El obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando Álvarez Cano, acudió a diferentes parroquias en los municipios de Ciudad Mante, Xicoténcatl y Tampico a tomar el juramento de fidelidad a los nuevos sacerdotes que asumen el control de cada iglesia para que sean los guías espirituales.
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El recorrido del prelado se dio en la semana que recientemente concluye y monseñor José Armando Álvarez Cano inició el pasado 7 del presente, cuando el padre Jesús Alberto Padrón Cano tomó posesión de la Parroquia Sagrada Familia en el municipio de ciudad Mante en punto de las 11:00 horas.
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Por la tarde, el obispo se dirigió a la Parroquia de San Juan Diego para designar al padre Víctor Emilio Rivas Cisneros como nuevo párroco de la comunidad en mención.
El pasado jueves 8 del presente se tomó juramento de fidelidad al padre Bruno Juárez Salazar como nuevo párroco de la Parroquia de San José, también en Ciudad Mante y en la ceremonia estuvo presente el obispo de Ciudad Valles, Roberto Yenny García.
Ese mismo día, pero a las 19:00 horas, el padre Arnulfo Guillen Pérez rindió juramento de fidelidad ante monseñor Armando Álvarez como nuevo sacerdote designado de la Parroquia Santa Cecilia, esto en la colonia Guadalupe Mainero en la ciudad y puerto de Tampico.
Para el viernes 9 del presente, el obispo nuevamente acudió al municipio de Xicoténcatl a la toma de posesión del sacerdote Antonio González Gil, quien tomó posesión de la Parroquia Dulce Nombre de Jesús, ubicada en esa cabecera municipal.
En esa misma parroquia se designó como vicario al padre Eduardo de Jesús Vázquez Guerrero.
Por su parte, monseñor Álvarez Cano agradeció a los párrocos salientes su tiempo en las comunidades parroquiales, invitándoles a continuar con el trabajo pastoral en las nuevas comunidades.
En todas las celebraciones eucarísticas de toma de posesión acudieron sacerdotes de la diócesis para presenciar este momento de gozo para los nuevos párrocos, además hubo poca asistencia de feligreses respetando los lineamientos de la Secretaría de Salud de Tamaulipas (SST) que indican que los templos deben estar máximo a un 50% de su capacidad.
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