Al parecer en esta vida existen amistades insospechadas. En este caso en particular, un simpático canino de nombre Slim se hizo amigo de un león marino. Y cuando decimos amistad no estamos hablando de un solo encuentro, la relación duró cerca de dos años, hasta que el tiempo le puso fin. ¿Quieres saber la historia?
Todo quedó documentado por la propietaria de Slim, quien compartió las vivencias de los amigos por medio de sus redes sociales.
Todo empezó y se desarrolló en una casa en la playa
Recién mudados a su nuevo hogar, la dueña de Slim solía llevarlo a jugar con otros perros, pero él no parecía interesado, no interactuaba con ellos y prefería meterse en la playa. Además sentía predilección por observar a los animales marinos.
Un día llegó a la costa un león marino y ambos animales, a pesar de ser de distintas especies, se hicieron amigos. Hecho bastante inusual. El mismo vídeo explica que se recomienda que las mascotas y las personas permanezcan a 45 metros de los leones marinos.
Los amigos se vieron tres o cuatro veces a la semana durante dos años. Aunque a cierta distancia, a los dos les gustaba estar cerca el uno del otro y disfrutaban de la mutua compañía.
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El león marino se internó en el mar
Casi al final del vídeo, Lindsay menciona que un día Slim esperaba ver a su amigo, pero este no apareció. Lo esperó al día siguiente y al día siguiente del siguiente, pero el león marino no regresó más.
El promedio de vida de esta clase de animales suele ser de 20 años en estado natural. Las imágenes del vídeo permiten suponer que se trataba de un ejemplar adulto macho. Esto de acuerdo a datos del Museo de Historia Natural de San Diego, el cual informa de las características físicas de los especímenes:
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Los machos adultos tienen una piel de tonalidad café oscuro, casi negra en contacto con el agua. Pueden medir hasta 2.4 metros y pesar cerca de 270 kilogramos.
Esta fue la historia de la amistad entre el perro Slim y un león marino. Ambos se vieron y convivieron durante cerca de dos años, casi cuatro días a la semana. Un día el león marino no volvió, pero Slim sigue mirando a la playa. ¿Quién sabe lo que el mar le puede traer?