Don Zampón y La Juventud, la obra de teatro que explora el amor más allá del romance

La mente detrás de esta obra es el tampiqueño Oliver Llanos, quién escribió y dirigió esta historia de amor que va más allá del canon tradicional

Víctor de Sampedro / El Sol de Tampico

  · miércoles 14 de febrero de 2024

Esta obra cuenta con cuatro personajes que acompañan al protagonista en esta travesía; ellos son imperfectos, diversos y logran entender que el afecto va más allá que una relación entre parejas / Cortesía: Oliver Llanos

Desde que se tiene memoria, las bellas artes se han encargado de idealizar el amor creando personajes hermosos, sin defectos y en historias en donde de alguna forma se terminan uniendo sus destinos.

Sin embargo, Don Zampón y La Juventud es un proyecto que rompe el canon al llevar a la escena a protagonistas imperfectos, diversos y que logran entender que el afecto abarca más allá que una simple relación entre parejas.

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Su escritor y director Oliver Llanos compartió con EL SOL DE TAMPICO la forma en que abordó el concepto de amor dentro de esta obra presentada en el Festival Cecilia Sanz de Ridaura.

“Eso es como algo que estaba queriendo trabajar, salirme un poquito de esa ranciedad del amor romántico y hegemónico. Siempre es heterosexual, siempre es joven, siempre está capacitado, siempre es sano”.

¿De qué va Don Zampón?

Oliver explica que la historia trata de Don Zampón, un hombre homosexual de aproximadamente 70 años que jamás ha dado un beso y que se encuentra postrado en una silla de ruedas. Así mismo, el protagonista es acompañado por doña Imelda, una empleada doméstica que lo conoce desde hace varios años y que siempre se ha sentido enamorada de él a pesar de su sexualidad.

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Oliver explica que este personaje busca contrastar con las trabajadoras sociales de la vida real, en donde las familias que las contratan dicen que forman parte de su círculo aunque en la práctica sea todo lo contrario, “En la ficción decidí que no sea enunciativo y que sí sea de la práctica”, mencionó Oliver.

Oliver destaca que esto ejemplifica lo limitado de la concepción del amor tanto en las bellas artes como en la vida en general / Cortesía: Oliver Llanos

Del mismo modo, ambos adultos son visitados por Raulito y Frida, dos jóvenes que a pesar de no ser parte de sus familias sienten un fuerte vínculo hacia ellos. Oliver señala que a través de esta diversidad de roles plasmó a la historia de diferentes tipos de afecto.

“Nadie es familiar de nadie, eso me parece muy interesante, los chicos que lo visitan tampoco son hermanos; es una chica que está estudiando una carrera de literatura y es un niño de alrededor de ocho a nueve años, que los visita porque es su vecino y les cae bien”, destacó.

El fracaso del amor romántico

Uno de los aspectos más llamativos de la obra es el fracaso del romance clásico. Esto se debe a que Don Zampón es rechazado por don Federico, un hombre del cual queda completamente enamorado.

“Se hace ilusiones, conoce a don Federico durante seis meses, él se da cuenta de eso y le manda una carta a don zampón diciéndole que no lo quiere”, describió Oliver. Sin embargo, esto no impide que el afecto entre los niños hacia los adultos continúe o inclusive, que el amor de doña Imelda hacia Don Zampón desaparezca.

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Esto se demuestra en el tercer acto de la obra, cuando ambos personajes se besan. A pesar de que ninguno de ellos disfruta de este acto, siguen siendo amigos, probando si el amor romántico falla, todavía puede prevalecer una amistad.

“Eso es como algo que estaba queriendo trabajar, salirme un poquito de esa ranciedad del amor romántico y hegemónico. Siempre es heterosexual, siempre es joven, siempre está capacitado, siempre es sano” / Cortesía: Oliver Llanos

“Me parece que es genuinamente una red de apoyo entre personas que ni lazos sanguíneos comparten y ese tipo de amor me parece más interesante que la hegemonía”

El amor más allá de la obra

Para Oliver Llanos, el desenlace de la historia permite abordar el amor desde una perspectiva no idealizada, en donde los personajes son perfectos y cuentan con una salud próspera.

“Tal vez no esté en una silla de ruedas pero sí sé qué es estar tomando ciertos medicamentos para que la presión no te falle o que la glucosa no te suba. Eso también me parece importante escribir desde el cuerpo que una tiene”.

Su incursión en la escenografía se dio mientras formaba parte del un pequeño grupo de teatro, que dirigía la Mtra. Linda Leyva | Víctor Zavala

Esta pieza escénica demuestra que el afecto no sólo se da entre familiares, sino también entre amigos, tal y como lo demuestran los jóvenes que visitan a los personajes adultos.

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Oliver destaca que esto ejemplifica lo limitado de la concepción del amor tanto en las bellas artes como en la vida en general. Para él, el mayor gesto de afecto puede ser escuchar a alguien con algún problema o dar pequeños detalles en todo tipo de circunstancias.

“Me parece que cuando alguien está enfermo de gripe, hacerle una sopita de pollo es un arte muy superior a cualquier poema amatorio en octosílabos”.

Don Zampón y La Juventud, la obra que explora el amor más allá del romance; fue presentada con una lectura dramatizada en la edición No. 23 del Festival Cecilia Sanz de Ridaura.