Este domingo 22 de agosto se celebra el Día del Bombero, evento que se conmemora desde 1956. Fue un día como hoy, pero de 1873 cuando se fundó el primer cuerpo de rescate de este tipo en México, teniendo como sede el puerto de Veracruz.
En nuestra zona contamos con tres cuerpos de bomberos, los de Tampico, Madero y Altamira; independientemente de aquellas empresas del sector público y privado que tienen sus propios departamentos contraincendio como Petróleos Mexicanos (Pemex), e inclusive la Administración Portuaria Integral (API) de Altamira.
En esta ocasión abordaremos el tema de las historias de algunos elementos que llevan a cabo su labor sin importar el riesgo que representa.
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SUBTENIENTE GUZMÁN, SU PRIORIDAD: SALVAR VIDAS
Orgulloso de pertenecer a la quinta generación de su familia al estar dentro de las filas del H. Cuerpo de Bomberos de Tampico, fundado en el año de 1903, mismo que es el Tercer Cuartel General conformado a nivel nacional, después de Veracruz y Ciudad México, el subteniente Héctor Guzmán Curiel en breve cumplirá 30 años de servir a la población tampiqueña.
Encargado de una compañía de emergencias, el subteniente Guzmán explicó que “por más capacitado que estés, siempre te vas a enfrentar a grandes retos y muy diferentes cada uno de ellos, me refiero a salvar vidas en una emergencia, que esa debe ser tu prioridad(…) en especial a los niños que no saben qué hacer ante un incendio”.
Nos comentó la experiencia que vivió en el incendio de una vivienda de madera en la colonia El Golfo un mes de diciembre, donde tres niños quedaron atrapados, logrando salvar a dos de ellos, pues uno lamentablemente murió calcinado al quedar atrapado entre el fuego.
“Cuando llegas a un incendio y te dicen que hay personas atrapadas tienes que emplear otro tipo de estrategia para combatir el fuego, ahí es cuando arriesgas tu vida y es cuando se pone a prueba el amor al prójimo, pues tienes otro enemigo: el tiempo”, agregó Héctor Guzmán.
Relatar las vivencias del subteniente sería llevarnos varias páginas del periódico, pero la que marcó su trayectoria profesional fue cuando logró sobrevivir al flamazo de un tanque de gas en el restaurante "El Búfalo", ubicado frente a la Escuela Náutica de Tampico.
“Me ha tocado ver de todo, cosas buenas y malas, he sufrido quemaduras, una de ellas a mitad de mi cara, junto con otro compañero Jesús Aguilar Zetina. Un flamazo en el restaurante de hamburguesas Búfalo, nos explotó un tanque de gas que estaba en la bodega posterior a la cocina, ese cilindro se salió de control porque estaba recibiendo el flamazo de otro y eso no lo sabíamos(…) afortunadamente no quedamos ahí y nos llevaron de emergencia al Hospital General de Tampico”.
Además, agregó que “siempre hay el riesgo de sufrir un accidente en el cumplimiento del deber, pero con el apoyo de tus compañeros y trabajo en equipo saldrás adelante”.
Entre las anécdotas que le ha tocado vivir también nos relató una de Cupido, “en una ocasión llegó una joven pareja aquí a la comandancia y nos pidió que si de favor les auxiliábamos con el camión escala en rescatar un globo que se había elevado a las alturas y se había quedado atorado en unos cables de energía eléctrica. El globo llevaba un mensaje de “¿Te quieres casar conmigo?”, pero a su vez traía consigo el anillo de compromiso, por lo que había que hacerle frente a esa prueba de Cupido”.
ELOY JUNIOR SIGUE EL EJEMPLO DE SU PADRE
Inspirado en el amor a su padre y en la vocación de servir, Eloy Jiménez Arenas, de 22 años, decidió incorporarse en fecha reciente al H. Cuerpo de Bomberos de Tampico como voluntario.
Entrevistado al respecto indicó: “Me gusta hacer lo que hace mi papá, ser bombero. Desde que era niño lo admiraba cuando se desplazaba a bordo de una unidad, cuando estaba combatiendo el fuego, lo veía en la televisión o en el periódico y eso me inspiró”. Actualmente lleva seis meses como voluntario y su aspiración es llegar a ser contratado en próximas fechas, mientras tanto está en el proceso de aprendizaje.
Por su parte, Eloy Jiménez Fernández con 48 años y padre del joven aspirante, dijo ser originario de Ocampo. Él lleva 31 años laborando en Bomberos de Tampico, “ingresé aquí desde que tenía 18 años, me dio por ser bombero cuando me invitaron a participar, venía por unos días y ya me quedé aquí. Me gustó la profesión y sobre todo servir a la ciudadanía, ahora le pido a mi hijo que le eche ganas, es una labor muy altruista”.
LEyENDA ENTRE BOMBEROS, JOSÉ GUADALUPE PARTIDA
En el H. Cuerpo de Bomberos de Altamira desempeña esta labor el elemento José Guadalupe Partida Vázquez, de 73 años, siendo uno de los de mayor edad y el cual, desde hace muchos años, decidió servir al prójimo.
“Inicié como voluntario(…) ya me aceptaron como integrante en el período que fue alcalde Juvenal Hernández y estoy aquí porque me gusta servir, atender y ayudar a la gente en situaciones de riesgo. Estamos para el combate contra los incendios, cuando lamentablemente se sufre un accidente vehicular, rescatar el cuerpo de un ahogado para que sus familiares le den una cristiana sepultura, una fuga de gas, entonces te tienes que acompañar de valor, pero sobre todo atender el llamado de emergencia”, explicó Partida Vázquez, quien siempre se distingue por la actitud de servicio y un buen ánimo.
Entre las anécdotas que nos comentó recordó que: “He acudido a múltiples incendios, especialmente en la industria petroquímica, inclusive hasta en el incendio de la empresa de desechos tóxicos Tersa hace tres años en la que fueron varios días que estuvo activo, así como el de la empresa Indelpro en la que explotó una parte de sus instalaciones hace dos años”.
ATRAPAR COCODRILOS
A pesar de sus años, acompañado de su vasta experiencia y sin miedo a nada, a José Guadalupe se le observa en llamados de la comunidad para atender cuando salen los cocodrilos de su hábitat natural, por lo que ya cuenta con la experiencia para atraparlos.
“Hemos atrapado todo tamaño de cocodrilos en todos estos años, recuerdo uno que tuvimos que asegurar y medía cuatro metros de largo en una zona habitacional del sector Monte Alto. Sí batallamos mucho(…), pero afortunadamente se controló, prueba de ello es que no nos devoró”, concluyó Partida Vázquez con una sonrisa.
Estas son sólo algunas anécdotas de los héroes sin capa, pero “a prueba de fuego” que día con día salen al campo a cumplir con su labor y más allá del reconocimiento, su principal alegría es salvar la vida de la ciudadanía.
