Alrededor del mundo existen cerca de 114 mil grupos de Alcohólicos Anónimos (AA), muchos de los cuales terminan sus sesiones con la “Oración de la serenidad” y no son los únicos. La plegaria es repetida a diario en múltiples ámbitos académicos y laborales, hay quien incluso la lleva tatuada para recordarla. Sin embargo, a pesar de su fama, nadie sabe a ciencia cierta quién fue el autor.
“Dios, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia”: esta frase ha sido atribuida, acorde a la Oficina de Servicios Generales de AA, a Aristóteles, filósofo griego, y también a Reinhold Niebuhr, teólogo estadounidense.
¿A quién se le ocurrió la oración de la serenidad?
La mayoría de la siguiente información fue obtenida del artículo “¿Quién escribió la Oración de la serenidad?” de Fred Shapiro para “Yale Alumni Magazine”, junto con “Origen de la oración de la serenidad: un estudio histórico” de AA.
Úrsula Keppel-Compton (de casada Niebuhr) dirá que a su esposo se le ocurrió la famosa invocación, a principios de la década de 1940, teniendo como fondo el escenario de la Segunda Guerra Mundial; cuando predicaba en la Iglesia Congregacional de la ciudad de Heath, en el condado de Franklin, en Massachusetts, EU, durante unas vacaciones familiares.
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Reinhold Niebuhr fue un teólogo cristiano protestante del movimiento congregacional. Fue miembro de la “Union Theological Seminary (UTS)” de Nueva York. En la actualidad, la UTS se describe como una organización “interreligiosa, comprometida con el mundo, de pensamiento amplio, que celebra la diversidad”.
Elisabeth Niebuhr (de casada Sifton), hija de Niebuhr, indica que su padre concibió la oración un domingo por la mañana en el verano de 1943, de vacaciones en Massachusetts.
En 1944, al parecer, Howard Chandler Robbins escuchó un sermón de Reinhold Niebuhr donde pronunció la frase. Robbins quedó tan intrigado por el texto que solicitó permiso para reproducirlo en un folleto del “Consejo Federal de Iglesias para capellanes y militares del ejército”.
Dicho texto fue impreso y divulgado por la “United Service Organizations (USO, por sus siglas originales)”, una institución sin fines de lucro cuyo objetivo es generar eventos recreativos y de superación moral para antiguos miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos.
A pesar de que esta versión suele aceptarse como verídica, Fred Shapiro apunta que encontró la frase en diversos medios escritos antes de la década de los años 40, en concreto, en 1936, 1938 y 1939, en los periodicos “Syracuse Herald”, “Hartford Courant” y “Evening News”, respectivamente. En dichas ocasiones no se citaba a Niebuhr como el autor.
Ante dichas afirmaciones, Elisabeth Sifton, defendiendo la memoria de su padre, expresa en el artículo “Se necesita un maestro para hacer una obra maestra” también publicado en “Yale Alumni Magazine”: “Las oraciones se presentan oralmente, circulan oralmente y se vuelven famosas oralmente mucho antes de que se pongan por escrito”.
La importancia de la oración
Bill W., cofundador de la organización de Alcohólicos Anónimos, llegó a decir sobre la Oración de la serenidad que “Nunca habíamos visto tanto de A.A. en tan pocas palabras”.
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En 1962, la empresa Hallmark comercializó miles de tarjetas de regalos con la frase, atribuyendo la autoría a Niebuhr.
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La Real Academía Española (RAE) define el verbo “orar” cómo “Dirigirse mentalmente o de palabra a una divinidad o a una persona sagrada, frecuentemente para hacer una súplica”. Hoy en día, cientos de personas pronuncian a diario la Oración de la serenidad pidiendo calma, valor y sabiduría.