Debido a que las ponchallantas son constantemente utilizadas por delincuentes para frenar el avance de los vehículos de las autoridades, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, presentó al Congreso del Estado una iniciativa para que estos objetos se consideren como armas prohibidas.
En reunión de las comisiones de Justicia y Estudios Legislativos del Congreso se dictaminaron procedentes diversas reformas y adiciones al Código Penal para el Estado de Tamaulipas, en materia de seguridad pública, dotando de mayor regulación lo relativo a los ponchallantas.
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En la propuesta se deja de manifiesto que es la alta incidencia del uso de estos artefactos, principalmente por organizaciones delictivas lo que motivaron estas modificaciones.
“A fin de inhibir y evitar su uso, contribuyendo a las labores de seguridad pública y tránsito desplegadas por las autoridades federales, estatales y municipales”, destacó.
Entrarían al catálogo de armas prohibidas en Tamaulipas
El diputado morenista, Isidro Vargas Fernández, señaló que se establece que los abrojos, cuchillas, erizos, estrellas, púas o picos ponchallantas, fabricados de materiales que por su resistencia o contundencia dañen o impidan el paso de vehículos particulares u oficiales, formen parte del catálogo de armas prohibidas en la entidad.
“La acción legislativa prevé la excepción de la sanción, cuando se realice la justificación conducente por motivos de profesión, trabajo, oficio o actividad recreativa, tomando como consideración primordial que los instrumentos descritos pueden tener amplios usos y no solamente para realizar una afectación”, planteó el legislador que además es presidente de la Mesa Directiva en esta 65 legislatura.
Es para disuadir a los infractores de la ley
Vargas Fernández aseguró que esta acción legislativa robustece la normatividad penal, incrementando el catálogo de armas prohibidas a efecto de prevenir, disuadir y en su caso, sancionar a los infractores, en beneficio de la seguridad de la sociedad tamaulipeca.
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En la mayor parte de las persecuciones entre grupos criminales y autoridades de los tres ordenes de gobierno, la delincuencia opta por recurrir a lanzar ponchallantas, lo que en muchas ocasiones causa accidentes a civiles.
Estos ponchallantas, que a petición del gobernador, podrían ser considerados como armas prohibidas en el estado, serían asegurados por instituciones como la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJT) y puestas a disposición del Ministerio Público.
