En México se han perdido más de 100 mil hectáreas de manglares este importante recurso con el que cuentan 17 estados del país que tienen un litoral, uno de los efectos negativos para que cumplan su objetivo, es sin duda la contaminación.
Los manglares ayudan aglutinar y formar los suelos que reducen la velocidad de los flujos de agua y fomentan depósitos de sedimentos que reducen la erosión costera, filtran los nitratos y fosfatos, además, de otros contaminantes del agua, mejorando la calidad del agua, de ahí su gran importancia.
En Quintana Roo se encuentra la mayor superficie de manglar, es decir, 247 mil 017 hectáreas, dejando a Baja California como el menor 42 mil hectáreas, mientras que en Tamaulipas hay tres mil 664 hectáreas de superficie de manglar contabilizadas por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) al año 2020.
En Tamaulipas hay 9 sitios identificados con manglar
- Barra de ostiones
- Barra del Tordo
- Delta del Río Bravo
- La Pesca
- Laguna de Morales
- Lomas del Real
- Miramar
- Pueblo Viejo-El Chairel
- Rancho Nuevo
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En el caso de los manglares ubicados en Miramar se reportan impactos por actividades del puerto de Tampico y Altamira, la contaminación de agroquímicos, fertilizantes, contaminantes industriales, desechos urbanos y aguas residuales.
En este sentiddo, en Pueblo Viejo-El Chairel los impactos que ha recibido son por contaminación de residuos sólidos, contaminación por hidrocarburos, residuos industriales y urbanos, además de daño por agroquímicos. Asimismo, por impactos ambientales derivado de la actividad pesquera y por embarcaciones, así como por la hipereutrofización de la laguna costera y dragados.
¿Manglares, una protección contra los huracanes?
Los manglares son un tipo de humedal ubicados en estuarios y zonas costeras de Tamaulipas, que deben su nombre al mangle, árbol leñoso que predomina en ellos y que posee características únicas como raíces modificadas que brindan estabilidad y permiten intercambio de gases, y hojas que expulsan el exceso de sal.
“Los manglares sirven como barrera natural ante huracanes y ciclones, recargan mantos acuíferos, ya que además son almacenadores de carbono, por lo que mitigan los efectos del cambio climático, que ya lo tenemos encima”, aseguró el ambientalista José Luis de León Hurtado.
También son áreas de desove y viveros ecológicos, sirven de resguardo para muchas especies de peces y crustáceos de importancia económica y son sitios turísticos por excelencia, donde la laguna del Carpintero, es un ejemplo.
De León Hurtado confirmó que los manglares poseen una gran importancia biocultural, ya que civilizaciones del Golfo de México, como la maya y totonaca se desarrollaron dentro de ellos.
“Estos ecosistemas enfrentan serias amenazas que ponen en riesgo su existencia, entre las que se encuentran la deforestación, el crecimiento urbano, las descargas de agua negra sin tratamiento, la ganadería extensiva, el turismo descontrolado y el cambio de uso de suelo”.
Ante esto es indispensable que profesionistas y actores locales de los sitios donde están ubicados los manglares unen sus voluntades, conocimientos y esfuerzos para salvaguardarlos, a través de distintas acciones como la restauración, rehabilitación hidrológica, educación ambiental y monitoreo comunitario.
Por otra parte, el investigador del Cinvesta en Yucatán, Jorge Herrera, que esta coordinando la labor de restauración de manglar junto con 20 mujeres que trabajan en la Ciénega de Progreso, una labor que puede ser replicada en estados como Tamaulipas.
“Las chelemeras son mujeres que en Mérida, Yucatán están realizando la labor de restauración, ellas han rescatado 2 mil hectáreas de manglar”, dijo el especialista del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
De igual manera destacó la importancia de este rescate que contribuye con la mitigación de las emisiones de carbono a la atmósfera.
El investigador señaló que la mitigación es el tema, de cómo capturar carbono evitando emisiones.
“La revolución verde dice, que los proyectos de Bonos de Carbono en manglares en el mundo buscan zonas para restaurar, porque en menos área van a tener más carbono para negociar”
El Mercado de Bonos de Carbono opera de forma similar en los que se tiene un comprador y un vendedor.
Las obligaciones del comprador consisten en garantizar que se llevarán a cabo los pagos correspondientes, a fin de formalizar la compra de una determinada cantidad de Bonos de Carbono.
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Con la compra de un Bono de Carbono se evita la emisión a la atmósfera de una tonelada de dióxido de carbono (CO2). Para tener una idea de esa cantidad.
En México las emisiones de dióxido de carbono de una persona, son en promedio de siete toneladas de CO2 anuales (de acuerdo al Inventario de Emisiones del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático). Una tonelada de CO2, también representa en promedio, las emisiones de CO2 de un vehículo compacto por cada 5000 km recorridos.
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Por otra parte, las obligaciones del vendedor, consisten en garantizar que existen actividades en campo, tales como reforestación y manejo forestal sustentable, las cuales avalan la cantidad de Bonos de Carbono adquiridas por el comprador.
Existen, en general, dos tipos principales de Mercados de Carbono. Uno de los mercados es el de cumplimiento, cuyos miembros son países desarrollados tienen un límite en la cantidad de emisiones de dióxido de carbono que puede emitir a la atmósfera gracias a los compromisos internacionales del Convenio Marco sobre el Cambio Climático Protocolo de Kioto.
