¿Qué ocurre con los cadáveres en la guerra de Ucrania? El trabajo de los recolectores

Ucrania y la guerra que va dejando a su paso muerte y cuerpos abandonados en un conflicto que parece no terminar

Itzia Rangole | El Sol de Tampico

  · martes 22 de noviembre de 2022

Los recolectores de cadáveres de hombres, mujeres y niños que han muerto en este conflicto entre Ucrania y Rusia | Pixabay

El 24 de febrero de 2022, tropas rusas invadieron territorio de Ucrania dando inicio a una guerra; desde ese momento y hasta la fecha, los cadáveres de soldados caídos y de civiles asesinados, de ambos bandos del conflicto, se cuentan por cientos.

Sus restos abandonados son recuperados por recolectores de cadáveres, policías, miembros de la Cruz Roja y familiares, quienes buscan dar un entierro digno a sus muertos.

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Las bajas estimadas por la guerra son de 40 mil 295 personas de todos los estratos y sectores de la población de Ucrania: los cadáveres corresponden a adultos mayores, jóvenes y niños, tanto hombres como mujeres.

Sus decesos han sido consecuencia directa de bombardeos, ejecuciones e incendios, combinados con inanición, hipotermia y falta de atención médica, además de episodios de tortura y de cuadros depresivos mayores.

La historia de Artur, Denys y Olexi Yukov

Su nombre es Olexi Yukov y su labor actual consiste en recuperar restos humanos en la región de Dombás, de hecho, arriesga su vida por ello, pero ¿por qué?

De acuerdo a sus declaraciones para el periodico suizo “Neue Zürcher Zeitung”, porque no se debe dejar a nadie atrás, porque aquellos que han perecido tienen derecho a un funeral celebrado por sus seres amados.

Por su parte, Artur y Denys, integrantes de la Cruz Roja, realizan el mismo cometido desde una zona no revelada. En entrevista con la BBC, describen su tarea como una acción contra el olvido. "Si los cadáveres han culminado su existencia en el campo de guerra lo más justo es sacarlos de ese sitio terrorífico, permitir que descansen en suelo conocido bajo el cobijo de las oraciones de su familia y amigos"

Cruz Roja y los recolectores de cadáveres exponen sus vidas, con el único objetivo de devolver estos cuerpos a familiares y descansen bajo el cobijo de las oraciones de sus seres queridos | Pexels

Junto a Artur, Denys y Olexi son varios los voluntarios que cumplen con este mismo trabajo donde se enfrentan a una cruda realidad: pese a su esfuerzo y dedicación no todos los cadáveres pueden ser rescatados.

El fotógrafo Daniel Berehulak, para el “New York Times”, da muestra gráfica de la existencia de fosas comunes clandestinas, construidas por el ejército ruso, hoyos en la tierra donde los cuerpos son depositados sin cuidado envueltos en bolsas negras, sin nombre o señas para reconocerlos.

El número 200 y la tristeza de la región de Bucha

El número 200 es un código militar, su significado en la guerra es sinónimo de destrucción. Las unidades móviles con el número 200 son las responsables del manejo, traslado y disposición final de los cadáveres.

Los recolectores de cadáveres transitan por zonas de conflicto repletas de minas, cercanas a los asentamientos de las tropas y a merced de la artillería de los ejércitos, aun así, persisten en su tarea sin hacer distinción entre los bandos, los muertos son muertos y, para ellos, nadie merece quedar tendido, solo, a merced de la intemperie, en medio del campo de batalla.

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Por su parte, la comunidad de Bucha, una de las ciudades más afectadas por la guerra, víctima de una masacre, se ha visto en la necesidad de recuperar y trasladar a la morgue, con miedo y angustia, los cadáveres de sus familiares, amigos y conocidos. Tal es el caso de Volodymyr Feoktistov, un hombre de 50 años, civil asesinado por tropas rusas, en la calle de su casa, cuyo cuerpo permaneció tirado durante días antes de poder ser rescatado por sus vecinos.

Las historias de terror en territorio ucraniano se cuentan por miles, cada uno de los sobrevivientes de la guerra conserva en su conciencia el rostro más cruel de la humanidad. Así lo presenciaron los recolectores de cadáveres, quienes recuperaron el cuerpo desnudo de una joven mujer, abandonado en el sótano de una casa en Bucha, cubierto con un abrigo de piel, fue asesinada de un disparo a la cabeza y, en el piso de la habitación, se observaban condones usados. Otra mujer, de la misma localidad, decidió ahorcarse.

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Quizás uno de los aspectos más sombríos de cualquier enfrentamiento es el olvido de la dignidad, característica inalienable de todos los seres humanos.

Sin importar las circunstancias adversas, los recolectores de cadáveres no cesan en su empeño para llevar de vuelta a casa a quienes perecieron lejos de ella, ante la persistente guerra entre Ucrania y Rusia.