familia debe dar alas para que los hijos se vayan y raíces para que se queden, es decir amor, cuidado, protección pero también límites, normas e independencia", menciona Lizeth Silva.
La profesionista también señala que a pesar de que existen factores negativos como la falta de oportunidades laborales y una distribución inequitativa de recursos, aún existen las condiciones suficientes para que chicos y grandes alcancen una vida plena.
La creación de mejores entornos a partir del hogar
Al hablar sobre la forma en que esta institución puede contribuir al desarrollo de una sociedad plena, Elyud menciona los numerales 2208, 2209 y 2210 del catecismo, en los cuales se establece que una familia debe de desarrollarse con responsabilidad y cuidado en favor de los más pequeños.
El seminarista destaca que en algunos casos esta labor puede verse afectada, por lo que resalta el papel de otras familias y de la sociedad en general en el bienestar de niños, jóvenes y adultos.
“A la autoridad civil le corresponderá considerar como deber grave el reconocimiento de la auténtica naturaleza del matrimonio y de la familia, protegerla y fomentarla, asegurar la moralidad pública y favorecer la prosperidad doméstica”, menciona.
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En este sentido, Diana explica que unos padres de familia felices formarán hijos contentos, y por lo tanto, estos crearán un mejor entorno.
"Considero que el secreto es enfocarnos en lo que nos toca, si todos trabajamos desde nuestra trinchera, buscando hacerlo de la mejor manera, podemos cambiar el mundo".