Si los días existieran, sería ya fin de semana y la venta de muchos productos iría mucho mejor, “porque eran cuando la mayor parte de las personas estaban en sus casas, pero con esta situación ha ido cambiando la forma de vender muchas cosas no solo los botellones, la gente lleva ya varias semanas sin hacer sus actividades normales y eso impacta en el comercio de varias formas”.
Comenta Rafael Martínez, quien vende botellones en un triciclo por las calles de la colonia Guadalupe Mainero y Tamaulipas, él es de los trabajadores que está considerado como parte de las labores esenciales durante esta situación pandémica, pues el suministro del agua potable es vital durante esta temporada.
“Es una fortuna que no hayan exigido que nosotros nos detuviéramos durante esta situación, porque, como muchos, vivimos al día solo con la comisión que nos dan por vender los botellones y de obligarnos a parar, estaríamos sufriendo como todos los ambulantes que actualmente no tienen nada que llevar a sus familias”, expuso nuestro Héroe Real de hoy.
Rafa, como lo llaman en las calles donde transita con su triciclo lleno de botellones, tiene que llegar desde la zona del norte de Veracruz para trabajar en la purificadora, “son jornadas de trabajo que empiezan muy temprano, apenas amanece, para poder aprovechar que el sol no está muy fuerte y hacer varias cargas de botellones”.
Como él, muchos de los empleados que laboran en centros de trabajo que procuran que el agua de botellón llegue a los hogares, se encuentran trabajando durante esta condición extraordinaria que se vive en la zona y en todo el mundo, teniendo que cambiar algunas cosas en sus procesos para seguir ofertando sus productos.
“En muchas de las casas las familias ponen los botellones en el corredor, así solamente llegamos y los tomamos para el recambio, sin tener que entrar en las viviendas y nos pagan igual con el dinero poniéndolo en algunas partes, pero existen también hay casas que nos permiten entrar y dejar los botellones donde siempre”, afirmó.
Admitió que con la pandemia la venta no está siendo igual que en otras épocas, pues la gente, aunque permanece en sus domicilios, no consume más agua y en ocasiones salen ellos mismos a adquirirla en las embotelladoras que son de autoservicio o algunas que ofertan los botellones desde el mostrador.
“Tenemos la ventaja de seguir activos, pero sabemos los riesgos que esto implica, porque muy pocos que trabajan en esto tienen seguro social y de llegar a contagiarnos nuestras familias quedan desamparadas, pues somos el sustento de ellos y de ser algo grave como perder la vida van a estar en el desamparo total, por eso tratamos de hacerlo lo mejor posible”, mencionó.
Si la pandemia no existiera, ¿trabajadores como don Rafa se reconocerían como esenciales o continuarían empujando su destino entre las calles de manera anónima?.