Muchos ubican este nombre: Ebenezer Scrooge y aquellos que no lo reconocen de inmediato, a veces solo requieren de pocas referencias para ubicarlo. Basta decir: es el hombre que en vísperas de Navidad lo visitan los fantasmas del pasado, el presente y el futuro. Aunque la historia es conocida, muchas veces no se sabé porque Scrooge sentía tan poco afecto por las celebraciones.
La obra “Cuento de Navidad” de Charles Dickens cuenta la vida de un avaro prestamista, quien consideraba los festejos decembrina como una tontería. El personaje fue descrito por su autor como alguien que “extorsionaba, tergiversaba y usurpaba, más insensible a las súplicas que la lluvia torrencial”. La pregunta es: ¿por qué Scrooge era así?m
El comienzo de la historia
Cuando Fred, el sobrino de Scrooge, lo invitó a cenar en familia con motivo de la Nochebuena, él increpó que no existía motivo alguno para festejar. Sus palabras en el primer capítulo del libro son:
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“¿Feliz Navidad? ¿Qué derecho tienes a ser feliz? ¿Qué motivos tienes para estar feliz? [...] Este es el momento de hacer el balance y comprobar que cada una de las anotaciones de los libros te resulta desfavorable a lo largo de los doce meses del año.”
Los fantasmas hacen acto de presencia
Cuando el relato comienza sabemos que Scrooge tenía un compañero de negocios, con quien fundó su empresa, quizás su único amigo, Marley, el cual murió hace siete años.
Durante la Nochebuena, después de una cena austera, a Scrooge se le aparece el espíritu de Marley, para decirle que en muerte arrastra las cadenas que forjó en vida. Aceptando que hizo negocio del sufrimiento ajeno, sin nunca tener tiempo para la caridad. Ahora, Marley en un intento por ayudar a que Scrooge no tenga el mismo destino, le avisa que tres fantasmas lo van a visitar.
Cuando el fantasma del pasado aparece nos enteramos que los niños solían excluir a Scrooge de sus juegos y actividades. También conocemos que su padre era un hombre estricto, quien había mandado a Scrooge a estudiar lejos de su familia, separándolo de su hermana Fan. Quien murió siendo una adulta, dejando un hijo atrás.
Antes de que terminara el tiempo del fantasma de las navidades pasadas descubrimos que Scrooge estaba comprometido, pero su novia canceló el matrimonio alegando el cambio de carácter del joven, quien pasó de pobre a rico, pero cuyo ánimo se trastoco por el dinero.
El fantasma de las navidades del presente lleva al protagonista del relato a la casa de su empleado, Bob Cratchit, quien recibe un sueldo de quince chelines semanales. Por tanto, la cena familiar de Nochebuena es escasa. Aunado a ello, el hombre tiene poco capital para invertir en la salud de su hijo, Tiny Tim, un niño inválido.
El fantasma de las Navidades futuras le muestra a Scrooge el momento de su muerte. Evento donde predomina la soledad. A tal grado que los saqueadores descolgaron las cortinas de la cama, mientras el cadáver del hombre de negocios permanecía en el cuarto.
¿Por qué la Navidad era una tontería?
La Real Academia Española (RAE) define la avaricia como un “afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas”. De acuerdo a la agencia EFE:Salud la avaricia denota miedo al futuro y altos niveles de ansiedad.
Muchas veces lo que caracteriza a las personas avaras es el egoísmo ya que tienden a gastar lo menos posible y evitan compartir su fortuna con los demás.
En el caso de Ebenezer Scrooge, quizás la ansiedad de sentirse lejos de su familia, teniendo pocos o casi ningún amigo, aunado a la muerte de su hermana y a la disolución de su compromiso matrimonial, lo convirtieron en un hombre indiferente al sufrimiento, pero implacable para cobrar intereses elevados de préstamos.
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Sin embargo, se podría argumentar que, el hecho que te vaya mal en la vida, no es justificación para no ser amable con los demás, sobre todo, con aquellos que requieren de tu ayuda. Esa es la lección que aprende el protagonista casi al final del relato.
Después de la visita de los tres fantasmas, del pasado, del presente y del futuro, cuando despierta el día de Navidad, Ebenezer Scrooge compra un pavo gigante a la familia Cratchit, se va a cenar con su sobrino Fred, le sube el sueldo a su empleado Bob y, en palabras de Charles Dickens, “su corazón comenzó a reír”.